La abogada defensora de Alberto Fernández intentará que la causa judicial por violencia de género salga de Comodoro Py mientras que Mariana Gallego, patrocinante de la ex Primera Dama, prepara la estrategia judicial con su clienta.
Quiénes fueron los testigos de las agresiones y por qué Alberto Fernández le dijo a su entorno que se quitaría la vida. “Luis. Yo no hice eso. No entiendo cómo podes creer eso que hice. Estas? Lamento que creas que yo soy capaz de hacer algo así. Por lo menos escúchame antes de que me pegue un tiro”. El jueves a las 22:43, Alberto Fernández le envió cuatro mensajes al dirigente piquetero cercano a su gobierno, Luis D´elia.
El dirigente no le contestó. No era la primera persona que recibía mensajes de este tipo del ex presidente quien amenazaba con quitarse la vida. Una hora antes, D´elia lo había invitado a suicidarse previamente a dejar una carta pidiéndoles disculpas a Fabiola, sus hijos y al pueblo argentino. D´elia terminó denunciando y Fernández llamando a media docena de abogados para que lo defiendan.
Fernández terminó eligiendo, por un descarte que no hizo él sino los letrados, a Silvina Carreira una especialista en derecho de familia que tiene su estudio jurídico en Lanús y supo ser vicepresidenta del colegio de abogados de ese distrito.
Carreira tiene vínculos con abogados vinculados con los servicios de inteligencia como Franco Bindi, ex dueño del Canal Extra TV y cercano a la diputada libertaria Marcela Pagano. Carreira fue su representante legal en el canal y la impulsora de que Flow sumase en la grilla a la señal. No tuvo éxito.
El objetivo por estas horas de Carreira es evitar que la causa por “violencia de género” continúe en Comodoro Py. La abogada llegó luego de la negativa de Maximiliano Rusconi –ex abogado de Lázaro Báez y actual de Diego Lagomarsino y Julio De Vido- en defender a Fernández por una cuestión de honorarios.
Barbitta, defensora del ex presidente en la Causa Seguros, no quiso quedar envuelta en la defensa de un potencial golpeador de mujeres. El viernes por la noche, Fernández recibió a los efectivos de la policía federal, enviados por el fiscal Ramiro González –Carlos Rívolo colabora con él- que le secuestraron 22 pen drives, 2 celulares, 2 memorias y un IPad. Los vecinos del River View, apenas, escucharon el timbre.
El plan de Mariana Gallego, que viajó en las últimas horas a España a encontrarse con Fabiola Yañez, era que su clienta declare por zoom este sábado. Pero no quiere que la ex Primera Dama deba hacerlo en dos ocasiones en un término acotado. Prefiere que la justicia defina quién investigará los hechos denunciados que podrían terminar con el ex presidente tras las rejas.
Yañez grabó dos notas con medios argentinos. Su relato, aseguran los que vieron las entrevistas, es “fulminante”. Habla de los hostigamientos, golpes, amenazas, violencia psicológica y la psicopateada –tal como mostró D´elia- de un Fernández que aseguraba que se mataría si lo denunciaba su ex mujer.
Es que si los hechos denunciados se comprueban, los delitos sumarían sus penas y Fernández no podría esquivar la cárcel pues tiene antecedentes penales y, según Yañez, violó la perimetral al continuar enviándole mensajes por whatsapp tras la denuncia.
Por todo ello, más la difusión inesperada, de los chats y fotos, que acreditarían la violencia física ejercida por Fernández, las pocas personas que frecuentan al ex presidente, prefieren que no de entrevistas ni que se publique la nota ya realizada con El País de España.
El juez federal Julián Ercolini también espera definiciones. En caso que siga siendo el juez de la causa ya tiene pensado una docena de testigos que deberán pasar a declarar por Comodoro Py. Desde ex funcionarios que habrían encubierto las “golpizas” incluso “estando embarazada de ocho meses” a la maquilladora personal de Yañez que “hacía milagros para tapar el horror”.
No sólo eso. También pediría otra batería de pruebas en la Quinta de Olivos, analizará el contenido de los celulares secuestrados y, en caso que se comprobase que la víctima sigue en peligro, podría pedir la detención inmediata del ex presidente que aseguraba ser el político que terminaría con el “Patriarcado en la Argentina”.