El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, se imponía holgadamente en las elecciones provinciales y se encaminaba hacia su octavo mandato.
Con la difusión de los primeros datos del escrutinio provisorio, a las 21, las cifras ya marcaban un amplio dominio del mandatario peronista: con el correr de los minutos, la victoria fue quedando ratificada y así logra su séptima reelección.
Con el 18,24% de las mesas escrutadas, la fórmula oficialista Gildo Insfrán-Eber Solís obtenía el 73,28% de los votos, mientras que el segundo lugar quedaba para el binomio de Confederación Frente Amplio Formoseño, Fernando Carbajal-María Fernanda Insfrán, con el 14,98% de los sufragios.
Por su parte, Francisco Paoltroni-Noemí Argañaras, de Libertad, Trabajo y Progreso, quedaba en el tercer lugar con el 11,45%.
Finalmente, la oferta electoral del Partido Obrero, integrada por Carlos Servin y Rafael Martínez, registraba apenas el 0,29%.
Por la mañana, cuando concurrió a votar en la Escuela de Frontera N° 6 de Laguna Blanca, Insfrán había rechazado los cuestionamientos de la oposición al afirmar que “la alternancia en Formosa la decide el pueblo”.
Al ser consultado sobre su permanencia en el poder, el gobernador peronista había respondido: “Pregúntenle al pueblo”.
En ese sentido, había indicado que permanecerá en el cargo “hasta que el pueblo diga” y, al referirse al mote de feudo que le asignan dirigentes opositores, había subrayado: “Capital Federal es un feudo donde los inquilinos son los vasallos”.