El gobierno no podrá apelar a una
expropiación de Aerolíneas Argentinas y Austral si falla la
negociación con el Grupo Marsans por el precio final que se pagará por
ambas compañías. No es una cuestión de capricho político: la legislación
argentina impide apelar a ese recurso para una operación de este tipo. El dato
fue explicado ayer en el Senado por el secretario de Transporte, Ricardo Jaime,
quien defendió así su idea de la estatización como único camino posible. Pero al
mismo tiempo adelantó una mala noticia para el propio gobierno. Es sabido que el
paso de la estatización de las dos líneas aéreas por el Congreso es un trámite
casi terminado. Será difícil que el kirchnerismo no consiga el número necesario
para garantizarse una victoria que aleje los fantasmas de la derrota por la
Resolución 125. Por lo tanto, la pelea fuerte pasará por el acuerdo final con
el grupo Air Comet Marsans, cuánto se deberá pagar por las empresas y
quién se hará cargo de la deuda de u$s 890 millones. De ese modo, si cuando
se conozcan las dos valuaciones de Aerolíneas y Austral —una
aportada por los españoles y otra por el Tribunal de Tasaciones— no es posible
llegar a un acuerdo, la vía de la expropiación no estará disponible como
solución última, una alternativa que el propio gobierno barajaba en la
intimidad. Un litigio judicial sería entonces inevitable y la crisis en la
empresa volvería con más fuerza. La exposición de Jaime, cuyos fundamentos
debieron virar hacia la versión del proyecto reestatizador que surgió después de
que los diputados oficialistas dejaran si efecto el acta acuerdo que él mismo
había firmado con los españoles, fue tumultuosa. Algo permaneció como siempre:
no hubo explicaciones satisfactorias del funcionario. Ante este panorama, no
sorprende que no hayan prosperado los intentos de apurar el trámite y llevar el
tema hoy al recinto.
Jaime, siempre Jaime
Jaime, secretario de Transporte, afirmó ayer que el gobierno
no tiene en mente apelar a una expropiación de Aerolíneas Argentinas y Austral
en el caso de que las negociaciones con el Grupo Air Comet-Marsans no
lleguen a buen puerto. A pesar de que en la intimidad de la Casa Rosada ésa
fuera una alternativa de última instancia para el caso de que no hubiera acuerdo
final en la valuación de las dos líneas aéreas, Jaime ayer desmintió esa
posibilidad.
«La ley nacional no contempla en ninguna parte de su
articulado la expropiación de empresas ni de acciones comerciales, sino sólo de
bienes o de inmuebles», explicó. El funcionario tiene razón: sería
legalmente imposible apelar a una medida de ese tipo, ya que no está previsto en
la legislación nacional.
Pero esa realidad no es sólo una mala noticia para la
oposición que planteó desde el principio la necesidad de crear una nueva empresa
asumiendo rutas y empleados y dejar que las deudas de Aerolíneas se ventilaran
en la quiebra de la empresa ante la Justicia. También lo es para el propio
gobierno, ya que de no haber un acuerdo en el precio de venta -que seguramente
no lo habrá-, no quedarán demasiadas vías legales para solucionar el entuerto y
entonces el futuro de las aéreas podría quedar en manos de una batalla judicial.
«No nos queremos hacer cargo de ninguna deuda, pero tampoco
nos queremos apropiar de algo sin los instrumentos correspondientes», insistió
ayer Jaime en medio de las peleas que mantenía con la oposición que intentaba
rebatirle todos sus argumentos.
Voluntad
La exposición de Jaime comenzó afirmando la decisión del
gobierno: «Hay una firme voluntad del Estado nacional de recuperar Aerolíneas
Argentinas y Austral; un solo día que hubiera parado el servicio
aeronáutico en la Argentina habría sido un caos absoluto», dijo.
Luego comenzó a rechazar las acusaciones de la oposición
sobre la deuda que Estadodeberá asumir: «No nos queremos hacer cargo de ninguna
deuda, pero queremos ser respetuosos de las instancias legales que correspondan.
El mecanismo concreto es la posibilidad de compra y que el Congreso lo
autorice».
Y se metió luego a relatar la imposibilidad de apelar a otro
mecanismo que no fuera la compra: «El sistema de aeronavegación comercial no es
un servicio público esencial», dijo, al menos por ahora, ya que el proyecto
oficial así lo establece.
Explicó también que el gobierno tiene previsto para la
«organización y recuperación de la flota», su « modernización de aquí a 24
meses». Para eso existe una «amplia predisposición de iniciar acuerdos entre
la Argentina y Brasil para que Embraer provea aviones».
Durante cuatro horas, el secretario de Transporte respondió
algunas de las preguntas que le hicieron los senadores en el Salón Azul que
había sido amueblado con la misma disposición que el día que la oposición
recibió allí a las cuatro entidades del campo para discutir sobre las
resoluciones móviles, pero evadió las que intentaron aclarar el monto de la
deuda de las empresas, la situación de los activos y el precio final de compra.
En la reunión Jaime se negó también a responder si el acta
acuerdo de transferencia de acciones que se eliminó del proyecto en Diputados
aún se encuentra en vigencia.
Rechazo
Fue en medio de esas discusiones en que Jaime rechazó la
posibilidad de «llegar a un proceso de expropiación» de Aerolíneas Argentinas
y Austral.
«Existe buena voluntad del grupo Marsans para venderle
al Estado nacional las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral mediante
el mecanismo de fijación del precio resuelto en el proyecto de ley sancionado
por la Cámara de Diputados». Por lo tanto, todo quedará librado a las buenas
intenciones de las partes; no parece que legalmente hoy exista otro camino que
permitan el Código Civil y el Código de Comercio para que el Estado se haga
cargo de dos empresas que no revisten el carácter de imprescindibles para el
funcionamiento del Estado o para garantizar el bienestar a sus ciudadanos, como
sería el caso de una expropiación a nivel nacional, provincial o municipal.
Valuación
Jaime intentó también despejar otra de las acusaciones que
giran sobre la operación: el momento de valuación de las dos líneas aéreas. El
precio de la empresa no se fijará teniendo en cuenta los «flujos futuros», sino
el valor que tenía el 8 de julio pasado, cuando la empresa fue intervenida por
el Estado. Así lo prometió el funcionario.
La intención de los senadores es firmar el dictamen el
próximo lunes y llevarlo al recinto el miércoles 3 de setiembre. A pesar de eso
ayer hubo algún intento por apurar los tiempos —estaba pendiente la sesión de
hoy que finalmente no se realizará—, pero frente a los cruces en el plenario
de comisiones y las reuniones pendientes para escuchar al resto de los
involucrados.
Así, hoy será el turno de escuchar a los representantes de
los trabajadores de las aerolíneas y a funcionarios del Tribunal de Tasación de
la Nación, que será el encargado de ponerles precio a las compañías.
Rubén Rabanal
Ámbito Financiero