I) La producción agropecuaria argentina no depende del
mercado interno…
…dado que por ser una de las más competitivas del mundo, su perfil es
eminentemente exportador. Sus costos, su productividad y su volumen de
producción, sólo parcialmente tienen que ver con el mercado interno. El 95 % de
la soja se exporta, sea en grano o industrializada; el 60 % del aceite de
girasol (Argentina, 1er. exportador mundial) se exporta; la mitad del trigo y
del maíz también. De la carne y lácteos se exportaba alrededor del 20 %
(porcentaje en franco aumento) antes de que este gobierno burocrático-depredador
destrozara las cadenas de valor de dichos productos. Ahora, gracias a la
política de precios morenista, estas actividades están en franca
decadencia, precisamente, cuando se dispara la demanda internacional.
II) Creer que la devaluación de la moneda incrementa la competitividad
externa,,,
…es uno de los tradicionales prejuicios de la mentalidad dirigista e
inflacionaria vigente en Sudamérica. La competitividad internacional, máxime en
tiempos de feroz puja como ocurre actualmente con la globalización de la
economía y las comunicaciones, se gana solamente realizando inversiones
modernizantes, incorporando tecnología de punta y analizando criteriosamente
la factibilidad de los mercados. Eso fue lo que hizo el agro argentino en
los años '90 con dólar híper-bajo y sin retenciones a las exportaciones. Si la
Argentina es hoy líder en la agroindustria alimentaria es porque incorporó los
cultivos transgénicos, instaló fábricas de aceites y subproductos de última
generación, revolucionó el campo con la siembra directa, instaló usinas
procesadoras de leche de alta complejidad, diversificó la industrialización de
derivados y subproductos, etc., etc.
III) Los gobiernos no devalúan para favorecer la producción…
Desde 1880 para acá, las devaluaciones son para licuar el tremebundo
endeudamiento fiscal que provocan los gobernantes irresponsables con sus
políticas dilapidatorias del erario con fines clientelísticos, prebendarios y de
corruptela al por mayor. Se devalúa para trasladar a la sociedad civil y
productiva los costos de la periódica bancarrota del Estado (y de las pocas
empresas cortesanas que funcionan en su proximidad), el cual es saqueado
sistemáticamente desde hace 100 años por lo menos. Sin ir tan lejos, haciendo un
elemental repaso de Historia Económica (no la que cuenta el mediocre y
desmemoriado Aldo Ferrer) se puede comprobar que en el último medio siglo
tuvimos en promedio una crisis generalizada cada 7 años, crisis causada
invariablemente por la quiebra de las cuentas públicas y la consiguiente
transferencia a la sociedad de las pérdidas que éstas provocan. Por su parte,
hay que señalar que en términos de Economía Comparada, los países que progresan
en serio tienen tipos de cambio bajo o, como en el caso de Brasil, el gobierno
carioca permite que el mismo vaya bajando a medida en que se incrementa la
generación de PBI e inversiones, lo cual es lógico que ocurra dado que una
moneda es fuerte cuando el país progresa materialmente, lo que significa que el
signo monetario doméstico se valorice. Máxime con una divisa de referencia (el
dólar estadounidense) que se viene cayendo inexorablemente.
IV) El sector agropecuario no le debe nada al Estado…
…con el tipo de cambio recontra-alto que éste mantiene y que, en todo caso,
favorece a cierta franja de actividades industriales; eso sí, como bien dice el
ejemplo de los forros, a un costo social elevado por la emisión monetaria que
debe efectuar para impedir que las divisas inunden el mercado interno y pierdan
valor frente al peso. Este tipo de cambio no beneficia al agro ya que es de $
1,90 una vez deducidas las retenciones. El campo ha transferido al sector
público en los últimos 5 años, sólo por retenciones, la suma de U$S 65.000
millones, a lo que hay que agregar impuestos a las Ganancias, IVA, Ingresos
Brutos, etc. En el año 2002, cuando en medio de la crisis del default el
"Padrino" (Duhalde) pretendía embretar a la dirigencia agraria con la
reimplantación de las retenciones, tuve una feroz polémica pública con Eduardo
Buzzi, precisamente, porque yo consideraba que esta exacción terminaría
destrozando al campo en el mediano plazo, cosa que lamentablemente está
ocurriendo. El agro, en todo caso, se benefició por haber invertido en métodos
que elevaron la productividad en forma exponencial y por apostar al crecimiento
de los mercados asiáticos, contando ahora una situación internacional que no se
daba desde fines del siglo XIX. Es decir, la expansión agro-industrial de estos
últimos años no es resultado de la política del gobierno sino a su propia
estrategia productiva y de las condiciones inmejorables de los mercados
mundiales. Esto es: no es gracias a K que progresan sino que es a pesar de lo ha
venido haciendo la burocracia corrupta, ineficiente y parasitaria que los K
representan. Cualquier gobierno sensato de cualquier otro país del planeta, ante
la impresionante oportunidad que ofrece hoy la economía internacional, estaría
generando inversiones públicas en la actividad rural (caminos, energía, puertos,
etc.) de manera de incentivar aún más la producción y la productividad.
Lamentablemente, un país que, como el nuestro, es dominado por burócratas
fracasados, necios y resentidos, todo aquello que suponga tener éxito y ganar
plata, es mirado con recelo.
V) Con un TC artificialmente alto y las retenciones en sostenido aumento, el
Estado consigue financiar…
…parte del presupuesto nacional; evita coparticipar estos ingresos con las
provincias y asegura el dinero que necesita para la repartija que realiza entre
miles y miles de acólitos (tanto piqueteros y ñoquis como empresarios cortesanos
"truchos") que hoy viven de este tipo de dádivas y que, obviamente, apoyan el
"modelo". Pero, el tc alto también supone tasas de interés altas o altísimas,
por lo que es falso decir que va a poder ofrecerle al empresario endeudado
créditos baratos, todo lo contrario. El BCRA debe monetizar todo el excedente de
la balanza comercial (más de U$S 10 millones anuales) para evitar que el dólar
se desplome; por su parte, para neutralizar al menos parcialmente semejante
emisión de dinero debe colocar letras de tesorería que absorban los pesos
emitidos y a medida que esta deuda crece, aumentará la tasa de corte de las
letras y los títulos públicos (de referencia para el resto del sistema
financiero) progresivamente; finalmente, se va regenerando un déficit cuasi-fiscal
que, en los años ´80, volteó al verborrágico demagogo Raúl Alfonsín, que fue un
paladín de la democracia pero que de economía no entendía un pito. Además, el tc
alto deprecia salarios, stocks y patrimonios locales (las PyMEs se están
vendiendo por monedas), lo que también impulsa la inflación que realimenta las
demás variables económicas, tanto las financieras (tasas y condiciones
crediticias) como las comerciales y laborales (precios y salarios). Si esto
agregamos el increíble hecho de haber desarticulado el INDEC, por lo que nos
quedamos sin posibilidades de realizar cálculo económico alguno en la Era de la
Información, y los gremios se anticipan a la inflación (que no se sabe cuánto
marca) con pretensiones salariales muy por encima de la productividad, lo que,
ante la incertidumbre, es bastante lógico, completamos un panorama francamente
siniestro.
VI) La política de subsidiar el combustible…
…más allá de cierta asistencia lógica a determinadas actividades puntuales,
termina generando desabastecimiento, que es lo que dramáticamente ocurre en los
últimos días. Por supuesto que los funcionarios de mentalidad
fascista-estalinista le echarán la culpa a las compañías multinacionales que
especulan, pero lo cierto es que, desde que el mundo es mundo, cuando se imponen
precios artificiales a productos de gran demanda a la corta o a la larga se
consigue que los proveedores se retiren del mercado. Además, al productor
agropecuario (y al interior en general), hace rato que no le llega el gasoil
subsidiado; por el contrario, hay pícaros que lo compran bonificado en la
Capital Federal y lo revenden en el interior al doble o triple del precio,
especialmente en tiempos de cosecha que es cuando más se lo necesita.
VII) Que los productos de exportación sean internamente bienes de consumo
masivo…
…como la carne y los lácteos, es un problema a resolver con una política
económica inteligente. Para ello, hace falta en primer lugar saber cuál es la
causa verdadera del incremento de los precios internos, es decir la inflación.
Para la teoría económica seria, la inflación es un fenómeno de origen
estrictamente MONETARIO, el cual luego se expande a los diferentes niveles de
actividad y gestión; es decir, la inflación no la producen ni los empresarios ni
los comerciantes ni los obreros; ellos, en todo caso buscan preservar sus
activos actualizando los precios de sus servicios para que cubran los costos
crecientes. La inflación la provoca el Estado con sus políticas
monetarias y fiscales inconsistentes y cambiantes. En todo caso, si la inflación
actual fuera causada exclusivamente por los precios externos de los
commodities agrícolas, la misma estaría en un rango del 7-8 % anual, un
valor aceptable dado el perfil productivo del país y su inserción en los
mercados del mundo. El resto de la inflación existente —para llegar al explosivo
25 o 30 % actual— es resultado de la política cambiaria, como queda dicho y,
especialmente, de la distribución espuria de recursos con fines prebendarios.
Ejemplo: un oficial soldador de la fábrica que gerencio actualmente gana unos $
4.500 por mes; supongamos que un piquetero rentado (como D´Elía) o un ñoqui
(como los 30.000 que encontraron en la municipalidad de la CABA) ganen lo mismo.
Los primeros 4 mil y pico de pesos no son inflacionarios porque el operario
genera con su trabajo más bienes y servicios productivos que los que él adquiere
en el supermercado; en cambio, el piquetero subvencionado, el ñoqui, el
supernumerario o el proveedor del Estado que factura el doble o el triple de lo
que vale el servicio que presta, no vuelcan a la sociedad bienes y servicios
equivalentes o superiores a los que están percibiendo. Es decir, el Estado está
generando una fabulosa demanda efectiva que proviene de la nada y eso empuja los
precios hacia arriba. Si a ello le agregamos un clima provocado por la histeria
facinerosa y populista del gobierno K de denostar permanentemente a las empresas
y a las actividades productivas, tendremos que existen muy pocos incentivos para
multiplicar la producción con destino al mercado interno, por lo cual la oferta
no aumenta mientras que la demanda, fogoneada por recursos públicos usados
irresponsablemente, no deja de subir.
Para evitar que los incrementos de precios externos de los
commodities agrícolas se trasladen a la canasta familiar, en vez de atacar a
la originación y a la producción agro-industrial con exacciones desestimulantes
y expropiativas, lo correcto sería subsidiar el consumo popular con retenciones
moderadas (20 o 25 %). Por ejemplo, si el productor le regala -repito, si le
regala- a la AFIP la cuarta parte de su cosecha del trigo que cosecha o de la
faena ganadera, se podría montar una red nacional de distribución de productos
de panificación y cárnicos a bajísimo precios (por ejemplo, los cortes de carne
más demandados), de manera de neutralizar el mayor valor de tales bienes de
consumo. Además, como la capacidad de producción agropecuaria no está colmada ni
mucho menos, los incentivos que tonifiquen la actividad incrementarán los
volúmenes producidos y, en el mediano plazo, los precios internos serán más
adecuados. Eso, específicamente, podría ocurrir con la carne vacuna, con el pan
y otros alimentos básicos que, como el pollo y el cerdo, dependen de insumos
granarios como el maíz. El caso de la leche fluida puede ser más difícil pero no
imposible de resolver. De todos modos, de instalarse un mercado alimenticio
subsidiado, habría que buscar la forma que el gerenciamiento del mismo sea
tercerizado porque, de lo contrario, si lo maneja el Estado que tenemos lo más
probable es que se funda rápidamente (recordar el caso de las funestas empresas
públicas como Entel, Gas del Estado, Somisa, Segba,
AyE, Ferrocarriles, etc. que mantuvieron el país estancado y en
crisis presupuestaria crónica durante 40 años por lo menos).
VIII) Las retenciones móviles, además de apoderarse de buena parte del
precio…
… (no de la renta, como el impuesto a las Ganancias) desincentivan totalmente
cualquier proyecto inversor a futuro que pueda plantearse. El productor
agropecuario, para qué va a comprar nuevas herramientas, a cambiar el tractor,
la 4x4 y a ampliar las instalaciones de acopio si sabe que todo lo que pueda
aumentar el precio internacional de los granos se lo llevará el Estado. De este
modo, a mediano plazo desaparecerá la producción granaria en la Argentina.
Además, el Estado, socio perverso sólo figura en las ganancias pero se borra
olímpicamente cuando haya que afrontar menores precios. Es un disparate
mayúsculo sólo comparable con la represión a los kulaks que hizo el genocida de
Stalin durante 30 años en Rusia, con lo que sólo consiguió que bajara la
producción rural y aumentara el hambre entre la población. Además, el sector
agropecuario comercializa y se financia internamente operando en los Mercados de
Futuros. Con estas herramientas, relativamente novedosas en la Argentina, se
compra la semilla, el fertilizante y la maquinaria agrícola. Los Futuros y las
Opciones, que cotizan en bolsas especializadas a tal fin, son imprescindibles
para que el chacarero cuente con coberturas adecuadas para encarar la siguiente
campaña agrícola. Con las retenciones móviles esta operatoria se acaba y
volvemos 100 años atrás, siendo los principales perjudicados los pequeños y
medianos productores que se quedan sin este estratégico medio de cobertura y
financiación.
IX) El gobierno K no impone esta nueva exacción para cuidar el consumo de la
población….
Lo hace porque el superávit fiscal se le está esfumando, producto de los manejos
siniestros que se están haciendo con los fondos públicos. El año pasado pudieron
maquillar los números porque contaron con el ingreso extraordinario de los
aportantes a las AFJP, lo cual es una manera de apoderarse del crédito futuro de
los jubilados. Pero este año ya no tienen nada para inventar y mientras tanto el
gasto público sigue creciendo al doble que crece la recaudación tributaria.
Desde ya, el balance consolidado (Nación + Provincias) está dando en rojo. En
caso de que volvamos a un escenario de déficit fiscal, estallará la
hiperinflación inexorablemente y la banda K se va a poner el gobierno de
sombrero.
X) El gobierno K pretende vaciar el campo, que los pequeños productores
vendan sus tierras…
…para que, como están haciendo con diversas empresas de servicios públicos (AySA,
YPF, transportes y en este momento Aerolíneas Argentinas), poder apoderarse de
los campos más feraces a precios irrisorios y así entregarlos a sus testaferros
locales y trasnacionales. He aquí el trasfondo perverso de toda la
intransigencia hacia una justa reivindicación sectorial. Se están robando las
actividades más estratégicas y/o más rentables. Se están afanando el país.
Gustavo Demarchi