La economía latinoamericana tuvo un pobre comportamiento en su conjunto en el 2003: 1.4 por ciento, de acuerdo con el banco de inversiones JP Morgan de Estados Unidos. Argentina, Perú, Colombia y Chile, en su orden, fueron lo que presentaron el mayor crecimiento regional, cifra que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), entidad adscrita a las Naciones Unidas, estimó en un 1.5 por ciento, en su más reciente informe.
Argentina, que venía de una depresión sin precedentes, la mayor caída vertical de su historia económica, repuntó en un 8.2 por ciento, lo que no equilibra aún su desempeño negativo del 10.2 por ciento del 2002. Las economías más dinámicas de América latina, según los expertos, fueron las de Perú, que creció en un 4 por ciento, y Chile, 3.2 por ciento. Para este último país es bueno ese dato, ya que lideró el crecimiento en la región durante la década del 90, por lo que su crecimiento ha sido continuo y sostenido.
Colombia, si bien mejoró, la comparación con años precedentes es baja, y no le favorece como a los dos países mencionados.
En su conjunto el desempeño latinoamericano fue pobre, de verdadera crisis, y en el 2003 se habla de una probable recuperación, la que sabemos estará sujeta sin duda al comportamiento global de a economía y los mercados.
Chile, país emergente, creció mucho menos que sus socios en igualdad de condiciones de Asia, los cuales dinamizarán aún más el comercio de sus países y regiones este año, como es el caso de China, Rusia e India, que se expandieron en un 4.3 y lo harán en un 5.6 este año, según los estimados por los analistas.
La disminución de las inversiones extranjeras en América latina, como la corrupción, volatilidad de algunos mercados, las guerras, son factores que han incidido en el pobre comportamiento regional, de acuerdo con los expertos, quienes se encuentran más optimistas este año.
La CEPAL, una y otra vez, durante el transcurso del pasado advirtió del comportamiento, y tuvo que cambiar en varias ocasiones las cifras estimadas.
El alza extraordinaria del precio del cobre, principal producto de exportación de Chile, le ha permitido a ese país ingresos no esperados que catapultan su economía en el 2003 y ahora en el 2004. Son factores coyunturales no esperados. Por ello, y otros indicadores externos, Chile ha estimado para este año su crecimiento entre un 4 y un cinco por ciento.
Centroamérica y el Caribe, no tuvieron un mejor comportamiento, y las cifras del desempleo, pobreza, sanitarias, educación, exportaciones, reflejan preocupación y en algunos casos retrocesos. Mucha inquietud sobre los cambios que se avecinan en el marco del ALCA, de la regionalización y globalización de las economías, sobre todo para aquellos países monocultivadores, dependientes de la agricultura.
Los números sociales no compaginan con las estadísticas macroeconómicas. Todas en América latina, presentan prácticamente un deterioro, que se traduce en casi 200 millones de pobres.
He ahí el gran dilema de la economía y de los gobiernos.
Rolando Gabrielli
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