El Gobierno anunció que acatará las
obligaciones impuestas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
para reabrir la causa por el crimen de Walter Bulacio, el joven muerto tras una
razzia policial en 1991, y para reformar las leyes vinculadas a los arrestos de
menores, y adelantó que el Estado se presentará como querellante en ese caso.
El anuncio fue realizado por el ministro de Justicia,
Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Aníbal Fernández, quien así destacó
la voluntad del Gobierno de dar un impulso a la investigación por esa muerte.
"Vamos a cumplir con cada una de las razones esgrimidas
por la CIDH porque para eso somos miembros de ese organismo", afirmó el
ministro al asegurar que el Estado acatará el fallo del tribunal internacional
dictado el 26 de febrero de 2003.
En ese sentido, explicó que la presidenta Cristina Fernández
de Kirchner firmó el decreto 1313, por medio del cual se designó a la Secretaría
de Derechos Humanos a cargo de Eduardo Luis Duhalde para que se presente como
querellante en la causa por el crimen de Bulacio.
Dijo que "se revisaron 120 documentos y 4.000 fojas" con
normas vigentes en todo el país sobre las facultades de detención para
ajustarlas a la recomendación de la Corte sobre caso de detención arbitraria de
menores, exceptuando así los hechos en que hubiera una orden judicial o un
delito en flagrancia.
Bulacio, que tenía 17 años, fue detenido el 19 de abril de
1991 en una razzia de la Policía Federal, junto a otras 70 personas, la mayoría
menores de edad, cuando intentaba ingresar al estadio de Obras Sanitarias donde
tocaba el grupo Los Redonditos de Ricota.
El joven fue llevado a la comisaría 35 donde fue
brutalmente golpeado y un día después fue llevado a un centro asistencial de la
zona, donde falleció una semana después.
Por el caso fue acusado el entonces jefe de la seccional,
Miguel Angel Espósito, pero las dilaciones judiciales en la causa por la que
pasaron más de 30 jueces concluyeron con la absolución del oficial por
prescripción del caso.
Los familiares del joven, con el patrocinio de la abogada
María del Carmen Verdú, de la Coordinadora Contra la Represión Policial e
institucional (CORREPI), recurrieron a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), que aceptó el caso.
En febrero de 2003, cuando se había fijado audiencia ante la
Corte internacional, el ex presidente Eduardo Alberto Duhalde firmó un decreto
por el cual el Estado argentino se asumió como responsable en las violaciones a
los derechos humanos en el caso Bulacio.
En septiembre de 2003, ese organismo condenó al Estado
argentino y le impuso una serie de requisitos de los cuales sólo se habían
cumplido el resarcimiento económico a la familia y la publicación de la
sentencia del organismo internacional.
Y el tres de diciembre de 2004 la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó
la reapertura de la investigación del caso.
Ahora, Fernández anunció que se cumplirá con el resto de los
requisitos de la CIDH y, en ese sentido, dijo que también firmó la resolución
22/08 por la cual se instruye a la Gendarmería, la Policía Federal, la
Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria a "adecuar su actuación en
los casos de restricción de la libertad" de los menores de 18 años.
La medida incluye que el menor aprehendido debe ser informado
de sus derechos y se tiene que avisar a sus padres o familiares, no compartir
alojamiento con detenidos mayores y ser revisado por un médico en forma
inmediata, entre otros puntos.
"Este es para nosotros un tema fundamental, por primera
vez marcamos la cancha" para adecuar la legislación a las normas
internacionales, dijo Fernández, quien llevará la decisión del gobierno a la
reunión que realizará la CIDH en Montevideo, Uruguay.
Fernández firmó la resolución 2209 por la que instruyó al
secretario de Derechos Humanos a convocar a una comisión de expertos para el
seguimiento de las medidas implementadas de acuerdo a la normativa.
El ministro, confirmó que la causa estaba en la Procuración
del Tesoro de la Nación pero pasó a la órbita de Justicia para poder avanzar en
el caso.
Asimismo, señaló que la Fiscalía de Investigaciones
Administrativas tiene el expediente sobre la actuación del comisario Espósito y
una vez devuelto se resolverá la sanción que podría corresponderle que, se animó
a decir, podría ser su exoneración.
El ministro dijo que emitió notas al Consejo de la
Magistratura para pedir que le informen si existen "causas abiertas contra los
funcionarios judiciales que actuaron a lo largo de los 17 años el proceso".
Y señaló que se pidieron informes al Procurador General de la
Nación, Esteban Righi, para saber si se dictaron instrucciones destinadas a
cumplir con las recomendaciones de la Corte internacional en materia de
detención de menores y a las Cámaras de Diputados y Senadores para conocer si
existen "iniciativas legislativas" en estudio destinadas a modificar las normas
para "adecuarlas a los estándares internacionales".
Luis Tarullo