La renuncia de Alberto Fernández, uno de
los pilares del gobierno kirchnerista, dejó en evidencia la reticencia del
matrimonio presidencial a interpretar como una oportunidad el revés que padeció
la Casa Rosada en el Senado, como corolario del conflicto con el campo.
Fernández, dicen, se fue luego de plantearle a la
presidenta, la necesidad de un grueso recambio ministerial que lo involucrara a
él, pero también al ministro de Planificación, Julio de Vido, entre otros
miembros del gabinete nacional, de primera y segunda línea. Léase en este último
caso, Guillermo Moreno y Ricardo Jaime.
La negativa a "capitalizar" el voto de Cobos como propio ante
la sociedad, demostrando el respeto por las instituciones y la democracia por
parte del gobierno nacional, quedó plasmada cuando se supo que el propio Néstor
Kirchner habría sugerido a su esposa, renunciar a la primera magistratura.
Por eso, no fue casual que Alberto Fernández decidiera el
mismo jueves por la noche renunciar a su cargo. La decisión la tomó el mismo día
en que Julio Cobos —en horas de esa madrugada— decidió votar en contra del
proyecto oficial de retenciones del gobierno nacional. La reacción de los
Kirchner hizo que el todavía Jefe de Gabinete observara que no había retorno.
En ese momento, Fernández obligó a De Vido a presentar
también su renuncia, pero no lo consiguió.
Pero tras un fin de semana de consultas, Fernández volvió
nuevamente con su idea de alejarse. Esta vez, no se trataba de un ensayo. Así se
lo anticipó a Néstor Kirchner, quien creyó haberlo convencido y le pidió que
esperara "un poco". Pero el ahora ex hombre fuerte de los K, prefirió irse
cuanto antes.
La determinación tomó por sorpresa a la presidenta y a su
esposo, quienes tuvieron que acelerar los cambios de gabinete, alguna vez
previstos por el matrimonio presidencial en sus charlas con su círculo íntimo.
¿Por qué la información fue provista, extraoficialmente por
Alberto Fernández y no hubo un anuncio oficial? ¿El ex Jefe de Gabinete dio el
portazo cuando vio que los Kirchner no permitirían su alejamiento? Lo cierto es
que las paredes de la residencia de Olivos supieron del enojo de la presidenta y
el ex presidente, mas allá de que, como dijo el jefe de bloque de senadores
kirchneristas, Miguel Angel Pichetto, la ida de Fernández "deja en libertad de
acción a la Presidenta para diseñar el gabinete con el que encarará la siguiente
etapa". Así quedó reflejado, al menos, en una de las conversaciones telefónicas
que la mandataria mantuvo con el funcionario renunciante a primera hora.
Distintos hombres que habitan en Balcarce 50 advirtieron
con cierta preocupación que "los cambios continuarán con otros ministros y
secretarios", dando cuenta que no terminarían con Alberto Fernández. Los
nombres de Guillermo Moreno y de Ricardo Jaime persistían, obviamente en las
segundas líneas. No obstante, ninguno de ellos mencionó a De Vido entre los
candidatos a hacer sus valijas.
La designación de Sergio Massa, quien hace tiempo se
perfilaba como una "ministeriable" abre una luz de renovación pero, está claro
que deberá pasar por un periodo de aprendizaje si es que la intención de los
Kirchner es que reemplace, literalmente, a Alberto Fernández.
Walter Schmidt
DyN