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LAS MANIPULACIONES GENÉTICAS DE WILHEM SELHUS
LAS MANIPULACIONES GENÉTICAS DE WILHEM SELHUS

    La historia de la humanidad ha demostrado, en más de una oportunidad, que el alumno supera al maestro. En lo referente a la arqueología fantasiosa o fantaseada, Wilhem Selhus supera, con creces, al suizo Erich von Daniken.

 

    Mientras sufro y me aterro ante los aumentos de precios y me sorprendo por la pasividad de la población, me topo con el trabajo de Wilhem Selhus: “Pero estuvieron aquí. Pruebas científicas de la presencia extraterrestre”. En la contratapa, se dan algunos datos del autor: “es un famoso especialista en ciencias naturales, catedrático de universidad, inventor, asesor científico en la industria y colaborador de instituciones científicas internacionales. Ha publicado más de 200 trabajos sobre ciencias naturales. También se ha destacado como arqueólogo, con trabajos muy notables sobre germanos, los mayas, los egipcios y los nepalíes” .

    Y finaliza con humildad: “el profesor Selhus va más allá; no le basta, con ayuda de la neológica, dar una nueva visión de la interrelación de los conocimientos científicos procedentes de diversos campos, sino que, además, nos ilustra acerca de la interpretación dada por la ciencia oficial a fenómenos hasta hoy inexplicables, ya que estas versiones, o no son exactas o, por lo menos, son incompletas”.

    Los años me enseñaron a desconfiar de los “autobombos” de algunos editores . De cualquier manera, me adentro en el libro que dice poseer “pruebas científicas” de este “profesor”, “catedrático”, “inventor”, “asesor científico”, “colaborador de instituciones científicas internacionales”; “arqueólogo”....
    A continuación, expongo textos e imágenes de la obra de marras.
    Dedica el capítulo 4 a las “manipulaciones genéticas”. No tiene desperdicio. Entre sus “aportes científicos” destaca: “acerca del aspecto exterior de los astronautas extraterrestres no estamos informados en detalle. Probablemente habría varias razas y entre estas algunas serían más parecidas que otras a los seres humanos”. (1)
   
Suena, por lo menos, gracioso. Aunque aclara el “profesor”: “si el astronauta y la hembra humana se diferencian excesivamente en sus genes, no cabía esperar que tuvieran descendencia”. (2)
    Sin embargo, coincide con el astrónomo Carl Sagan, lo que es un alivio. Pero... agrega de las pinturas de Catal Huyuk, Turquía, que cita en su trabajo: “las figuras sin cabeza representadas en ellas no pueden ser bastardos de astronautas de una especie muy distinta a la humana. Semejantes seres no tendrían descendencia con hembras humanas debido a la incompatibilidad de sus células sexuales (...) en el caso de los hombres acéfalos de las pinturas murales de Catal Huyuk parece tratarse de un intercambio entre terrestres y extraterrestres de raza inferior (...) los dos tontos (lámina III) que saludan a los astronautas a su llegada, parecen pertenecer a esa clase de subnormales. Pero véase en la figura 20 cuán poco merecían estos primitivos híbridos ser elegidos como introductores de una embajada extraterrestre”. (3)
   
En el saber machista y misógino de este tipo de investigadores los extraterrestres no se andan con chiquitas a la hora de hacer el amor. Ni noviazgos, ni flores, ni bombones para la hembra terrestre. Según Selhus “al principio, el problema de la reproducción se resolvió mediante la violación, aprobada oficialmente (lámina IV)”. (4)
   
En otro capítulo advierte el “catedrático” que “muchos autores pretenden demostrar la existencia y visita de seres extraterrestres basándose en las fábulas y los mitos. Pero este mundo poblado de seres extraterrestres es tan sumamente variado que sólo una ordenada clasificación científica puede proporcionarnos una clara visión de conjunto”. (5)
    Veamos la taxonomía que nos propone este nuevo Lienneo. Recordemos que Carl von Lienneo (1707-1778) es un naturalista sueco que desarrolla la nomenclatura binómica para la clasificación y organización de animales y plantas.
    Explica Selhus que “podemos partir del hecho de que todos lo seres con cuatro patas (tetrópodos) son, con gran probabilidad, de origen terrestre. Aquellos que tienen seis o más extremidades no se insertan en el ‘código genético de extremidades’ de la vida terrestre”. (6) 
    Por ende, la cucaracha y la hormiga, entre los insectos, no son terrestres. Nada dice de la Hormiga Atómica. Tampoco, son terráqueos los arácnidos. Ni el “Hombre Araña”. Aquí se complica porque como humano es, “con gran probabilidad, de origen terrestre, pero como arácnido tiene ocho patas.”
    Agrega el científico que “en su clasificación no tuvo en cuenta el gran número de demonios, porque una ordenación de estos por razones anatómicas presentaría ciertas dificultades. Tengamos en cuenta que hay demonios con alas parecidas a las de los murciélagos, otros sin alas, algunos con buenos cuernos, algunos con pezuña, otros sin ellas, amén de otras muchas diferencias. Si nos basamos sólo en el análisis de las extremidades, algunos demonios deberían estar incluidos en el grupo de los seres terrestres, mientras que otros han de tener su lugar entre los extraterrestres”. (7)
   
Según este “inventor”, “son muchos los indicios (...) que hacen pensar en América del Sur como primera colonia de extraterrestres”. (8)
   
¿Se acuerdan que en mi nota anterior presenté la posibilidad de que Dios sea argentino?
    Si bien el “arqueólogo”  Selhus es un caso extremo de pseudiociencia, no debemos olvidar cómo se lo cataloga en la contratapa de su libro. Presentación falaz que induce al comprador. Tan mentiroso como ciertas presentaciones de “profesores” y “licenciados” en el cable. Son “publinotas”, subpublicidad: notas pagas disfrazadas de periodismo.
    Ahora, si usted es de los que lee el horóscopo, no debería reírse demasiado de nuestro citado profesor Wilhem Selhus. ¿No le parece?

Néstor Genta

Anexo Imperdible

Láminas y epígrafes del libro “Pero estuvieron aquí. Pruebas científicas de la presencia extraterrestre”. 

Lámina I. Los seres con más de cuatro extremidades no suelen ser de origen terrestre. Por el contrario, el ser humano (tetrápodo) y el polluelo de elefante, dotado de dos patas y dos alas pertenecen a nuestro planeta. Sólo es posible el apareamiento entre seres humanos y extraterrestres cuando estos son tetrápodos semejantes a nosotros. De los cruces habidos entre extraterrestres y las mujeres de la Tierra nacieron los híbridos.

Lámina II. Al principio, los extraterrestres aterrizaban por el procedimiento de caída libre con la simple ayuda de amortiguadores que le protegían la cabeza y los pies. Más tarde, aterrizaban en cápsulas espaciales (lámina III) y fueron recibidos afectuosamente por los habitantes de la tierra.

Lámina III. La llegada de los extraterrestres a la Tierra en cápsulas espaciales fue acogida con grandes muestras de alegría por los primitivos habitantes de nuestro planeta.

Lámina IV. En un principio, la ley autorizaba la violación de las mujeres de la Tierra por los astronautas. Abajo: mediante manipulaciones genéticas se consiguieron individuos de voluminosos cerebros y seres de dos cabezas.

Fig. 20. Dos representantes de la raza humana en su estado primitivo. Claramente, se advierte que sólo la ayuda del Más Allá pudo hacerlos progresar.

Fig. 25. Con este sencillo método se podía elegir el sexo de los descendientes. El pequeño recipiente contiene semen. Volteándolo y por defecto de la fuerza centrífuga, se separan los cromosomas X e Y, que son los determinantes del sexo.

Fig. 26. La reina de los incas (la coya) lleva en la mano derecha el recipiente de semen. Para ella, la operación que permitía separar y elegir los cromosomas era de mucha importancia puesto que necesitaba concebir un hijo varón como sucesor del trono.

Fig. 27. Este voluminoso recipiente podía contener grandes cantidades de semen. Se utilizaba, probablemente, para reproducciones masivas de varones, necesarios para nutrir las filas del ejército. Para evitar interpretaciones pornográficas, los censores de la época cubrían el pene con una discreta hoja de parra.

Citas bibliográficas y reconocimiento de fuentes

1. Selhus Wilhem. Pero estuvieron aquí. Librería Editorial Argos. Barcelona. 1975. p.64.

2. Selhus Wilhem.Op. Cit. p.64.

3. Selhus Wilhem.Op. Cit. p.64.

4. Selhus Wilhem.Op.Cit. p.66.

5. Selhus Wilhem.Op.Cit. p.42.

6. Selhus Wilhem.Op.Cit. p.42.

7. Selhus Wilhem.Op.Cit. p.44.

8. Selhus Wilhem.Op..Cit.p.52.

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Armin Vans

 

1 comentario Dejá tu comentario

  1. Entonces, mi amigo Jorge, que nació con sólo una pierna, ¿será un extraterrestre?. ...El único bicho que no se adapta al entorno donde vive es el ser humano. Luego, ¿no seremos nosotros los extraterrestres?

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