Un poeta esencial es el que le canta a la vida, al amor y a la solidaridad
del hombre, a las pequeñas cosas, a la materia que nos alimenta y habita.
En tiempos difíciles como en el presente, estas son cosas, palabras
muertas, y la poesía, un río a la deriva, sin cauce.
Sin duda, que si el autor de Residencia en la Tierra viviera,
apostaría al hombre aquí en la tierra, planeta azul, lleno de aguas y
verdes primaveras. La poesía es un acto personal, íntimo, una página en
blanco que cada cual sabe llenar a su manera. Pablo Neruda, ahondó en el
amor, los social, humano, la esencia de las cosas, la naturaleza y
todo lo que vio, le puso nombre.
Cronista de lo público, amante del amor a tiempo
completo, poeta del Sur. Si escribió esto o aquello, en favor de, fue su
tiempo, la agenda que todo poeta comprometido ajusta a sus días.
A juzgar en los juzgados, la poesía en la balanza de la
historia, y Neruda supera con creces a sus críticos más furibundos, y el
aplausómetro de sus seguidores.
Hoy, a 30 años de su muerte, aproximándonos a su
centenario natalicio, su poesía está en el Metro de Santiago de Chile y ya
50 países del mundo se han sumado a su conmemoración. Qué fantástico
que la poesía tenga tan buenas Relaciones Públicas como Spirit que se ha
extraviado en Marte, planeta rojo, misterioso, un lugar
polvoriento, lleno de vientos insondables, donde la poesía está
completamente muerta.
Neruda nació en Parral, un pueblo polvoriento de
encrespadas viñas, en la zona central de Chile, país de poetas meláncolicos
hasta que llegó Nivanor Parra, dirán algunos, pero en homenaje a la poesía,
Chile le sigue cantando no sólo dentro de sus fronteras, sino en los
lugares más remotos.
Calcuta, Praga, Santiago de Chile, Madrid, México, París,
Nueva York, Barcelona, las ciudades se van sumando para conmemorar a
un poeta universal, americanista, chileno esencial, identificado con
la gente del Sur de todos los continentes.
Su poesía fue clara como el agua, dura como un metal,
sensible al hombre común y corriente que la moldeó como arcilla. Poesía
nerudiana, telúrica, material, social, amorosa, existencial,
residenciaria.Poesía de grandes metáforas, inconfundibles, torrentosa,
apasionada.
Conversó con el pueblo por más de cuatro décadas, de
Norte a Sur, creyó que la poesía era pan y la repartió con su voz gangosa
por el desierto o en el extremo Sur, en sus amados muelles del alba.
Neruda, el autor del folletín amoroso poético 2O
Poemas de amor, más leído de la historia de la poesía, se instaló
en el centro de la vida política de su tiempo y cosechó grandes, poderosos
enemigos, hasta el fin de sus días.
Fue velado en medio de un cruento golpe de Estado en
Chile, rodeado de un grupo de amigos, en su casa saqueada por los militares
golpistas, inundada por un río dejado correr a ex profeso, mientras el
embajador de Suecia dejaba una corona del rey de su país, "al gran
poeta Pablo Neruda!"
Neruda es un mito, un ícono de Chile y la poesía a
mundial, un amigo Merlín, encantador de la palabra y la vida. Que vivan los
nerudianos y sus detractores, y quienes creemos en su poesía, más
allá de la lisonja, de sus vilipendiadores, siempre estará la poesía.