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El sello de los conocidos de siempre

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APRIETES, BOMBAS Y PIQUETEROS
APRIETES, BOMBAS Y PIQUETEROS

 Hasta las 19:38, lo único molesto era el calor pegajoso que se abatía como plomo derretido sobre los miles que se agolpaban en la Plaza de Mayo. Todo transcurría en perfecto orden, hasta que un estallido hizo trizas la calma imperante y el pavor se adueñó de los rostros. Una densa columna de humo comenzó a erguirse desde la mitad del histórico paseo, a la altura de la Catedral. Este cronista, que se hallaba a un par de metros hacia el costado derecho del palco junto a Vanina Kosteki, se percató al instante que no se trataba de un petardo, rompeportones, ni nada parecido. Inmediatamente, sobrevinieron los pedidos de auxilio hacia el palco, donde los oradores intentaban seguir con su cantinela. La tensión se cortaba con un cuchillo, cualquier movimiento en falso provocaría un desbande caótico de proporciones indescriptibles.

 

 Luego de un momento, Vanina resolvió pasar a la acción y se mandó para el lugar del suceso, conminando a este cronista a que la siguiera. Sorteando rostros desconcertados, llegaron cuando los encargados de seguridad trataban de establecer, con un gran tino, un cordón de seguridad. Lo que se percibió a simple vista, era un tacho de basura terriblemente inflado en el cual estaba sin dudas el explosivo. Restos de esquirlas, una misteriosa pelotita roja con pintitas blancas y varios heridos completaban el cuadro.

 En el palco, la tensión y las dudas comenzaron a adueñarse de los encargados del acto. Comenzaron a correr las versiones más disparatadas, de que se había tratado de una garrafa, una bomba de estruendo o similar. Vanina iba de un lado a otro, seguida de este cronista, tratando de explicar lo que había visto; que ciertamente no era ni lo uno ni lo otro. Pronto se caería en la cuenta que los heridos superarían la veintena, descartándose de este modo la posibilidad de que se trató de un inofensivo petardo o similar.

 Si bien el objetivo manifiesto de semejante atentado fue partir el acto, superado el mal rato este siguió sin contratiempos aunque de a ratos se escuchaban pedidos de auxilio y sirenas de ambulancias.


Las versiones contrapuestas

 

 Luego de pasmo inicial, empezaron a tejerse versiones tratando de explicar lo inexplicable:“Según confirmaron fuentes sanitarias a ANRed, por el grado de las lesiones se descarta que haya sido una bomba de estruendo". Hasta el momento hay más de 10 heridos del Movimiento Sin Trabajo Teresa Vive (MST) y del Polo Obrero (PO), entre los que estarían las dos personas que resultaron heridas de gravedad.

 Según confirmó el director del Servicio de Atención Médica (SAME) Germán Fernández a ANRed "hay dos heridos por explosión y 15 con contusiones varias y pérdidas de conocimiento".

 Los cronistas de esta agencia en la Plaza de Mayo pudieron observar al menos 5 heridos graves y el resto con heridas causadas por esquirlas, y laceraciones. Uno de los heridos fue visto con el 25 por ciento del cuerpo quemado.

 Los heridos fueron atendidos por unidades del SAME y de la Cruz Roja que están siendo atendidos en los hospitales del Quemado, Rivadavia, Gutiérrez y Argerich. (ANRed)

 No fue una bomba de estruendo”, aseguraron fuentes policiales en la Plaza de Mayo hoy alrededor de las 21, mientras los peritos de la Policía Federal Argentina (PFA) continuaban retirando los restos del tacho de basura que explotó en medio de la manifestación a las 19.38.

 Mientras la policía sigue reuniendo datos sobre la explosión, la investigación del caso está a cargo del juez Norberto Oyarbide y aunque la Secretaría de Seguridad Interior no ha arriesgado una hipótesis sobre la explosión, fuentes reservadas del gobierno confirmaron a ANRed que "el Gobierno Nacional se está preparando para asegurar que fue una bomba de estruendo".

 A la aseveración policial de que no se trata de una bomba de estruendo, se suman las marcas en el cuerpo que registran todos los heridos por la explosión, cuyas extremidades estaban ennegrecidas y laceradas por pólvora o alquitrán. Sobre esa hipótesis también insiste Vilma Ripoll del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), quien aseguró que se trata de "una bomba de fragmentación de fabricación casera que despidió esquirlas a todos lados".

 Si bien el subsecretario de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires Enrique Careli, presente en el lugar del hecho, aseguró a ANRed que “todos los heridos fueron leves”, el director del Servicio de Atención Médica (SAME) Germán Fernández, señaló que por lo menos hay dos heridos graves.

 Los peritos de la brigada de explosivos de la Policía Federal, Mauricio Barrera y Arturo Martínez, recogían la evidencia y la depositaron en bolsas de residuo negras a la vista de los testigos de las dos organizaciones más afectadas por la explosión, Gustavo Mendieta del Polo Obrero (PO) y Eduardo Beldoni del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).

 El comisario a cargo del operativo de recolección de la prueba, el jefe del Departamento de Explosivos de la policía federal, Daniel González, actuó bajo la mirada del jefe de la Federal Eduardo Prados quien declaró que “se secuestraron todos los elementos que se encontraron para peritar”.

 Además, se hizo presente en la plaza el subsecretario de Seguridad Interior del Gobierno Nacional José María Campagnolli. Entre la evidencia recogida, la policía se llevó una pequeña bola de color rojo para analizar “en forma científica” qué era, y sin saber de qué se trataba en ese momento aseguraron a la prensa que "es una cosa que no tenía que estar ahí".

 En esa línea, representantes del PO aseguraron que era otra bomba, pero testigos que estuvieron presentes en la lectura de un acta pericial sobre la "pelotita roja" confirmaron que en ese escrito se deja constancia que "es una pelota blanca envuelta con cintas adhesivas rojas y que en su interior contiene arroz".(ANRed)

 Pero para la corporación mediática nacional se trató de la mentada bomba de estruendo, desatendiendo lo que estaban constatando en el mismísimo lugar de los hechos. Tanto Crónica como su par Clarín insistieron con esta versión, mientras que para La Nación fue un explosivo desconocido.

 Más allá de las especulaciones, algunas delirantes como el innombrable autoatentado sugerido temerariamente por Luis D’Elía, la detonación no fue otra cosa que un apriete contundente. Un mensaje en forma de explosivo, destinado a que la brecha que separa al Bloque Piquetero del kirchnerismo sea aún mayor. Pues ya se sabe de sobra a quienes les conviene generar aquella vieja ley de la tensión mayor, siempre presente en las mentes y planes de los conocidos de siempre.

 

 Fernando Paolella

 

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