Tras la abrupta salida del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que abrió la vacante en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) luego de que Silvestre Sívori anunciara que dejaba el cargo, el Gobierno avanzó inmediatamente en la designación de un nuevo “Señor 5”. Además, anticipó que implementará cambios estructurales en el organismo.
Con el presidente Javier Milei en Estados Unidos, el asesor y mano derecha del mandatario, Santiago Caputo, se hizo cargo del asunto y recibió el pasado martes en horas de la tarde a Sívori.
Del intercambio en Casa Rosada salió el nombre que lo reemplazará en agencia y que, a pesar de estar cerrado, será anunciado al regreso de la delegación presidencial que aún deberá cumplir agenda en el exterior hasta el fin de semana.
Entre los posibles, resuena Sergio Neiffert, actual representante del Poder Ejecutivo Nacional ante la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), que ocupó además el cargo de tesorero del Consejo Escolar de Malvinas Argentinas, en épocas de Jesús Cariglino -ex Frente Renovador, actual PRO- como intendente del distrito.
Lo cierto es que tal como lo anticipó el flamante titular de ministros, Guillermo Francos, la AFI reportará directamente a la Presidencia de la Nación, algo que en la teoría estaba establecido pero que en la práctica no sucedía: Sívori reportaba únicamente a Nicolás Posse.
El portavoz, Manuel Adorni, reafirmó hoy en conferencia de prensa que “va a haber una reestructuración” en la exSide que pasará a depender “directamente de Presidencia de la Nación, como fue en otros tiempos y como entendemos que debería ser”.
En los primeros meses de gestión del abogado que supo trabajar para los equipos del PRO al frente del organismo, la AFI, que posee fondos reservados destinados a operaciones de inteligencia, operó sin limitaciones debido a que, a pesar de rendir mensualmente rendiciones, la Comisión Bicameral de Fiscalización y Seguimiento de los Organismos de Inteligencia aún no está conformada debido a que continúa sin integrantes designados para su composición.
Cambios y modelos
Una de las ideas de la administración libertaria es fragmentar en dos la agencia y que haya un organismo destinado a llevar adelante las tareas de inteligencias en el exterior y otro a nivel nacional.
“Hay que pensar exactamente en una reorganización de la inteligencia en la Argentina. Tiene que haber inteligencia exterior para tener en claro lo que está pasando en el mundo”, sostuvo Francos al respecto, y agregó: “Tiene que haber inteligencia interior, para pensar lo que está pasando con el crimen organizado, con el narcotráfico, con las fronteras. Para eso hay que usar especialistas que hay y que no hay tampoco en el país”,
Lo cierto es que para concretar la división de los dos organismos, el Gobierno deberá pasar por el Congreso para instrumentar los cambios debido a que la AFI fue creada por ley, en marzo de 2015, con la promulgación de la Ley de Inteligencia Nacional (N° 25 520) que entró en vigencia 120 días después y disolvió la Secretaría de Inteligencia (SIDE).
Lo que podría efectivizarse vía DNU es el nombramiento del nuevo interventor que lo faculte para aplicar modificaciones y le atribuya potestades para avanzar en los cambios de la estructura.
La idea que analiza el Gobierno es una realidad en países como Alemania y Reino Unido. El primero de ellos, cuenta con el Servicio Federal de Inteligencia extranjera (la Bundesnachrichtendienst – BND), bajo el control de la oficina del Canciller, que se encarga de la información de otros países, y con la Oficina Federal de Investigación Criminal (la Bundeskriminalamt BKA) para las cuestiones locales, que depende del Ministerio Federal del Interior.
En Reino Unido, operan el MI6, también conocido como Servicio Secreto de Inteligencia (SIS), que recopila información estratégica en el ámbito internacional; y el Ml5 o Servicio de Seguridad, a cargo de la pelea contra el espionaje y el terrorismo en el interior del país.