En pleno clímax en el enfrentamiento entre
el gobierno y el sector agropecuario, estallaron algunos paros docentes aislados
en distintas provincias, los que a consideración de funcionarios educativos de
algunas jurisdicciones estuvieron teñidos de cierta "sospecha", por tratarse de
distritos no alineados con el Ejecutivo Nacional.
Al respecto vale mencionar que, en los primeros días de
junio, el ministerio de Educación que conduce Juan Carlos Tedesco puso
nuevamente en funcionamiento la paritaria docente que volvió a reclamar CTERA, a
la espera de que sus correlatos provinciales abrieran también sus respectivas
mesas.
También sorprendió a otros, que en el transcurso de la
crisis gobierno-campo sonaran nombres de candidatos a ocupar cargos en Educación
de la Nación y la provincia de Buenos Aires.
Tedesco no cultiva la exposición mediática, por lo que no
se puede inferir que esté desgastado por nada; conserva su perfil de pedagogo y,
además, sus actos están vinculados al mundo de la educación del que proviene y
con quienes estrecha filas permanentemente.
Sin embargo algunos nombres sonaban como posibles reemplazos
o enroques.
Entre ellos estaban el de Mario Oporto —que aún tiene que
enfrentar los hechos de violencia en las escuelas; problemas de infraestructura
escolar, de salud docente y salarios— y Alberto Sileoni, quien de secundarlo en
la cartera educativa bonaerense pasó a ser viceministro de Daniel Filmus en
parte de la gestión anterior y a conducir el ministerio de Educación porteño,
para luego ser tironeado nuevamente a retornar al Palacio Sarmiento. Respecto a
los salarios, hasta el momento, el ministerio de Economía nacional no dio señal
alguna de que habrá recursos para otorgar alguna mejora nacional para los
maestros en esta segunda mitad del año fuera de la que se dio en marzo último
con un piso mínimo de 1.290 pesos, a pesar de que los sindicatos y federaciones
del magisterio pretendían un haber mínimo de 1.400 pesos en ese entonces para
comenzar el ciclo lectivo 2008.
En las jurisdicciones —de las que dependen los servicios
educativos— ya se están oyendo voces y advertencias de sindicalistas docentes,
acerca de que si no hay ajustes salariales, no iniciarán con normalidad el
segundo semestre del año. Sin embargo, a nivel nacional y precisamente en la
gravitante CTERA no hay movimientos que anticipen alguna medida de fuerza
nacional.
En cambio, en estas últimas semanas hubieron en pleno fragor
del conflicto gobierno-campo huelgas del magisterio en Tierra del Fuego, Santa
Fe y Ciudad de Buenos Aires —esta última el jueves último— medidas que en la
lectura de algunos funcionarios educativos, tuvieron lugar en distritos "no
alineados políticamente con el gobierno nacional" y además "en momentos de plena
vigencia de la paritaria del sector". En la numerosa provincia de Buenos Aires,
que alberga al tercio de los maestros, escuelas y alumnos del país, el Frente
Gremial, que componen los ceteristas de SUTEBA, la mayoritaria FEB; la UDA
bonaerense; los profesores técnicos de AMET y los privados de SADOP reclamaron
la reapertura de las negociaciones en las distintas comisiones técnicas: salud,
salarios, condiciones laborales y seguridad e higiene.
Recién entre el martes 22 y miércoles 23 de julio, Oporto
junto a sus pares de Trabajo y Hacienda se sentarán a tratar las temáticas,
pero los sindicalistas objetan que será poco el margen que les quedará para
trasladar la oferta a sus bases y dar una respuesta en la última semana de
clases antes de entrar en vacaciones.
Los sindicalistas bonaerenses aunaron su queja acerca de que
los 1.290 pesos de piso (no de básico) ya fueron deglutidos por la inflación. En
ese sentido, el titular de SUTEBA, Roberto Baradel, llegó al encuentro con el
gobierno bonaerense en junio último con un muestreo de la CTA del aumento del
20% del costo de vida en la actual mitad del año; el líder de UDA bonaerense
Alfredo Conde, además de pedir un 15% de mejora, portó bajo el brazo sus
proyectos de seguridad e higiene para las escuelas y contra la violencia escolar
a la espera de su tratamiento en la mesa de negociación.
Asimismo, la titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), Mirta
Petrocini, sorprendió días pasados con un preocupante informe de médicos de su
sindicato —con 60 mil maestros afiliados— que informaban que casi un 40% de los
educadores padece enfermedades "psicosociales", entre ellas stress, fuerte
agotamiento y el lamentablemente de moda síndrome de burn out o de
"quemado por el sistema".
En la Ciudad de Buenos Aires, en tanto, el ministro de
Educación, Mariano Narodowski, recibió la semana pasada a los sindicatos
docentes de la jurisdicción, a excepción de los ceteristas de UTE, que no
concurrieron y prometió arreglar el histórico drama de los reconocimientos
médicos en el Hospital Rawson, donde maestros con dolencias de todo tipo
tienen que esperan promedio tres horas para la revisión por ausentismo, entre
otros maltratos.
Aunque no lo admitió el Ministro, trascendió que los
dirigentes docentes pidieron una recomposición salarial, y que ésta podría
llegar en agosto próximo en el distrito porteño.
Además reiteró la proximidad del libre pase de obra social,
teniendo en cuenta el deficiente funcionamiento del sanatorio OSBA (que les
corresponde a los municipales).
Las vacaciones en provincia de Buenos Aires y Ciudad
comenzarán el 28 de julio próximo, escaso margen para responder a tamaño abanico
de demandas.
Laura Hojman