
Miguel Pichetto le reprochó a lo largo del año pasado al Gobierno haberse conformado con recrear un tercio en el Congreso con el cual poder blindar sus vetos, en lugar de haber buscado formar -aprovechando el privilegio de ser gobierno- una mayoría legislativa que le permita conseguir más leyes. Y no le faltaban razones para afirmar tal cosa, teniendo en cuenta que el Presidente se ha mostrado más a gusto a lo largo de su primer año de gobierno en denostar a los habitantes del Parlamento, que en buscar consensos.
Pero los resultados de las sesiones realizadas este año en extraordinarias parecieran tornar vieja esa observación del diputado que más tiempo acumula en la actualidad en el Congreso. En la primera sesión de este año en la Cámara baja, La Libertad Avanza consiguió aprobar la suspensión de las PASO por 162 votos afirmativos. Es verdad que debió ceder, pues la meta original era la derogación, pero a cambio consiguió un resultado impactante: un voto más y alcanzaba los 2/3 de los presentes.
El miércoles pasado, concluyó la labor en Diputados por extraordinarias con un contundente triunfo con el proyecto de ficha limpia, del que el Presidente terminó apropiándose. Los votos positivos fueron 144. Ahí también debió ceder: cuando el poroteo se había complicado, citaron a los jefes de los bloques que debían proporcionar los votos para la aprobación a una reunión en vísperas del debate en la que el Gobierno aceptó eliminar la denominada “cláusula Petri”, que el hoy ministro de Defensa había escrito al principio del proyecto y que incomodaba a parte de la oposición dialoguista. Ahí se establecía la validez de la inhabilitación para ser candidatos a aquellas personas cuya confirmación de condenas fueran previas al 31 de diciembre del año anterior.
Vale aclarar a propósito de la intervención del titular de Defensa en la coordinación del proyecto del Ejecutivo, que Luis Petri sabe del tema, al punto tal de haber sido en sus tiempos de diputado el encargado de receptar las firmas cosechadas a través de change.org cuando la primera campaña para avanzar con ficha limpia.
El oficialismo accedió a modificar el texto de la ley y llegó al recinto con la certeza de que la obtención del quórum sería un mero trámite y la aprobación inexorable. Íntimamente presagiaba también el resultado contundente: los votos en contra se limitaron a Unión por la Patria, la izquierda, y un par de diputados periféricos.
Ya no quedan dudas de que el Gobierno ha entendido las bondades de postergar o morigerar deseos cuando el resultado no altera en demasía el objetivo. Fue, sin ir más lejos, lo que hizo con la Ley Bases.
De todos modos, nada está definido aún, pues los proyectos del Ejecutivo deben subir la colina del Senado, más empinada y complicada. Pruebas al tanto: en la reunión de comisión que analizó allí el miércoles el proyecto de reincidencia y reiterancia aprobado en Diputados con holgados 138 votos, se percibieron algunas resistencias: las suficientes como para que, de mínima, la media sanción vaya a tener modificaciones.
Como para mostrar receptividad, el oficialismo pasó a la firma el dictamen, pero aceptó que este martes se presenten funcionarios de Justicia y hasta especialistas propuestos por el kirchnerismo para ser escuchados en la previa de la sesión.
Lo que menos necesita el oficialismo en este momento es alterar los ánimos en la Cámara alta, que el jueves sesionará con un temario todavía en veremos. Un día antes de la sesión, el oficialismo buscará emitir despacho del proyecto de ficha limpia recién llegado de Diputados, pero es uso y costumbre en esa Cámara que entre el dictamen y el debate en el recinto transcurran 7 días, por lo que ese tema no podría ser incluido en la sesión del día siguiente. Y como el período extraordinario concluye el próximo viernes, debería quedar para ordinarias. En ese caso hay que tener en cuenta también que por tratarse de un tema electoral, no debería ser tratado en un año de elecciones. Ergo, todos los caminos conducen a que la media sanción quede guardada. El proyecto quedaría para ser debatido en 2026, con una nueva conformación de la Cámara y aun con estado parlamentario.
A muchos les llamó la atención que justo el día del debate del proyecto de ficha limpia se conociese la noticia de que el pliego de Ariel Lijo había conseguido las 9 firmas para llegar al recinto. Eso no garantiza que tenga asegurado los dos tercios para su aprobación. Dadas las circunstancias y lo que viene observándose, el Gobierno no se arriesgará a una derrota, si no cuenta con la certeza de tener los votos asegurados. Más de uno se pregunta si hay en marcha un “toma y daca” entre ese pliego y el proyecto de ficha limpia, que de ser ley sacaría de circulación electoral a Cristina Kirchner.
También está vigente la consigna “los dos o ninguno”, enarbolada por el oficialismo en referencia al pliego de Lijo y al de Manuel García-Mansilla, que la tiene aun más difícil en el Senado. Bien podría ceder también en este caso el Gobierno y sería una muestra más de pragmatismo.
Lo cierto es que en el transcurso de la semana venidera, si el pliego del decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral no recibe el aval del Senado, o si el de Lijo tampoco se pone a consideración en el recinto, es más que probable que se publiquen sus nombramientos por decreto. En ese caso, la vigencia de sus mandatos como jueces de la Corte se extenderían hasta fin de año, y ahí verá el Gobierno si con una nueva conformación que le dé mayor volumen a su poder legislativo en el Senado, consigue lo que ahora tanto le cuesta.
Al día siguiente del nuevo triunfo legislativo se conoció la inflación de enero, del 2,2%, la menor desde julio de 2020. Otro dato positivo en el área que más buenas noticias le viene dando al Gobierno de Milei, que pese a la buena estrella que lo acompaña desde el inicio de su gestión, se esmera en meterle ruido al día a día.
Ya había dado por superado el impacto generado por su controvertida presentación en Davos, que generó una multitudinaria marcha en contra, para reabrir luego el capítulo de las expulsiones. Las tarjetas rojas fueron para Mariano de los Heros de la ANSeS, y Sonia Cavallo de la OEA. El primero habló de más, ya no en el programa de Jonatan Viale hace dos viernes, sino el fin de semana en off ante un diario que quiso profundizar lo que en TN había dicho a cuentagotas. Y ya se sabe que en esta administración el off es un pecado mortal.
A la hija de Domingo Cavallo la echaron por las críticas de su padre circunscriptas solo al tema del dólar, pues en el resto de las cosas coincide con Milei. No es suficiente y así el Mingo pasó de ser el mejor ministro de Economía de la historia a “fracasado impresentable”.
Ya han corrido la misma suerte cerca de un centenar de exfuncionarios. Entre ellos el primer titular de la ANSeS de esta gestión, Osvaldo Giordano, echado porque su esposa votó en contra de artículos de la Ley Bases. La diputada Alejandra Torres se refirió al tema en la última sesión de Diputados, en la que dijo que el presidente debe tener la idea de que “las mujeres no podemos pensar, no podemos opinar, no tenemos decisión propia y que estamos de alguna manera u otra sometidas al género masculino”.
Fueron días de furia presidencial, coronados de una manera aún peor: con Javier Milei respaldando el viernes en sus redes sociales a un token de criptomonedas que a partir de ello subió exponencialmente su cotización… para después derrumbarse. Fue tan extrema esa acción que muchos pensaron que la cuenta presidencial había sido hackeada, mas el silencio en la Rosada ofició como confirmación. El tema estalló en la propia interna libertaria, en cuyas redes expresaban su desconcierto. Fernando Cerimedo, titular de La Derecha Diario, tuiteó:” Al que dijo que era una idea copada que vaya buscando rincón del mundo donde esconderse”.
Casi seis horas después del posteo, el presidente reconoció -a su manera- el error, por no haberse “interiorizado”. Borró el tuit y, como la mejor defensa para él es el ataque, cerró su mensaje “aclaratorio” amenazando: “A las ratas inmundas de la casta política que quieren aprovechar esta situación para hacer daño les quiero decir que todos los días confirman lo rastreros que son los políticos, y aumentan nuestra convicción de sacarlos a patadas en el culo”.
“Un presidente que comete un error de esta magnitud debe asumirlo con responsabilidad. En cambio, elige una vez más la soberbia, la vulgaridad y la violencia”, replicó el diputado de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro.
Este sábado desde el bloque de Unión por la Patria adelantaban la intención de iniciar el proceso de juicio político contra el presidente. Y unos y otros habrán encontrado un buen elemento para arrancar la campaña electoral de este año.