La incertidumbre es la dueña de la escena. Es la hora 20 y la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, hace su ingreso, entre aplausos, al recinto de la Cámara de Diputados de la Nación. La fuerza de estos se degrada en su intensidad desde derecha del hemiciclo a hacia la izquierda, donde se encuentra el bloque de Unión por la Patria y los escaños de la Izquierda.
El clima que plasma la escena no repara en grandes novedades. Simplemente, es porque no se sabía hasta entonces el tono que elegiría el presidente Javier Milei para el discurso 142° de Apertura de Sesiones Ordinarias. El cambio en el horario, la incorporación del atril, sumado a los pirotécnicos embates a los gobernadores y dirigentes opositores de las últimas semanas fueron los condimentos que sazonaron la previa al arribo de Milei al Congreso de la Nación.
A las 20.45, el jefe de Estado ingresó por las escalinatas del Palacio Legislativo entre tibios aplausos de los gobernadores, diputados y senadores; varios de ellos, los de La Libertad Avanza, preferentemente, se guardaron la energía para el ingreso al recinto de su jefe, que fue a las 20.53. Allí, la Cámara baja se convirtió en un micro-estadio con cánticos y alardeo permanente para el libertario hasta el inicio de la lectura de un extenso texto.
Se trató del discurso más largo que pronunció Milei en territorio nacional (en el evento Conservador, del que participó en los Estados Unidos la semana pasado, también tuvo una extensa presentación) y, al menos, del que se tiene registro en su corta carrera política que inició, de manera oficial, en 2021, con su arribo a la misma casa que esta noche lo recibió, pero ya no como diputado nacional, sino como líder de la Primera Magistratura.
Ante el pleno de ambas cámaras y durante 1 hora y 10 minutos, el economista hizo un repaso de sus 82 días en la Presidencia de la Nación. Lo hizo con una alocución que dividió en tres partes. En la primera etapa, Milei se dedicó a sintetizar en números duros y lo que se encontró en su arribo a la Casa Rosada y el resto de las dependencias públicas. En segundo lugar, dio un detallado punteo de lo que ejecutó en estos casi dos meses en Balcarce 50.
Por último, el líder de La Libertad Avanza trazó una línea de trabajo a futuro en la que sorprendió con la convocatorio a un pacto federal en la ciudad de Córdoba para el 25 de mayo. Lo denominó “El pacto de mayo”. Además, revivió la ley de Bases y Puntos de Partida. Fuentes consultadas por Noticias Argentinas en bloques dialoguistas indicaron que están de acuerdo, pero que aún faltan discutir temas “importantes como la ley de Presupuesto 2024”.
Las diversas lecturas que realizó Milei suscitaron heterogéneas reacciones en los diferentes bloques y también en el público. Apenas iniciado el discurso, solo habían pasado 9 minutos, en el bloque kirchnerista las caras largas comenzaban a aparecer. El mandatario se dedicó a destruir a la gestión anterior de predecesor Alberto Fernández, esta semana envuelto en un escándalo de corrupción.
Quizás una de las miradas más filosas que acompañó, casi sin titubear, la lectura completa de Milei fue la de la senadora Juliana Di Tullio. Estaba sentada frente al atril del jefe de Estado. Se trata de una de las legisladoras más cercanas y con asiduo contacto con la expresidenta Cristina Kirchner. A su lado, se encontraba José Mayans, jefe de bloque en la Cámara alta del kirchnerismo. Hace pocos días aseguró que Milei “tiene problemas mentales”.
Como era habitual en sus discursos de campaña, en 2023, Milei también hizo un repaso histórico a su criterio. Ante cada punto que el apasionado de la Escuela Austríaca, la diputada del Frente de Izquierda Romina Del Plá levantaba un cartel en específico contradiciendo lo que el presidente decía. Una de las particularidades fue el -casi- apoyo total del PRO en las diversas posturas y líneas que deslizó Milei en su larga intervención. A mano cerrada, el partido amarillo fundado por el expresidente Mauricio Macri, que no asistió a la ceremonia, avalaba las ideas que desarrollaba el economista, apostado por delante del sillón de la presencia de la Cámara de baja, que tiene como dueño al riojano Martín Menem.
Solo una idea que esbozó no tuvo consenso mayoritario en el bloque macrista y fue cuando Milei apuntó contra el exgobernador de Jujuy Gerardo Morales, por el escándalo judicial que lo envuelve. Uno de los que sí aplaudió fue el líder del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, aliado de Macri en la nueva reconfiguración política que atraviesa el sistema político, refrescando de manera indirecta la mala relación entre Morales y Macri.
El comportamiento de la Unión Cívica Radical y Hacemos por Nuestro País, dos de los bloques denominados dialoguistas, fue signada por la mesura, aunque algunos radicales se regocijaban ante algunas lanzas de Milei al kirchnerismo duro, que su único gran gesto de disidencia que manifestó lo ejecutó el diputado Paco Manrique, que presenció gran parte del discurso de Milei de espalda.
Sin embargo, los correligionarios sí aplaudieron cuando Milei apuntó contra Roberto Baradel por el “deterioro” de la educación pública y los habituales paros que motoriza el dirigente gremial contra gobiernos que no son de su color político. En ese momento, de las gradas bajó un cántico peronista: “Milei, querido, el pueblo está contigo”. Mientras tanto, el “arquitecto” Santiago Caputo sonreía desde uno de los palcos, acción que se repitió varias veces en la noche porteña.
Otro de los pasajes que envalentonó a los invitamos libertarios fue cuando Milei presentó “el paquete anticasta”. Tras contar de qué se trataba, apuntó, por primera vez, contra Cristina Kirchner. Aseguró que la exmandataria fue la responsable de uno “de los mayores fracasos de la historia”, pero Milei no cerró ahí y cargó contra su hijo y diputado, Máximo Kirchner, a quien calificó como “jinete del fracaso”. En esa lista incluyó al ex ministro de Economía Sergio Massa y al dirigente Juan Grabois.
Milei fue respaldado en el Congreso por la mayoría de su Gabinete. El ministro de Economía, Luis Caputo, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fueron los que se llevaron todos los flashes del selecto grupo, al igual que la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, alias “El Jefe”. Con Bullrich se fundió en un abrazo.
Cerca del final del discurso, ya pasadas las 22, Milei lanzó una frase que pinta de cuerpo entero su estilo de gobernanza que dejó entrever en estos 82 días y lo que vendrá. “No vamos a dar marcha atrás, vamos a seguir acelerando. No vivimos de la política, solo tenemos sed de cambio. Si lo que buscan es conflicto, conflicto tendrán”. Si algo quedó disipado con este cierre fue la incertidumbre del inicio: si bien convocó a un pacto, Milei no volvió a pisar el acelerador.