Se está cumpliendo el 10% de este mando de Javier "Medialey". El oficialismo va haciendo los suficientes aprendizajes para evitar una crisis prematura, que incluso pondría en riesgo los precarios logros económicos de estos primeros cinco meses.
Que haya logrado la media sanción es de por sí beneficioso para el Gobierno, pero quizá lo más importante es el curso ILVEM de pragmatismo veloz que está haciendo. Así como la semana anterior hizo sapo con el conflicto universitario, en esta se notó un avance en el profesionalismo con el cual encaró la cuestión. Se dejó asesorar por dialoguistas como Miguel A. Pichetto y Emilio Monzó, expertos en esas lides. El dictamen que llegó al recinto tenía más apoyos y muchas menos disidencias que el que se cayó en febrero, con el paquete fiscal adentro y una reforma laboral light (sin marcha de la CGT el día de la sesión en el Congreso).
Esto muestra además que el presidente es capaz de entender que hay una cuestión de timing por respetar, que las revoluciones se hacen con sangre o con tiempo y -como le dijo en su momento Perón a Fidel Castro- "yo elegí el tiempo". El concepto de "hacer todo al principio porque después no tenés poder" es muy relativo.
Carlos Menem y Néstor Kirchner son buenos ejemplos de personajes que realimentaron su capital de poder en más de una oportunidad. De hecho, el riojano saca su famoso decreto desregulador solo después de que gana la primera elección parlamentaria en 1991, y con el boom de la convertibilidad a full en la economía de calle.
Significa entonces que el león no es solo un "autito chocador" que se divierte con la confrontación, pero que no va a ningún lado. Esto es un indicador muy importante para los bloques dialoguistas, para el mundo empresarial y para el plano internacional. Las cosas le podrán salir bien o mal, pero está dejando el ropaje del temerario sin límites.
Un punto interesante también es que finalmente cuajaron los halcones con las palomas. Se había especulado con la salida de Guillermo Francos del ministerio del Interior porque no tenía respaldo en sus negociaciones. Esta vez al menos fue diferente: hasta hubo foto de familia con Karina y el ministro.
Trascartón, "jamoncito" felicitó a los que apoyaron, pero no defenestró a los que votaron en contra. Y para los que quieren hacer quedar al presi como un loco, hasta se bajó de la presentación en la Feria del Libro. ¿Se habrá tomado el Rivotril que Alberto le había recetado a Cristina?
En el Senado sin duda que va a ser más complicado, pero...
-UP ya no tiene encolumnados a sus 33 miembros
-Con media sanción el ánimo de los esquivos será distinto
-El Gobierno se guardó un as en la manga con anuncios de obras públicas en las provincias al mejor estilo tradicional como prenda de negociación (¿no era que las obras iban a ser solo privadas?).
Resultado abierto, pero existe una legítima luz de esperanza, aunque no se apruebe antes del 25 de Mayo. Si no... se viene la noche.
Y hablando de noche, conviene detenerse un minuto en la cena anual de la Fundación Libertad, que reunió a lo más granado del liberalismo local e internacional.
Cuando se recogen impresiones de lo sucedido ahí, se comenta la desatinada burla al economista Carlos Melconian. Luego se apunta que sólo hubo aplausos tibios y dispersos frente a los dichos presidenciales.
Tercero, se coincide en que la charla fue "insoportable" y larga -70 minutos que concluyeron en bostezos- perdiendo una buena oportunidad de explicar a dónde va el gobierno.
Pero hay otros indicadores de cautela en el mundo de los negocios. La semana anterior la UIA le dio amplia difusión a su informe preocupante sobre la caída de actividad del sector. Dicho reporte se focaliza en la actualización hasta febrero. Sin embargo, se arriesgaron a incluir información preliminar sobre cómo vino la mano en marzo (que estiman peor que febrero). Quienes conocen en profundidad el paño de ese ámbito señalan que eso no sucede sin el guiño de uno de los empresarios más importantes del país.
Mientras EE.UU. le sigue mandando cartas de amor al presidente, Toto toma nota de que las cosas no son sencillas: le pide a los empresarios que inviertan, se queja de que hay ánimo especulativo en los productores agropecuarios, vuelve a bajar la tasa de referencia, insufla ánimo con el regreso de los créditos hipotecarios y hace "la gran Massa" postergando el aumento de las tarifas de servicios públicos para que mayo se mantenga en un dígito de inflación ("populistas son todos", parafraseando).
Son semanas muy intensas y van quedando muchas perlas por el camino. Vamos a mencionar solo algunas:
El ex titular de la UIF durante el gobierno de Macri, Federici, se pronunció en contra de la candidatura de Lijo a la Corte (eso huele a "la embajada").
Al presidente del Parlasur, el siempre llamativo Olmedo, lo bajaron pese a que tenía el apoyo de Karina (segunda derrota consecutiva para "el jefe", luego del regreso de Marra a la presidencia del bloque de legisladores porteños).
Hablando de Corte, el presidente dijo que no necesita una suprema adicta ("no pienses en un elefante", las negaciones que afirman).
El Índice de Confianza en el Gobierno de la Universidad Di Tella dio a la baja en abril, pero lo que más cayó fue la evaluación general del gobierno, que es lo más relevante.
Un bloque espontáneo y transversal armó un desparramo promoviendo el impuesto al tabaco y dejó a muchos en offside. ¿LLA y el PRO votaron en contra porque son susceptibles al lobby del "Sr. del Tabaco"? ¿Qué quiso hacer la mayoría de UP con la abstención récord?
Por último, lo más relevante de la clase de Cristina en los jardines de Quilmes fue que pidió que el famoso "bastón de mariscal" no se use para pegarle a un compañero, sino para empezar a liderar, algo difícil con ella presente. No parece haber "trasvasamiento generacional" en el corto plazo. Mandó a la muchachada a estudiar más para discutir los temas de la gente.
El presidente parece haber comprendido mejor la filosofía del doctor Bilardo. ¿En las fuerzas del cielo militará Osvaldo Zubeldía?