Ella —entre unos pocos— es
la que más disfruta de la libertad de expresión que en la Argentina no tienen ni
los medios que no están comprados por el gobierno ni los simples caminantes
donde no hay camino para ellos, ni pueden hacerlo al andar.
Ella se ha aprovechado
tanto de la pleitesía que le rinde el kirchnerato en el poder, de todas las
facilidades para acceder a la propia Casa Rosada o a cualquier ministerio, y ha
alcanzado un grado tal de soberbia e impunidad, que la hacen exagerar la
tremenda incontinencia verbal de la que padece desde hace años. Una
incontinencia que da rápido paso a continuas incitaciones a la violencia.
Ella, en medio de su
impunidad, no vacila en lanzar crudos insultos a quien centra como “enemigos”,
trátese del presidente de Colombia, de militares y policías o del propio Papa y
la Iglesia.
Mientras tanto, no cesa de
cantar loas a quienes la financian de manera tal que la han convertido en
millonaria: el presidente venezolano Hugo Chávez, el matrimonio
Kirchner, el terrorismo internacional de la ETA o el mandatario iraní
Mahmoud Ahmadinejad, entre otros.
Hebe Pastor de Bonafini
vivió especulando con la presunta desaparición de dos de sus hijos desde que
fundó en 1977 la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Al pasar el tiempo y viendo
los escalones que subía tanto en los gobiernos democráticos de Argentina como en
el contexto internacional, sus especulaciones cambiaron.
Comenzó a dejar algo de
lado el tema de las desapariciones para volverse una adalid de las causas del
alicaído marxismo y del socialismo con marca de fábrica en Venezuela propugnado
por uno de sus mayores financistas.
Y como lógicamente debía
existir una contraprestación, el dinero que le llegaba a raudales le aflojó aún
más la boca y las actuaciones. Se constituyó, junto al payasesco piquetero y ex
funcionario Luis D’Elía y a los líderes piqueteros más radicalizados, en
la avanzada pro-chavista en la Argentina.
Intervino en la
organización de los actos contra el presidente estadounidense George Bush
en el 2005 en Mar del Plata, durante la Cumbre de Presidentes Americanos, y en
el 2006 en Buenos Aires cuando el mandatario del Norte visitó el cercano
Montevideo. Alternó esas figuraciones con ácidos insultos al fallecido Papa
Juan Pablo II. Más recientemente, sus diatribas alcanzaron al presidente
colombiano Alvaro Uribe, como un perfecto eco de las que a éste le viene
lanzando su amigo Hugo Chávez.
Acto anti-Bush en Buenos Aires, junto a su amigo
Hugo Chávez
Por algo ya en 1986 se
separó de ella un importante grupo de Madres de Plaza de Mayo, cansadas del giro
que iba tomando Hebe de Bonafini, y conformaron la “Línea
Fundadora”, asumiendo el verdadero rol para lo cual habían aparecido en
escena y alejándose de la locura verborrágicamente violenta de su anterior
compañera. Y de la adicción por el dinero que ella, en ese entonces, ya
comenzaba a mostrar.
La última demostración en
tal sentido ocurrió hace pocos días, cuando disgustada con el gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, encabezado por el derechista Mauricio Macri,
porque no le liberaba una partida de alrededor de 1.000.000 de dólares ya
asignada por la administración anterior “para la concreción de diversas
obras”, no tuvo mejor idea que instalarse con un grupo de “madres” de su
línea en la propia Catedral de Buenos Aires, como acto de protesta.
La usurpación del recinto,
en el cual Bonafini, decidida a quedarse allí todo lo que fuera necesario,
instaló baños químicos detrás del altar, mereció el repudio de los
católicos porteños pero ni una sola palabra, ni menos alguna acción, de parte
del gobierno Kirchner o el ministro de Justicia y Seguridad Interior, Aníbal
Fernández. Ni siquiera del gobernador de la Ciudad, que finalmente, a las
doce horas de iniciada la particular protesta, liberó la partida de dinero que
aguardaba la ansiosa Hebe.
Una verdadera madre del
odio, que es subvencionada regularmente todos los meses por el matrimonio
Kirchner, primero durante el gobierno de Néstor y ahora en el de Cristina;
que se moviliza en un Audi último modelo conducido habitualmente por su
apoderado, el abogado, parricida y ex presidiario Sergio Schoklender; que
explota diversos negocios, desde el café instalado en la Universidad de las
Madres de Plaza de Mayo —pomposa denominación para una supuesta “casa de
estudios” no reconocida por el ministerio de Educación aunque igualmente
sostenida por el Estado y los amigos extranjeros, en la que se imparten cursos
que nada tienen que ver con los habituales de otras universidades—, hasta una
calesita y puestos de venta de sándwiches de chorizo (los conocidos
“choripanes”) en la plaza ubicada frente al Congreso Nacional; que el 11 de
septiembre de 2001 brindó con champagne celebrando el ataque a las Torres
Gemelas, diciendo que allí murieron “sólo 4000 norteamericanos ricos”;
que martillea permanentemente con sus apoyos a los grupos terroristas
internacionales de diverso origen, entre ellos y en estos últimos tiempos a las
Narco-FARC, socias de su amigo bolivariano; o que, como se dijo,
transformó durante 12 horas a la Catedral de Buenos Aires en una letrina.
Esta es apenas una
semblanza de Hebe de Bonafini, la locuaz octogenaria que se da el gusto
de asentar sus voluminosas posaderas en los más altos despachos oficiales, donde
es recibida sin audiencia previa en cuanto ella se lo propone.
En el balcón de la Casa Rosada Recibida por Cristina Kirchner
La “vasca” Hebe
Uno de los grupos
terroristas que atraen las preferencias de Hebe de Bonafini es la banda
separatista vasca ETA. Desde hace años, en sus numerosos viajes por el
mundo en primera clase, la adinerada defensora de algunos derechos humanos ha
visitado España y el País Vasco y ha llevado a cabo amistosos encuentros con
líderes de esa organización, que además es otra de las que le suministra nada
despreciables fondos.
Que para la ETA bien ganados se los tiene Hebe.
Después de todo, ha hecho no pocos esfuerzos para influir en la liberación de
etarras detenidos en la Argentina y Uruguay, y una vez logrados ha colocado a
algunos de ellos en sus emprendimientos.
Un ejemplo emblemático de
ello lo representa el caso de José María Lariz Iriondo, conocido como
“Josu”. Este etarra fugitivo residía en Uruguay y se casó allí con
una ciudadana de ese país, hasta que en 2002 el gobierno conservador de Jorge
Batlle lo expulsó. Se trasladó a la Argentina, donde fue inmediatamente
detenido mientras se estudiaba el pedido de extradición que sobre él había
emitido el juez español Baltasar Garzón, quien lo acusaba, entre otros
delitos, de participar en la voladura de un vehículo policial en el País Vasco
en 1984 que dejó dos heridos. En tanto, la Audiencia Nacional española
tenía abiertas contra “Josu” dos causas, una por estragos y detención
ilegal, y otra por tenencia ilícita de explosivos y armas.
Conocida la habitual
parsimonia de la justicia argentina —como la de la mayoría de los países
latinoamericanos— mientras los magistrados actuantes bostezaban junto a la
Cancillería se iban sucediendo los agitados cambios políticos que sufrió el país
entre fines del 2001 y mediados del 2003, o sea desde la caída del presidente
Fernando De la Rúa, pasando por el brevísimo pantallazo de que se
sucedieran cinco presidentes en diez días, hasta la gestión de Eduardo
Alberto Duhalde y su cesión de la presidencia a Néstor Kirchner el 25
de mayo de 2003.
Y aquí es donde le llegó a
José María Lariz Iriondo la libertad que había esperado, gracias a los
buenos oficios de la amiga de la ETA, Hebe de Bonafini, y la rápida
disposición y complacencia de Kirchner, su entonces canciller Rafael
Bielsa, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde —un
abogado que en los años ’70 estuvo ligado a organizaciones terroristas—, y otros
miembros del entorno oficialista, quienes tiraron a la basura la solicitud de
extradición del juez Garzón y le abrieron las puertas de la cárcel a “Josu”.
El etarra, a quien también
el nuevo gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez le había cancelado sus
causas, pudo volver a transitar entre sus dos nuevos hogares rioplatenses y
dedicarse a su otra afición aparte de volar autos y policías: difundir sus
conocimientos sobre los txipirones en su tinta y otros platos
tradicionales de la cocina vasca dando clases al respecto. Fue así como, además
de haber recuperado por un tiempo su puesto de cocinero en un conocido
restaurante de comida vasca ubicado en el Parque Rodó, de Montevideo,
consiguieron que dicte dicha cátedra en el municipio de Ituzaingó, en el oeste
bonaerense, y en la “universidad” de las madres de Plaza de Mayo, lugar este
último donde aún estaría haciéndolo.
La salida de la cárcel de
“Josu” y su reinserción en la sociedad a través del arte culinario se
debió entonces, como dijimos, a los pedidos de Hebe de Bonafini al ex
presidente Néstor Kirchner, que siempre la recibió con “agenda abierta”.
Ahora, que en esa supuesta “universidad” se dicten cursos tan inocentes como
cocina vasca es otro cantar.
Los etarras llaman a
México, Uruguay, Argentina y Venezuela “las heladeras”, ya que
constituyen lugares donde refugiarse sin problemas, en especial luego de los
atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. El mote obedece obviamente a que en
esos países, ya sean sus gobiernos u otros aliados, ponen a “enfriar” a
los terroristas que deben, por razones de fuerza mayor, emigrar un tiempo y
buscar “santuarios” lejos de sus zonas de actuación.
A la vez los
“refrigerados” tienen incidencia de alguna manera en los lugares donde se
refugian, ya que no sólo financian su estadía sino que ayudan a organizar
movimientos políticos de ultra izquierda, a entrenar en diversas disciplinas a
los ya existentes o a dar ciertos “cursos” a grupos radicalizados,
movimientos “sociales”, círculos bolivarianos, etc. Uno de esos antros
en los que desarrollan su “profesorado” es precisamente la “universidad”
de las Madres de Plaza de Mayo, de la que Hebe de Bonafini, que apenas si
concluyó la escuela primaria, es la “rectora”.
Quizás debido a tantos
méritos es que la prestigiosa Universidad de Bologna, de Italia, acaba de
otorgarle a Hebe un título “honoris causa”, seguramente sin importarle
demasiado las causas y los honores que ella acredita para ameritar ese lauro.
El título otorgado por la Universidad
de Bologna, y Hebe con la toga sobre el pañuelo
Dicho sea de paso, en dicha
“universidad” de las Madres tiene una cátedra el encargado de negocios iraní,
Moshen Baharavand, desconociéndose hasta el momento en qué rubro ejerce su
docencia, aunque podemos imaginarlo.
Cabe señalar que en el año
2000 algunos en España reaccionaron ante las públicas vinculaciones de Hebe
de Bonafini con la ETA y los insultos que esta señora dirigió al país
ibérico, al calificarlo —en un grosero error de puntería— como “Estado
genocida”.
Es así como el Cabildo
de las Islas Canarias le canceló el subsidio que le venía otorgando,
estimado en esa época, en que aún no se había instituido el euro como moneda
común europea, en casi 20 millones de pesetas.
Por su parte, el entonces
vicepresidente del gobierno, Mariano Rajoy —hoy candidato a presidirlo en
las elecciones de marzo próximo— , afirmó que el Ejecutivo iba a estudiar qué
medidas adoptar contra la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de
Bonafini, porque “lo que está haciendo es apología del terrorismo y una
agresión injustificada al Estado español. Es evidente que lo que dice esta
señora es delictivo, al asegurar que el Estado español es antidemocrático y
hacer otra suerte de calificativos”.
A su vez, frente a las
opiniones de la Bonafini, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, con
sede en Madrid, declaró “no grata” a la organización que preside.
Mientras tanto, la
millonaria Hebe continuó sin inmutarse con sus viajes por diversos países de
América Latina y Europa pregonando su adhesión a cuanto grupo terrorista
encuentra. Incluso, distintas páginas web que los promocionan suelen reproducir
palabras de homenaje a esta “distinguida” visitante.
Creemos que sólo le falta
visitar Irán, aunque seguramente en cualquier momento incluirá a la
tierra de Mahmoud Ahmadinejad y los ayatollahs en su periplo.
Homenaje en su
página web de la Red Vasca Roja
El etarra “Josu” Lariz Iriondo y su amiga Hebe
de Bonafini
Una de las actividades sociales promocionada por
la universidad de las Madres en 2004
Un tipo multi-rubro
En sus años
juveniles, Rafael Follonier tuvo un fugaz e intrascendente paso por el
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), pero ante tantas desapariciones de
sus camaradas de esa organización terrorista y de Montoneros, optó por
retirarse y “portarse bien”. Al llegar la banda de “jóvenes idealistas”
al poder junto al matrimonio Kirchner, en 2003, decidió desempolvar sus
escasos títulos revolucionarios y se convirtió en un “militante de la primera
hora”, agregándose algunos lauros inventados para su currículum, y se ubicó
bajo el paraguas del entonces ministro del Interior, Aníbal Fernández.
Allí ocupó la Secretaría de Provincias, posición que le aseguraba el acceso a
los codiciados Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que las diferentes pandillas
gubernamentales argentinas utilizan para la compra de conciencias.
Asumiendo su rol de
“luchador social”, Follonier formalizó alianzas con los piqueteros y
protegió y financió a sus líderes. Por esa razón, y ejerciendo funciones que no
le correspondían, fue quien presionó a la Policía y la Justicia para que no
hubiera ninguna consecuencia para el piquetero pro-chavista y pro-iraní Luis
D’Elía y su banda cuando éstos tomaron, armas en mano, una Comisaría en el
porteño barrio de La Boca, en junio de 2004.
Por otra parte Follonier
mantiene frecuentes contactos con el chavismo, generalmente a través de
su virtual embajador paralelo en la Argentina, el periodista, sociólogo y
biógrafo del presidente venezolano Modesto Emilio Guerrero, quien está
residiendo en Buenos Aires como una de las avanzadas de su líder. Asimismo, está
relacionado con los grupos más duros del socialismo boliviano y con el
presidente ecuatoriano Rafael Correa, otros dos que pretenden implantar
en sus países el “socialismo del siglo XXI” tan promocionado por Hugo
Chávez.
En una reciente visita a
Ecuador, Follonier destacó que “nunca se había dado en la historia de las
relaciones entre Ecuador y Argentina este nivel de solidaridad y de cooperación,
este nivel de amistad y de coincidencias políticas e ideológicas”.
Pero el hombre tampoco
descuida las relaciones al otro lado del Atlántico, como las muy estrechas que
mantiene con el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), actualmente en
el gobierno en España. Por ejemplo, en ocasión de las últimas elecciones
legislativas en ese país, Follonier armó un escenario y una movida para
que los residentes españoles en la Argentina votasen a favor de las listas del
presidente del gobierno ibérico, José Luis Rodríguez Zapatero.
Fue así como en marzo de
2007 recibió durante más de dos horas al entonces candidato del PSOE a la
presidencia del gobierno de La Rioja, Francisco Martínez Aldama,
interesándose entre otras cosas por conocer el desarrollo de la ley que el
presidente Rodríguez Zapatero impulsó en diciembre de 2006, conocida como
el “Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior”.
Dos años antes, la
vicepresidenta de la Diputación y presidenta local del opositor PP
(Partido Popular) en Pontevedra, Teresa Pedrosa, había denunciado que el
PSOE “cocina un pucherazo electoral en la Argentina”. La dirigente
fundamentó esta acusación en un informe del diario “Clarín” del 1º de julio de
2005 que aseguraba que Rodríguez Zapatero había llamado a Néstor
Kirchner para que le facilitara “1.200 agentes electorales” en
los últimos comicios. Según ese diario, “el ministro del Interior, Aníbal
Fernández y su secretario de Provincias, Rafael Follonier, colaboraron con apoyo
logístico y militantes del Gran Buenos Aires”.
Otro párrafo de la
información citada por la diputada Pedrosa sostenía que “los 16.000 votos
llegados desde la Argentina resultaron decisivos. Fueron casi la mitad del total
de votos de emigrantes. Esa concurrencia masiva fue el objetivo fijado a los
1.200 agentes electorales que reclutaron los socialistas para esta campaña”.
Luego de enumerar la
dirigente del PP un largo listado de cargos de la Xunta de Galicia que
estaban de viaje por América, el presidente provincial del Partido Popular,
Rafael Louzán, criticó que el presidente de la Xunta, Emilio Pérez
Touriño, “lémbrase dos países da emigración xusto dous meses antes das
eleccións” (en gallego: “se acuerda de los países de la emigración justo dos
meses antes de las elecciones”).
Ante el viaje de seis días
del titular del Ejecutivo gallego a Brasil con el argumento de “estrechar
lazos económicos y culturales” con ese país, a Louzán ello le pareció
“demasiada casualidad”, señalando: “Parece que las inquietudes del
gobierno gallego surgieron todas súbitamente, y a dos meses de las elecciones
medio gobierno va a países que curiosamente es donde hay mayor número de
emigrantes gallegos, qué casualidad”.
Follonier y Martínez Aldama
Cambiando de península, cabe señalar
que Rafael Follonier tiene también la ciudadanía italiana. En
julio de 2007 fue condecorado por el gobierno de Italia con la Estrella de la
Solidaridad por sus “privilegiadas relaciones con las fuerzas
democráticas italianas” y su “solidaridad con los italianos que viven en
la Argentina y Sudamérica”.
Sin embargo, en los hechos
esa condecoración —según fuentes peninsulares— habría obedecido más bien al
papel jugado por Follonier, junto al ministro Aníbal Fernández, en
las últimas elecciones italianas, y su trabajo entre los italianos argentinos y
sudamericanos, colaborando para lograr la caída del primer ministro conservador
Silvio Berlusconi y elevar a ese cargo al socialista Romano Prodi.
Follonier, que durante un
período de exilio en Italia había conocido a Enrico Berlinger, el
legendario jefe del Partido Comunista, y al actual presidente de Italia,
Giorgio Napolitano, recibió la condecoración en el grado de Commendattore,
y la misma fue firmada y entregada por Napolitano y el canciller
Massimo D’Alema. Entre sus buenas relaciones en Italia, puede agregarse que
Follonier es amigo personal de Piero Fassino, secretario general del
partido Izquierda Democrática, y de Donato Di Santo, vicecanciller
italiano.
Como se dijo antes,
Rafael Follonier es uno de los que en Argentina tiene más sólidas relaciones
con el chavismo y con el propio Hugo Chávez, quien lo llamó cariñosamente
“Rafa” con el micrófono abierto en la llamada “Cumbre de los Pueblos”,
acto opuesto a la presencia del presidente norteamericano George Bush en
la Cumbre de Presidentes Americanos realizada en Mar del Plata en 2005 y en el
cual la estrella fue precisamente el presidente venezolano. Incluso el nombre de
Follonier había sido mencionado para reemplazar a fines de ese año a
Nilda Garré como embajadora argentina en Venezuela, quien pasó a
desempeñarse como ministra de Defensa, aunque finalmente esa delegación
diplomática fue ocupada por la hasta allí diputada, ex azafata y ex líder
gremial de los trabajadores aeronáuticos Alicia Castro.
Asimismo Follonier,
como uno de los arquitectos en la relación de la Argentina con la Venezuela de
Chávez, fue también uno de los motorizadores, junto al ministro de
Planificación Julio De Vido y al ex director del Organo de Control de
Concesiones Viales (OCCOVI), Claudio Uberti —uno de los pasajeros, aún
“intocable” por la Justicia, del famoso vuelo que trajo a Buenos Aires a
Guido Antonini Wilson y su maleta dolarizada—, de la compra de gasoil
“bolivariano”, por cierto de pésima calidad y además contaminante, para
suplir la escasez de combustible.
Y es, además, el enlace
entre el chavismo, las agrupaciones piqueteras desprendidas de “Montoneros”, los
grupos que se identifican con la ETA y las Madres de Plaza de Mayo.
Todo un ejemplo de hombre
multi-rubro.
No se sabe aún bien con qué
fundamento –salvo que sea por su amistad con Hugo Chávez- que
Follonier viajó con Néstor Kirchner y el canciller Jorge Taiana,
a fines de diciembre último, a la selva colombiana en la muy mediática y
malograda aventura del primer rescate de las rehenes de las FARC que sí
fueron efectivamente liberadas después de ese fracaso, Clara Rojas y
Consuelo González.
Todos méritos suficientes,
quizás, como para que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo
haya designado, a un mes de su asunción del gobierno, en el cargo clave de
Coordinador de Asuntos Técnicos de la Unidad Presidente, como consta en el
Decreto 204/08 publicado en el Boletín Oficial del 16 de enero de 2008.
Conclusión
En realidad hay registros
de larga data en los servicios de inteligencia argentinos acerca de los nexos
entre Hebe de Bonafini y su línea de las Madres de Plaza de Mayo con la
ETA, incluyendo fotografías de éstas reunidas con los llamados
“cachorros” de ETA, dirigentes juveniles de organizaciones ilegalizadas
muy ligados a la banda separatista. Como así también hay informes de
inteligencia sobre la existencia de “empresas” vinculadas a la ETA, que están
operando en la zona oeste del conurbano bonaerense.
Sin embargo estos servicios
de inteligencia se encuentran entre la espada y la pared, por la amistad de
Bonafini con estos personajes y por el aval que a su vez le da a ella el
matrimonio Kirchner, con lo cual cualquier investigación sobre la ETA,
las FARC o los Círculos Bolivarianos, que también están
actuando en la Argentina, podría derivar en la pérdida del puesto del agente,
jefe de Departamento o Director que investigue cualquier mínima cuestión sobre
terrorismo.
Tampoco se investigan los
oscuros negocios que maneja Hebe de Bonafini, entre otros la construcción
de casas en barrios de escasos recursos con fondos provistos por el gobierno
argentino y el de la Ciudad de Buenos Aires. Casas de reducidas dimensiones y
pésima calidad que no justificarían los 40 millones de pesos del
presupuesto reunido por Bonafini para utilizarlos en ese emprendimiento.
Y tampoco se habla de los
“cursos de pensamiento político” a los que se obliga a asistir, a
cambio de la ayuda prestada, a los beneficiarios de esas viviendas y numerosos
habitantes de esas zonas con el pretexto de coordinar “ayudas sociales”, y que
son dictados por “profesores” tan esclarecidos como personal de la “universidad”
de las Madres o miembros de la ETA de visita académica en el país.
Al respecto, la propia
publicación de las Madres de Plaza de Mayo reveló en una oportunidad la
forma en que, como ellas lo llaman, “se trabaja el barrio”, al
indicar: “Los cursos incluyen uno de formación política, que es
obligatorio. ¿Cómo se garantiza la concurrencia de los vecinos? Simple,
dictándolo en un momento de la clase de cada curso de oficios”, pese a que
la titular de la agrupación había negado que se adoctrine políticamente a esos
sectores carenciados.
Otro regalo de la
administración Kirchner a Hebe de Bonafini fue la asignación de
una frecuencia radial a la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Es así como
desde hace dos años funciona la AM 550 “La Voz de las Madres”, a la que
ellas mismas y en los spots publicitarios llaman “la primera de la izquierda”,
obviamente no sólo por su ubicación en el dial.
Y así, entre su fiel
financiamiento a Hebe de Bonafini, sus coqueteos con la “revolución
socialista bolivariana” de Hugo Chávez, con la ETA y con las
FARC, y los puentes tendidos con los socialistas italianos y españoles,
entre otras amistades que conforman un peligroso combo, transcurre en su
continuidad este gobierno del kirchnerismo que arrancó hace casi cinco años.
Cada vez más alejado del
mundo real y con proyecciones que hacen que se vea muy negro el panorama
democrático futuro en el país.
Carlos Machado