Es interesante pensar el efecto del humo que atravesó
ciudades y pueblos enteros, rutas y caminos. Afectando no sólo la salud de la
población, sino que también la vida económica del país y de las personas mismas,
que murieron en las rutas por visibilidad reducida. Quemar pastizales es la
forma más rápida de preparar el terreno. ¿Para plantar qué? Soja transgénica,
que está a precios en dólares y muy altos, lo que le proporciona a quién la
cultive y coseche enormes ganancias. Por eso es una metáfora viviente el humo
que nos invade.
Pensar en el conflicto del campo unos días atrás, y el
supuesto “masivo” apoyo popular que tuvo, como si no hubieran campesinos que
trabajan la tierra y que no cobran también como los dueños de la misma, es mirar
y respirar el humo, es no ver el fuego real que quema al país con este problema.
Como asegura un comunicado del Grupo de Reflexión Rural
(GGR)
frente al paro agrario, “La soja, seguirá siendo un gran negocio para muchos,
aunque se eleven aun más las retenciones. De paso, el Ministro de Economía le
recuerda en el diario al campo que con esas retenciones comprará en el curso
del año cuatro mil millones de dólares para mantener el dólar alto. Cuestión
fundamental que aparece de modo solapado: el valor del dólar que posibilita una
Argentina agro exportadora en que los sojeros hacen fortunas, está mantenido
gracias a que todo el país aporta comprando ingentes cantidades de dólares mes a
mes para mantener el tres a uno... Pero de esto no se habla o simplemente se lo
da a entender solamente como instrumento de presión, frente a los también
insaciables que protestan un poco....” (…)
Dicho texto del GGR esclarece aún más el problema: “Como
GRR, hemos recordado reiteradamente que los derechos a la exportación comúnmente
mal llamados retenciones, mal llamados porque lo que se retiene se devuelve y
ello aquí no sucede, fueron establecidos por el presidente Eduardo Duhalde en el año
2002 para ser pagados por los exportadores. El ex director de la Junta de Granos
dice: "El precio del grano que cobra el agricultor es el del mercado
internacional menos las retenciones. Hoy US$ 533, menos 44% que es el impuesto
que paga. Pero el responsable del pago al fisco es el exportador, que actúa como
un agente de retención del impuesto que lo pagará mucho más tarde: 15 días
después de haber embarcado el grano”. Y aparentemente así es, aunque la trampa
es que los exportadores le añaden estos costos a la producción, o sea que
violando el espíritu de la Ley, y con anuencia del Estado, socializarían estas
retenciones hacia abajo con los productores e inclusive con los consumidores que
somos todos nosotros, porque pagamos las retenciones a la exportación del trigo
aparentemente cada vez que compramos pan, con lo cual nosotros y cada productor,
pagamos las retenciones con las cuales se mantiene el dólar alto para que el
sistema continúe pedaleando, produciendo desempleo, cáncer y devastaciones, así
como también dinero para paliar la pobreza que la soja produce y con esa pobreza
"clientelizada" se pueda perpetuar el sistema político partidista que sostiene a
la Republiqueta sojera minera... (…) Y lo paradójico es que, cuando los
representantes del campo protestan, lo hacen contra el Estado que aplica las
retenciones y no contra las corporaciones que, en nombre del Estado y abusando
de su rol en la cadena de comercialización, las socializan con ellos. De tal
manera que, abrevando en obsoletos criterios antiestatistas de entraña
liberal, hacen causa común con los mismos finales de la cadena que los abusan e
invisibilizan, o sea con ADM, con Bunge, con Dreyfus, con
Cargill... y la
dependencia que sienten hacia las corporaciones es tan grande que siendo sus
víctimas, prefieren operar como cómplices y acusar al Estado. ¿Acaso FAA, CRA o
CARBAP son exportadores? Entonces, por qué razón van al paro agrario contra un
impuesto a las exportaciones sino porque están cubriendo la aberración y la
violencia de que las corporaciones les hagan pagar el tributo a ellos… De hecho,
tomemos conciencia que los que protestan por las políticas tributarias son los
productores, no son Los Grobo, ni El Tejar, Cargill o ADM los que se quejan.
Estos últimos le pagan al productor la tonelada de Soja aproximadamente a 165
dólares cuando su precio es de trescientos dólares."
Mirar el conjunto del problema es un buen paso para
entenderlo y solucionarlo. Si entendemos que la soja no es lo mas sano para la
ingesta humana, si entendemos que las semillas son propiedad de una corporación
multinacional, si entendemos que la soja es un experimento y un negocio que no
es totalmente libre de utilizarse en todo el mundo, y sobre todo si comprendemos
que el mal de los llamados países bananeros no era la falta de predisposición a
trabajar, sino el latifundio y el monocultivo, advertiremos hacia dónde nos
dirigimos. Pues la quema de pasto muestra la desesperación por la ganancia, el
egoísmo y la mezquindad de enriquecerse hoy, sin importar las consecuencias de
mañana.
Daniel Blinder