Cuando muchos esperaban que el amague de diciembre de convocar a extraordinarias quedara en la nada durante todo el verano, la posibilidad de que el Gobierno finalmente llamara a sesionar en tiempo de vacaciones volvió a cobrar fuerza los últimos días y se confirmó finalmente al cierre de la semana. El temario incluye cuestiones urgentes para el Gobierno y otras que son puro decorado, más allá de su importancia.
Entre las primeras, la fundamental es la eliminación de las PASO. Entre las imprescindibles habrá que considerar los pliegos de los jueces propuestos para la Corte Suprema. Para ambas cuestiones los libertarios se tienen fe, pero lejos están de tener los votos asegurados.
Más allá de que la movida disgustó al mileísmo, los planetas parecieron alinearse cuando el jefe de Gobierno porteño anunció el desdoblamiento electoral en CABA, decisión que incluía un pedido de suspensión de las elecciones primarias en el distrito. Jorge Macri pronunció entonces un discurso afín a lo que Guillermo Francos expresaba por esos días respecto de la derogación de las PASO, lo que dio pie al bloque Pro de Diputados a replantear su postura original contraria a los deseos del Gobierno nacional en la materia. Sin embargo, con el correr de los días y la acentuación de las diferencias entre La Libertad Avanza y el Pro, la idea que está prevaleciendo en el partido amarillo es la de la suspensión en lugar de la eliminación definitiva con la que insiste el Poder Ejecutivo.
Esa postura es la que hoy por hoy tendría más chances de salir, pues Unión por la Patria sería proclive a avanzar en ese sentido. Desde esa bancada se presentó el proyecto más reciente relacionado con las PASO: es del diputado chaqueño Juan Manuel Pedrini y tiene fecha de ingreso en la Cámara el 29 de noviembre de 2024. Busca suspender las PASO “por única vez”, aclarando que la eventual supresión definitiva debe hacerse luego de “un debate serio, profesional y comprometido con la ciudadanía”.
En el seno del Pro hay posturas divergentes. María Eugenia Vidal tiene presentado un proyecto para eliminar la obligatoriedad de votar en las PASO, que de aprobarse pasarían a ser PAS, mientras que otras voces como la de Hernán Lombardi están a favor de la eliminación para las elecciones legislativas. Como sea, el partido liderado por Mauricio Macri hace sus propias cuentas electorales y apostará a priori a la suspensión por única vez, pues las quiere disponibles para 2027. Vaya si les ha sacado rédito, más allá de que en las más recientes terminó sufriendo. Pero sí o sí prefiere que no se hagan este año, pues teme que le jueguen en contra. Las PASO terminan siendo una condena para las terceras fuerzas, que es en lo que se ha convertido el Pro, junto al resto de lo que fue hasta hace poco Juntos por el Cambio. Es algo que le vino muy bien a esa fuerza en los años que lideraba la confrontación con el kirchnerismo, cuando conocidos los resultados de las PASO aparecía el voto útil en octubre, alineando entonces a la mayoría del voto anti K. Ahora el Pro teme ser víctima del eventual “voto útil” en las elecciones definitivas, que podría arrasarlos, según confiesan en privado. Mejor que no se conozcan las cartas por anticipado, al menos por esta vez.
Es la misma razón por la que en el radicalismo ya admitieron estar repensando su postura original contraria a tocar las PASO. Le costará al oficialismo derogar las elecciones primarias si no cuenta con la anuencia del Pro y Unión por la Patria. Pero más difícil estará la pulseada para los jueces de la Corte. En el oficialismo confían en tener los dos tercios que necesita Ariel Lijo para llegar a la Corte. Hacen cuentas y suman a buena parte de Unión por la Patria, que desde la primera sesión que haya pasarán a ser 34; más un puñado de radicales y una decena votos del resto del Cuerpo, mas ninguno del Pro. Se verá si la suma le da bien al Gobierno, que mirará de reojo a la titular del Cuerpo, a la que no le agradecerá nada si le va bien.
Más difícil la tendrá Manuel García-Mansilla, quien además llegará al recinto -en la misma sesión en la que tratarán el pliego de Lijo-, sin dictamen. Eso implica un tratamiento sobre tablas que necesitará otros dos tercios. Menuda dificultad contar con esa mayoría especial dos veces seguidas en la misma sesión. Aunque puede llegar a suceder que una cantidad suficiente acepte el debate sobre tablas con la única intención de votarle en contra luego y sacarlo del juego.
Complicadísima la tiene el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, teniendo en cuenta que ni siquiera consiguió las 9 firmas que necesitaba para el dictamen.
Y entre los proyectos que mandará el Ejecutivo y que tendrán que recorrer comisiones y ambas cámaras, está el de ficha limpia, un texto nuevo que el presidente Milei encargó redactar al abogado Alejandro Fargosi luego de percibir la mala repercusión que tuvo en el electorado propio -ausencia de varios diputados oficialistas mediante- el fracaso del debate del proyecto original en Diputados.
El mandatario dijo que le había encargado a Fargosi trabajar en un proyecto que elimine los “agujeros legales” que a juicio del Gobierno tenía el proyecto que llegaba al recinto y cuyo dictamen sin embargo firmó. Si bien no existe todavía un texto al cual analizar, por lo que ha dicho Fargosi en distintas entrevistas, el nuevo proyecto sumaría a las condiciones para invalidar a un candidato condenado una tercera instancia, afincada en la Justicia Electoral. Lejos de convencer esa tercera instancia a aquellos que apoyaron el dictamen que no pudo llegar al recinto en diciembre.
El proyecto oficialista también incluiría un requerimiento especial a la Corte para apurar sus resoluciones para esos casos. Fuentes de la oposición dialoguista consultadas por este medio aclararon que esperarán a ver el texto antes de adelantar su postura.
Así las cosas, el Gobierno podrá exhibir una vez más el dominio de la agenda política, pero eso no implica la certeza de aprobar los proyectos que ha mandado. Dicen en lo más alto del poder que van a todo o nada y que si fracasan en sus principales aspiraciones -porque bien podrían aprobar 4 de los 7 proyectos y así y todo sería un fracaso-, les servirá para su relato: el de una casta que se resiste a colaborar y solo pone piedras en el camino, razón de más para mantener inactivo lo más posible el Congreso en el resto del año, hasta que la gente con el voto cambie el mapa legislativo. Esa es una melodía que suelen disfrutar los libertarios.
O bien armar las mayorías necesarias para sacar las leyes que desea, recogiendo el consejo que les dio Miguel Pichetto en su momento: buscar armar mayorías en el Congreso para gobernar, en lugar de conformarse con reunir un tercio con el cual poder blindar sus vetos. Lo cierto es que el Gobierno no se ha dedicado a armar mayorías salvo cuando las necesitó para la Ley de Bases. Para un Gobierno que solo ha podido aprobar tres de los proyectos que mandó al Congreso (Ley Bases, Paquete Fiscal y Banco de Datos Genéticos) debería ser un llamado de atención.
DI MAURO, 2025, no todo es Blanco o Negro, no todo es una contienda.
¡Esta bien! Es una forma de "hacer que se PROMUEVE al trabajo", aunque se trate de un simil de "mordisco para perros". Tenemos un CONGRESO tan IMPRODUCTIVO Y EFICIENTE que con solo "REUNIRLOS" en verano ya es un "desafío" y a su vez un logro. ¡Nos conformamos con tan poco los atribulados ciudadanos Argentinos! ¡Es lo que hay!