• La costumbre artificial: Banco Central vendió
dólares (200 millones) y compró bonos.
• La comprobación real: se enfría la construcción, caen empleo y permisos
de obra.
• La crisis habitual: empezaron fuertes cortes de gas, ahora culpan a
huelga petrolera.
No debería sorprender lo que está sucediendo en la economía
con las señales negativas que autogenera el gobierno. Los ahorristas siguen
desconfiando. El Central destinó 200 millones de sus reservas para que el
dólar cierre a $ 3,15 en casas de cambio. Y compró $ 150 millones en Discount.
Podrá mostrarse que el dólar baja y bonos suben en la Argentina, pero la
realidad es que el nerviosismo impera en plaza. Se conoció que la actividad de
la construcción en abril subió 17,5%. Pero es porque en la comparación
interanual hubo menos feriados y lluvias. Sin estos condimentos, el sector
adolece de retracción, caída de 2,1% en el empleo y de 1,4% en permisos de obra.
La escasez energética ya es un clásico a esta altura del año. Se agrava por
huelga petrolera, y las restricciones de gas a industrias se extenderían
nuevamente al GNC.
El dólar bajó a $ 3,15 en las casas de cambio y a $ 3,1180 en
el Forex-MAE, el principal mercado mayorista donde operan los bancos.
Llevar el dólar a los niveles que tenía el 19 de julio del
año pasado, no fue una decisión del mercado. No aparecieron vendedores
privados. En cambio el Banco Central siguió haciendo una demostración de
poder y vendió alrededor de u$s 200 millones para que el dólar baje.
Sin embargo, la caída de reservas fue mucho menor:
finalizaron en u$s 48.780 millones, una disminución de u$s 80 millones respecto
a la jornada anterior.
La entidad que preside Martín Redrado quiere hacerle ver al
público y operadores que comprar dólares cada día es peor negocio. Comenzaron
comprando cuando la divisa valía $ 3,21 al público y $ 3,17 en el mercado
mayorista.
Desde aquel momento hasta ahora los inversores perdieron más
de 2%, tomando en cuenta el arbitraje (se compra a precio vendedor y se vende a
precio comprador).
Pero hay un dato que está por encima de las estrategias: el
público y los grandes inversores no compran dólares para ganar, sino para
refugiarse de la inflación o para tomar ganancias y girar al exterior, porque
desconfían que los tiempos que vienen sean mejores que los que pasaron.
Hasta ahora, la estrategia del Central sirvió para
abaratarles el precio de la divisa. Como esos dólares no van a volver al mercado
hasta que se resuelva el conflicto con el agro y baje la inflación, si hay una
devaluación en el medio, los compradores de dólares se alegrarán, pero si no
ocurre no se habrán arrepentido de comprar divisas porque sienten sus ahorros
más seguros.
Redrado apoya su estrategia en que no le van a faltar divisas
porque el agro en algún momento comenzará a liquidar con más fuerza. Mientras
tanto cuenta con u$s 48.700 millones de reservas para manejar el mercado.
Metodología
Hay que tener en cuenta que los tiempos cambiaron y los
ahorristas actúan como en los años en que las reservas del país se ubicaban muy
por debajo de los u$s 10 mil millones y cuando se subfacturaban exportaciones,
algo que cayó en desuso por los avances de la tecnología.
La fuga de divisas hoy se hace a través de los BODEN 2012. No
fue casualidad que ayer este bono operara $ 120 millones y u$s 30 millones en
operaciones de paridad. A través de este bono nominado en dólares adquirido en
el exterior, se evaden divisas. Este dólar llamado contado con liquidación, ayer
cerró a $ 3,2645 para la venta.
Por caso, si alguien mirara bien lo que es negocio, podría
ver que el que mantuvo su dinero en plazo fijo desde principios de 2005 hasta
hoy, lleva ganado 35% en dólares. Y si hizo plazo fijo en mayo y el dólar se
mantiene en estas cifras, sus ganancias pueden llegar a 2% en dólares.
El Central no tiene otro camino para seguir. Es una
crisis que no es monetaria. La provocó el gobierno y eligió una estrategia para
evitar que se expanda. A pesar de todo, el Central hoy no puede
calmar al mercado, porque la crisis es política. El mercado desconfía de cómo el
gobierno maneja el conflicto con el agro y no de la política monetaria.
Por eso ayer el dólar estuvo pedido desde la apertura y el
Central desde el primer momento barrió con todo el «bid» (compras) que
aparecía en pantalla. Nunca dejó dudas respecto a su actitud. En otras
circunstancias, los compradores hubieran desaparecido al primer amague de
grandes ventas, pero ayer detrás de cada barrida del Central aparecían
nuevas posturas en el «bid». «Parece la lluvia sobre el parabrisas de un auto.
La escobilla barre y atrás caen nuevas gotas», decía un operador para dar una
imagen más poética de lo que sucedía en los monitores.
Hay que destacar que ayer fue un día con menos operaciones,
porque el martes se habían acumulado los negocios del lunes por el feriado de
Estados Unidos.
Luis Beldi
Ámbito Financiero