El inicio del mes de noviembre activó una suerte de cuenta regresiva en ambas cámaras. El 30 de este mes concluye el período ordinario y todas las señales indican que el Poder Ejecutivo no piensa prorrogarlo. Lo que quede, en ese caso, será para las sesiones extraordinarias. ¿Habrá sesiones extraordinarias? Esa es la pregunta que muchos se hacen por estos días y no hay demasiadas dudas al respecto.
A poco de cumplirse 11 meses en la gestión, el Gobierno de Javier Milei ya ha dado sobradas muestras de mantenerse a salvo de lo que pueda hacerle el Congreso, más allá de su minoría extrema en ambas cámaras. Ahora, con el año parlamentario cerca de concluir, lo que necesita es acotar daños, y esto es evitar que la oposición lo afecte aprobando temas que no quiere. Por eso, nada indica que vaya a tener intenciones el Gobierno de extender el período ordinario: nada de lo que necesita y quiera aprobar está pendiente.
Ni siquiera el Presupuesto, pues ya ha transparentado oportunamente que no es una aprobación que los desvele. Está claro que nada mejor para un Gobierno que manejarse con un presupuesto prorrogado, aunque nunca sucedió hasta el presente que eso pasara dos años consecutivos.
Como sea, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aclaró en la semana que su aprobación implicaría que “el arco político en general entendió que no se puede vivir gastando más de lo que se tiene”. Además -y más importante-, sería una señal hacia el exterior. O mejor dicho: su no aprobación sería un dato negativo para los mercados. De ahí la importancia de que el Presupuesto salga.
Atento a ese dato, la intención de la oposición en general -aliados y dialoguistas- es aprobar el Presupuesto, para evitar la discrecionalidad con la que el Gobierno pudo manejarse a lo largo de 2024. Más allá de las quejas y cambios sugeridos, lo votarán.
Según confiaron altas fuentes oficiales a este medio, la intención de La Libertad Avanza es tratar el proyecto en el recinto de Diputados el miércoles 20, o bien durante esa semana. Luego será el turno del Senado, donde lo más probable es que se trate en extraordinarias, que serían convocadas solo para ese tema.
El oficialismo tratará de hacer en Diputados una sesión más en el transcurso de noviembre. Debería ser la semana previa al tratamiento del Presupuesto. El objetivo oficial es llevar al recinto dos temas de suma importancia como son la privatización de Aerolíneas Argentinas, cuyo dictamen se apuró la semana pasada, y ficha limpia. Primero, debería asegurarse contar con el número necesario para aprobar la venta de la aerolínea de bandera, y eso está por verse.
La otra preocupación del Gobierno es la anunciada intención de la oposición de forzar el tratamiento de la reforma de la Ley 26.122, que regula los decretos de necesidad y urgencia. Más allá de que el presidente Milei ya anticipó que si sale esa ley, la vetará, el oficialismo intentará por todos los medios estirar los tiempos y que no se trate en el recinto al menos este año. Corre a su favor que Aerolíneas y ficha limpia serían dos temas demasiado potentes como para agregarle uno más, de semejante envergadura. Especulan con que la oposición necesitaría una mayoría especial que les costaría conseguir. Se verá.
A propósito de ficha limpia, ese proyecto tiene dictamen desde el 17 de septiembre y ya debería haber pasado por el recinto, pero el tema quedó fuera de la sesión celebrada el 2 de octubre pasado.
Para ese día se había especulado con incluir el proyecto que impide las candidaturas de aquellos dirigentes condenados en segunda instancia, pero finalmente esa sesión se circunscribió a Boleta Única de Papel, la ley antimafias, tenencia de armas y la emergencia en Córdoba. Se argumentó entonces que incluir ficha limpia hubiera alargado demasiado el debate. Como no son habituales esos “pruritos”, quedó claro para muchos que no había demasiado interés oficial en avanzar con ese proyecto. No en ese momento al menos.
No hay ninguna duda de que el Gobierno aspira a que Cristina Kirchner monopolice la centralidad en el espacio opositor. Y tenerla como candidata en las próximas elecciones sería la mejor noticia para La Libertad Avanza. Ya de por sí, Javier Milei celebra que ella vaya a presidir el principal partido opositor, como ya se ha resuelto por vía judicial. Asumirá el 17 de noviembre, justo el día en el que la Cámara de Casación confirmaría su condena. Así las cosas, tener la ley de ficha limpia aprobada sería un impedimento formal para que la expresidenta fuera candidata. De ahí que la oposición dialoguista tenga fundadas sospechas de que no hay intención de que esa ley salga.
De todos modos, el oficialismo no puede darse el lujo de frenar una norma como esa, que reclaman especialmente sus socios del Pro. Aprobada la media sanción a mediados de noviembre, no habría tiempo material para su tratamiento en el Senado. Y es uso y costumbre que no se aprueben leyes que tengan incidencia electoral en años de elecciones. De ahí que la sanción definitiva quedaría para 2026. Con otra composición de ese cuerpo, dicho sea de paso.
En el Senado, no hay demasiados temas pendientes. La ley Nicolás, que si no se aprueba este año perderá estado parlamentario (Dato: el oficialismo no firmó el dictamen suscripto el pasado 16 de octubre). Están también las medias sanciones recientemente aprobadas en Diputados: antimafias y regularización de armas.
Nada urgente en un ámbito donde el oficialismo tiene más preocupación por tener las puertas del recinto cerradas que abiertas. Pasa que está probado que allí la oposición más hostil cuenta con mayor poder de fuego, y entre otras cosas tendría en la mira el decreto 846/24, que habilita a canjear títulos de deuda en cualquier moneda, sin los requisitos estipulados y obviando al Congreso de la Nación. De hecho, los senadores opositores intentaron sin éxito forzar una sesión la semana pasada.
Salvo la informativa a la que asistirá el jefe de Gabinete, prevista para fin de mes, no sería de extrañar que la única sesión que fueran a tener sea la del presupuesto. En la cual podrían dar ingreso para su tratamiento a los 150 pliegos judiciales que el Ejecutivo se apresta a enviar al Senado. La aprobación de los mismos podría darse en todo caso también en extraordinarias.