El presidente argentino Javier Milei terminó de confirmar en su reciente gira por Israel, Italia y el Vaticano que se convirtió en un divulgador de las ideas liberales que simpatizan con el anarcocapitalismo y que tienen su fundamento, entre otras fuentes, en la escuela austríaca de economía.
No es casual que sus dos primeros viajes al exterior hayan sido a Israel y al Vaticano, poniendo en blanco sobre negro que para convertirse en un misionero de las ideas libertarias y llegar a convertirse en un influencer mundial de la causa, se sirve de la religión católica y del judaísmo, al tiempo que intenta conmover la ortodoxia, palabra que en griego significa la opinión correcta, que impera en la interpretación de los dos sistemas religiosos.
Uno de los síntomas más elocuentes de lo expresado anteriormente lo demuestra el hecho que el primer presidente libertario del mundo, Javier Milei, hizo de mensajero del profesor de economía de la Universidad Rey Juan Carlos, Jesús Huerta de Soto, al entregarle a Francisco unos libros de economía austríaca firmados por el académico español donde justifica sus teorías acerca del carácter libertario de Dios.
Según consignó el sitio la derechadiario.com.ar se trató de un presente que Huerta de Soto le hizo llegar al Papa argentino a través de Javier Milei con quien mantiene una gran amistad y se ofreció por fuera de los regalos protocolares preparados por la Cancillería nacional para la ocasión y que, también, estuvieron cargados de profundos simbolismos como analizamos en una nota previa.
Ahora bien, la defensa de las tesis de Huerta de Soto, que fueron proclamadas a los argentinos durante el acto de asunción a la Presidencia de Javier Milei el 10 de diciembre pasado, llegaron al Vaticano y no dejan de llamar la atención entre el público que está interesado en seguir estas polémicas intelectuales y aquellos que se sienten atraídos por el mensaje político-evangelizador del presidente argentino que, por su dedicación, podría ser comparado con las acciones de los jesuitas para divulgar la Buenas Nuevas del Evangelio.
Pero ¿de qué trata la interpretación de Huerta de Soto, seguida a pie juntillas por Javier Milei?
José Augusto Domínguez es un analista político que explicó en un artículo del Instituto Juan de Mariana, la exposición del 17 de mayo de 2017, en el X Congreso de Economía Austriaca que ofreció Huerta de Soto titulada, “Anarquía, Dios y el Papa Francisco” y que ha sido vista reiteradas veces por miles de personas en redes sociales, “Huerta de Soto parte de la premisa, a efectos de desarrollar su tesis, de que Dios existe. Se trata de un ser supremo creador por amor de todas las cosas y de todas las criaturas, en ese sentido, el punto de conexión entre Dios y el hombre es la capacidad creativa, que en el hombre se manifiesta en el ámbito empresarial”.
A partir de este postulado, necesario para seguir la interpretación de la realidad del catedrático español considerado como “gran profesor” por Javier Milei, se desprende un postulado maniqueo que sería visto con horror por Agustín, que condenaba el maniqueísmo, doctrina de origen persa según la cual existen dos principios creadores el Bien y el Mal que se oponen eternamente, donde el Mal estaría identificado con el Estado y el Bien con la libertad de empresa creadora.
En ese contexto la principal amenaza para la concreción del Reino de Dios en la Tierra se halla en “el endiosamiento de la razón humana, en la fatal arrogancia socialista”.
El propio Huerta de Soto escribe: “La persona llega a creer que mediante la ingeniería social será capaz de construir el paraíso terrenal a través del Estado. Este modelo presenta al Estado moderno como una alternativa al Reino de Dios. También, habrá quienes pidan que el Mesías ejerza su poder e imponga su voluntad para que solucione los problemas de la Tierra, pero Dios es un amante de la libertad. El ser humano le tienta y desafía constantemente para que demuestre su poder supremo. Él no acepta, pues una conversión forzada sería una contradicción a la libertad innata con la que la persona fue creada a su imagen y semejanza”.
De esta manera comienza una interpretación de la Biblia y del orden moral que, de varias maneras, se lleva muy mal con las tesis clásicas de liberales como David Hume, que enervaba y mortificaba a los fervientes creyentes cuando argumentaba que no hay pruebas concluyentes de la existencia de Dios y que la creencia en Dios es una creencia basada en la fe, por lo que se trata de una creencia basada en la experiencia humana y la cultura, pero que no se puede conocer por medio de la razón o la lógica.
O, con análisis posteriores del influyente pensador liberal, también, español, Antonio Escohotado que, en su monumental obra Los enemigos del comercio. Una historia moral de la propiedad, repone la genealogía de los adversarios de la práctica comercial, que no se agotan sólo en los comunistas y sus derivaciones políticas, sino que se remontan hasta los tiempos de Platón y su obra República, en la Atenas clásica y, a siglos posteriores, con la difusión del Sermón de la Montaña ofrecido por Jesús según el Evangelio de Mateo.
Una genealogía cultural que une a las religiones monoteístas con tesis comunistas que ni los pensadores tradicionales de izquierda ni los comentadores católicos aceptan. A pesar que el historiador británico Hilaire Belloc en “Las grandes herejías” anotaba en el siglo pasado que “el comunista conserva mucho del esquema cristiano, la igualdad humana, el derecho a vivir y demás, y sólo niega parte de él”, la defensa de la propiedad privada.
Sea como fuere, las polémicas y rendidoras tesis de Huerta de Soto basadas en el pensamiento económico austríaco, se revitalizan día tras día y, a través de su discípulo dilecto o, el que más lejos llegó en influencia, Javier Milei, han logrado traspasar las puertas santas del Vaticano.