La forma de pagar favores políticos de
Celso Jaque, puso a la provincia ante uno de los casos más graves de desmanejo
institucional.
Jorge Villalón, un dirigente de los más oscuros del PJ
mendocino y mano política desde hace años de Juan Carlos “Chueco” Mazzón,
controla ante la pasividad de medio gobierno el Departamento General de
Irrigación, uno de los organismos clave y de mayor prestigio de Mendoza, que
tiene un superintendente, Eduardo Frigerio, postulado por Jaque y votado por la
Legislatura.
Pero este personaje, desaparecido de la política pública
activa en la provincia desde hace 20 años, consiguió extender sus redes mucho
más allá.
Uno de sus hijos, Sergio Esteban, es vocal del Honorable
Directorio del Instituto Provincial de la Vivienda y es uno de los tres
funcionarios que está por debajo del titular del organismo, Carmelo Simó.
El otro, Jorge Andrés, es uno de los grandes privilegiados
directos de la inmensa caja destinada a la publicidad oficial. Este hijo de
Villalón es dueño de la agencia Neuro, que desde el cuarto piso de la Casa de
Gobierno monopoliza la propaganda jaquista con una facturación que, en sólo ocho
meses de trabajo, ya casi es millonaria.
Mazzón fue el arquitecto de la candidatura de Celso Jaque
y quien lo construyó como gobernador. Villalón fue, entre otras cosas, quien
repartió en efectivo los fondos que Mazzón bajaba a Mendoza para solventar la
candidatura de Jaque.
En Irrigación no es un secreto que Villalón es quien toma las
decisiones, según relatan lo que más cuestionan su presencia en el organismo.
Los que menos, admiten que por lo menos en el estratégico
departamento del agua hay un doble comando.
El lugar de trabajo de Villalón es todo un símbolo: se
estableció en el primer piso del edificio de Barcala y España, en donde el
superintendente tiene su despacho.
Durante los primeros tiempos de gestión de Frigerio
(izquierda), Villalón utilizaba la oficina donde está ubicado lo que se conoce
como “el sillón de Cipoletti”. Es decir, aquella en donde debería ubicarse el
titular elegido del departamento. Hoy, dicen que “le están buscando un lugar” y
que ya le prepararon una oficina propia.
Las reuniones que Villalón encabeza en Irrigación se realizan
en el salón contiguo a ese despacho, uno más amplio y en donde la mayoría de las
veces termina trabajando Frigerio.
El gobierno y el propio Departamento General de Irrigación
tuvieron una respuesta errática para responder de qué trabaja Villalón.
Desde la coordinación General de Prensa directamente se
negó que tuviera algún cargo y desde Irrigación sólo admitieron su presencia una
vez que MDZ logró fotografiarlo el miércoles pasado saliendo del edificio.
El viernes, todos los empleados del departamento tenían la
versión de que a Jorge Villalón finalmente le harían un contrato de “asesor” del
superintendente.
El secretario privado de Frigerio, Mario Ferreira, se
comunicó con este diario para manifestar la “buena predisposición” del
superintendente a responder todas las “inquietudes periodísticas”. Pero luego de
ese llamado, registrado el jueves, jamás concretó la entrevista.
Según pudo averiguar MDZ, Villalón participó hasta ahora de
medidas tan importantes como la desactivación del equipo del Prosap
(Programa de Servicios Agrícolas Provinciales) y que conformaban un grupo de
técnicos que desde hace años venía trabajando en la gestión de créditos del BID.
Muchos todavía recuerdan las primeras expresiones de Frigerio
y Villalón cuando desembarcaron en Irrigación y bajaron una línea clara de
trabajo: “Esto lo vamos a hacer con la plata que nos baje Mazzón desde la
Nación”, se ufanaban.
Pero también Villalón participó de otras cuestiones más
complejas. Una de ellas fue el nuevo armado del organigrama del DGI, para
colocar a una contadora afín, Tieppo, como jefa de Gabinete.
El fue, por ejemplo, quien decidió dar de baja a unos 30
contratados hacia finales de junio y fue quien, tras el revuelo que se armó, se
sentó luego a negociar con el sindicato de los trabajadores del Departamento.
Hace poco más de dos meses, protagonizó un episodio muy
particular. Irrumpió en una obra de riego que se estaba realizando en el Valle
de Uco, para increpar a los ingenieros que se habían equivocado en el trazado
y habían invadido varios metros un terreno privado con el canal.
Atónitos, los profesionales no sabían quién era ese personaje
que los había maltratado por el error (grave, es cierto). Solo se enteraron
cuando fueron hasta Irrigación y les dijeron que se trataba de Jorge Villalón.
Qué más hace y por qué lo hace, no se pudo saber ya que el
gobierno niega que exista. Lo que nadie desmiente, es que esto era de esperar.
Desde el día mismo en que se conoció que Frigerio —un hombre
de más de 71 años y al que hoy se le achacan serios problemas para mantenerse en
el cargo— era el elegido por Jaque, todo el Justicialismo habló de la inminente
reaparición de Villalón.
Un historia en el PJ y en las páginas policiales de los diarios
Jorge Alberto Villalón es oriundo de Maipú y milita en el
Justicialismo desde los años 70. Enrolado en el peronismo de derecha de aquella
época turbulenta del país, pasó luego los años de plomo de la dictadura militar
exiliado en los Estados Unidos.
Con el regreso de la democracia en 1983, ya de vuelta en
Mendoza, estableció los primeros contactos con Juan Carlos Mazzón a quien
acompañó dos años después cuando se transformó en presidente del PJ mendocino.
En 1987, durante el gobierno de José Octavio Bordón, tuvo su
primera y única aparición en la función pública con un cargo oficial.
Villalón fue designado director de la Dirección Provincial de
Vialidad, puesto en el que no duró mucho. Menos de un año después fue desplazado
de ese puesto por el gobernador.
Tras ello, encontró refugio político como asesor en la Cámara
de Diputados de la Nación.
Ese trabajo tuvo un final abrupto. El 22 de febrero de 1990,
Villalón y un concejal de Junín fueron detenidos por un control policial en la
calle Salta al 700 de Godoy Cruz y se les encontró cocaína “para consumo
personal” en el auto en el que viajaban. Era un Fiat 128 blanco propiedad de
Villalón. Así lo reflejaba, en la imagen de la derecha, el diario Los Andes de
ese día.
El hoy virtual superintendente de Irrigación pasó más de
un mes preso y su caso desencadenó un terremoto político en ese momento.
Luego de la irrupción las páginas policiales de los
diarios a principios de los 90, Jorge Villalón casi desapareció de la actividad
política para dedicarse a los negocios privados. Aunque jamás se separó del
eterno operador del PJ.
Manejó fincas y una estación de servicio de la que, según
recuerdan algunos peronistas, tampoco salió bien parado.
De contextura robusta y conocido desde siempre como “el
Caballo”, no es un secreto para nadie que durante muchos años de su vida, a
donde iba, iba armado.
La reaparición en la actividad política provincial de este
personaje, coincidió con la victoria de Celso Jaque en las elecciones de octubre
de 2007.
El 1 de noviembre del año pasado, a sólo tres días del
triunfo del PJ, Villalón viajó con Mazzón hacia el Este para participar de un
asado en donde todo el peronismo, con Celso Jaque en la cabecera de la mesa,
festejó la victoria.
El lugar fue la finca Huanqui Hué, en San Martín, y a la
salida de la comilona Mazzón fue capturado por la cámara de un fotógrafo de
diario UNO a bordo de su automóvil. El que manejaba el BMW negro era Jorge
Villalón.
Desde ese día, su presencia en las estructuras de gobierno
convulsiona al partido gobernante. Algunos intendentes del PJ ya no toleran el
desparpajo con que Villalón se mueve en Irrigación, así como tampoco la
participación de sus hijos en el manejo de dineros públicos.
Tales desmanejos, aseguraron a MDZ peronistas irritados,
habría sido uno de los motivos del distanciamiento de Arturo Lafalla de Jaque.
El manejo de la política de vivienda y de la caja
Sergio Esteban Villalón es uno de las cuatro personas de
importancia en el manejo de la política de viviendas provincial.
Integrante del directorio del IPV, son conocidas sus peleas
con Carmelo Simó, el presidente del Instituto y hombre que responde al
intendente de Maipú, Adolfo Bermejo, por el control del organismo. Pero Sergio
todavía no hace la carrera que ya hizo su hermano en el sector público.
Jorge Andrés Villalón no se metió en la política activa, pero
puede alardear de que en los negocios le fue mejor que a papá.
Con sólo 30 años recién cumplidos en mayo, podría ganar sin
rivales el premio al empresario mendocino del año: Villalón hijo fundó Neuro
hace nueve meses y ya alcanzó una facturación de $900.000, con un ritmo
mensual de ingresos que lo llevará a pasar sobradamente el millón este año.
El cliente top de Neuro es el Estado provincial.
Villalón hijo monopoliza la producción publicitaria del gobierno de Jaque y es
quien saca las fotos, quien filma los spots, quien arma los carteles que saldrán
en la vía pública y quien diseña las campañas gráficas, entre otras actividades.
Plata para hacer esto no le falta a esta administración. Si
bien oficialmente no se quiso difundir el gasto del gobierno en materia de
publicidad, este rondaría los $40 millones este año.
Esto sin contar los $4 millones más que el Ejecutivo pidió
para tal fin a la Legislatura y que fueron aprobados la semana pasada.
Neuro tiene su sede en un sitio exclusivo, ocupa la
oficina 3 del undécimo piso del edificio Da Vinci (foto izquierda), aunque la
mayoría de los trabajos publicitarios se cierran en la propia Casa de Gobierno.
Villalón hijo suele atender a todos los jefes de prensa de
los ministerios- quienes sí o sí deben acordar con él las pautas de difusión de
cada uno de sus ministros- en un despacho pequeño pegado al del secretario
General de la Gobernación, Alejandro Cazabán.
Ese sitio queda a escasos 20 metros en el cuarto piso, del
sillón de San Martín en el que se sienta Jaque todos los días.
Al joven empresario Villalón se le podrán cuestionar muchas
cosas, pero jamás su oportunidad para los negocios.
E.G.V.S.S Sociedad Anónima, la razón social de Neuro,
aparece en el boletín oficial a través de un edicto el 11 de diciembre de 2007.
Es decir, dos días después de la asunción de Jaque.
Desde ese día su facturación fue de tal magnitud, que en la
actualidad integra el lote principal de proveedores del Estado con valores que
se equiparan a la empresa que abastece de oxígeno a los hospitales o las que los
proveen de medicamentos oncológicos. En 2007, el Estado mendocino pagó poco más
de $900.000 para comprar balas para la Policía.
Los expedientes presentados por E.G.V.S.S durante 2008
para cobrar por sus trabajos, pueden consultarse en la página oficial del
gobierno de Mendoza para la consulta de expedientes.
Pero de cuánto es cada una de esas facturas, no fue un
dato fácil de obtener. Sin embargo datos oficiales que fueron aportados en
estricto off de récord por funcionarios de la Casa de Gobierno, dejaron
al descubierto los ingresos de Neuro que son toda una tentación para la
investigación judicial que determine si se está violando o no la Ley de
Contabilidad de la Provincia.
En lo que va del año —sin proceso de licitación previo— esta
empresa de publicidad ya cobró del Estado poco más de $900.000 y tiene
pendientes de cobro unos $100.000 más.
Sólo en lo que llevamos de agosto, Neuro facturó $
145.342,38 por trabajos realizados para casi todos los ministerios y que fueron
pagados todos juntos: el 7 de agosto, el mismo día en que Cristina Kirchner vino
a la provincia, periplo que Neuro se encargó de cubrir para Jaque y en el que
además, se pasó hasta el cansancio el video de promoción de la inauguración del
gasoducto Beazley – La Dormida.
Estas cifras de facturación de Neuro no serían las
definitivas.
La empresa también tendría el manejo publicitario de los
organismos descentralizados de la administración pública como OSEP o el Casino.
Y también el IPV que intenta controlar el hermano Sergio e Irrigación que maneja
papá Jorge.
En los últimos días esta situación estuvo en boca de todos:
Irrigación le encargó a Neuro la reformulación del logo de la
repartición, un trabajo que ya se comenzó a ver en algunos avisos publicados por
el organismo del agua en los diarios del domingo 3 de agosto. El costo de esa
reformulación que pretende cobrar la agencia, dicen, es tan escandaloso, que
todavía no han encontrado el funcionario que le ponga la firma.
Marcelo Arce
Mendoza On Line