La petrolera Repsol-YPF acaba de presentar su plan quinquenal, denominado Plan Estratégico 2008-2012 (ver una síntesis del mismo en este link).
El mismo está confeccionado con ciertas predicciones conservadoras, especialmente la que ubica al petróleo a 50 dólares el barril. Es que el presidente de la compañía, Antonio Brufau, está convencido de que no es posible mantener un precio de 100 dólares el barril, considerando que el mismo “vuelve a todo el mundo nacionalista”. Brufau cree que ese precio no es sostenible, pero tampoco piensa realmente en que el barril baje de los 70 u 80 dólares.
Lo más relevante de ese plan quinquenal radica, quizás, en la operación de venta del 25 % de YPF –15 % ahora y una opción de compra de otro 10%- al Grupo Petersen, de la Argentina, liderado por Enrique Ezkenazi, el amigo y testaferro de Néstor Kirchner. Una compra cuyo motivo en la superficie es re-nacionalizar YPF y a la vez convertirla en cabecera de los activos petroleros en América Latina. En los hechos, al precio que ha comprado la familia Ezkenazi cualquiera pudo haber contado con el suculento bocado de una petrolera con reservas y en la que se van a integrar otros activos latinoamericanos de Repsol.
Según el sitio digital español “Hispanidad” en su edición de este último jueves: “YPF fue valuada en 15.000 millones de dólares. El 15 % sale por 2.250. De esta cantidad, los Eskenazi han pagado un 15%, esto es 337 millones. El 85% restante se lo reparten un préstamo de Repsol a los Eskenazi y deuda bancaria... con la garantía de la propia YPF, de la que Repsol es mayoritaria. Siendo así, los Eskenazi sólo arriesgan esos 337 millones. Además, piensan pagar la deuda bancaria y la asumida con la petrolera española con cargo a dividendos, lo que forzará a Repsol a pagar buenos dividendos”.
En definitiva, finaliza el comentario del sitio español, “un favor que ha habido que hacerle a la Casa Rosada para ganarse, no ya el apoyo, sino la neutralidad del gobierno de Cristina Fernández”.
Por otra parte, se traduce que la compra de una parte de Repsol-YPF por parte de Ezkenazi está destinada a convertir a su “alter ego”, Néstor Kirchner, en un petrolero hecho y derecho. Algo por lo que viene bregando desde su llegada al gobierno en 2003.
O desde mucho antes...