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CRISTINA EN NUEVA YORK

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PAPELÓN: EL INDEC Y LA DEFENSA DE LO INDEFENDIBLE
PAPELÓN: EL INDEC Y LA DEFENSA DE LO INDEFENDIBLE

Singular el método que eligió Cr

    Singular el método que eligió Cristina de Kirchner para anunciar el retorno a los mercados en los Estados Unidos. En un largo discurso ayer ante empresarios y funcionarios de ese país (entre ellos, la ministra de Trabajo y el subsecretario Tom Shannon), defendió los extravagantes índices del INDEC. Desafió a los empresarios a que se entrevisten con los técnicos de Guillermo Moreno para que les demuestren que esos números oficiales acerca de empleo, inflación, pobreza, etcétera son ciertos. Descalificó el debate mismo al decir que en muchos países los índices oficiales son distintos a la sensación del público sobre la suba de precios. Entusiasmada, volvió a las ironías sobre las crisis financieras de sus anfitriones cuando le preguntaron si su gobierno tenía un plan B para la crisis. "Ustedes y Europa necesitan un plan B". Poco serio.


Todo bien

    «Nosotros no tenemos problemas, no necesitamos un plan B. Los que tienen que tener un plan B son ustedes y Europa.» Así le respondió ayer Cristina de Kirchner a Carla Sandy del Credit Suisse, que había ido a escucharla al hotel Waldorf Astoria en el almuerzo organizado por la American Society, cuando le preguntó si el gobierno tenía alguna estrategia de alternativa para el caso que en 2009 se deteriorara la situación fiscal en la Argentina. La Presidente insistió en el argumento del superávit fiscal como una política de Estado: «Nada va a modificarse porque hay una decisión política», dijo como si esa variable no dependiera también de la marcha de la economía. El mismo énfasis puso en defender a los funcionarios del INDEC y la forma en que se mide la inflación. Hasta reivindicó a Ana María Edwin y sus 30 años de trayectoria en ese organismo e invitó a todos los empresarios presentes «que tienen sus equipos de economistas a que los envíen al INDEC para que científicamente les expliquen cómo medimos la inflación».
    Fue en respuesta a la primera pregunta que llegó después de su mensaje ante unos 300 empresarios, argentinos y estadounidenses, representantes de bancos y fondos de inversión que la escucharon durante el almuerzo. Daniel Kerner, de Eurasia Group, fue el único que se animó a preguntar lo que se comentaba en las mesas durante la disertación de la Presidente: «Usted no mencionó en ningún momento el problema de la inflación cuando las encuestas dicen lo contrario», le dijo a Cristina de Kirchner.
    «La inflación no se mide por encuestas. Problemas hay en todas partes. Hace poco Der Spiegel anunció que la inflación en su país estaba en 3,3%, pero que los alemanes creían que no era inferior a 12%. Las variables nos indican que no están dadas las condiciones para un proceso inflacionario.» Así, de un plumazo barrió el problema del salón, poniendo como ejemplo a Jorge Capitanich, que estaba presente, y la medición del costo de vida en Chaco que, según dijo, en el último mes indicó deflación.


Seguridad

    «Es cautivante, tiene mucha seguridad. El problema es que habla mucho pero no dice tanto», comentaba un jefe de fondo de inversión en una de las mesas cercanas a la principal donde se sentó Cristina de Kirchner.
    Su visita al Council of the Americas había comenzado con un encuentro con Tom Shannon, el subsecretario para el Hemisferio Occidental de la Secretaría de Estado, junto a algunos de los empresarios argentinos que la acompañan en Nueva York. En un pequeño salón junto al gran lobby del Waldorf Astoria la rodearon Luis Rivaya del Banco Galicia; Jorge Brito, del Macro; Gerardo Werthein, Eduardo Eurnekian, Eduardo Elztein de IRSA, Santiago Soldati, Estela de Carlotto y los estadounidenses Shannon, Brian O'Neill, el segundo del Tesoro estadounidense que el miércoles se reunió con el ministro de Economía Carlos Fernández y Susan Segal, la presidente de American Society, quien durante todo el evento trató a Cristina de Kirchner de «amiga» cuando estuvo encargada de presentarla y despedirla al fin del almuerzo.
    El gobierno de George Bush, a pesar de las continuas alusiones de la Presidente al salvataje de mercados y la injerencia en las economías latinoamericanas, la rodeó ayer durante la presentación. En la mesa principal se ubicaron Cristina de Kirchner junto a Elaine Chao, la secretaria de Trabajo del actual gobierno que, al mismo tiempo, es la esposa del líder de los republicanos en el Senado, el senador por Kentucky Mitch McConnell. Durante la comida, la Presidente sólo tuvo tiempo para hablar —traductor de por medio con Chao—, a quien conoce de Buenos Aires: ella fue la enviada de Bush a la asunción presidencial en diciembre pasado.
    A Néstor Kirchner, en la misma mesa, le tocó otro trabajo: mantener entretenido a Shannon, sentado a su lado, que en los últimos días volvió a intentar calmar la tormenta entre Washington y Buenos Aires por las declaraciones de Guido Antonini Wilson en Miami.
    En sus explicaciones Cristina de Kirchner defendió el canje de deuda y criticó también a quienes habían comprado deuda a tasas «incomparables con el resto del mundo» y luego protestaron por el default: «Hay fuertes posibilidades de que si alguien paga tanto haya riesgo de no devolverlo. La Argentina reconoció más de lo que la Enron les reconoció a sus acreedores», dijo.
    Desde una mesa, en voz baja, le recordaron que la diferencia es que Enron no existe más.


Estrategia

    También volvió a explicar la decisión de pagarle al Club de París y la oferta de los tres bancos a los bonistas y la estrategia de manejo de pasivos que «garantizará los pagos en 2009 y 2010».
    Inclusive hasta teorizó sobre el «New Deal» del presidente Roosevelt, a quien alabó: «Alguien muy importante me dijo que no había sido el 'New Deal' lo que hizo grande a los Estados Unidos, que había sido la guerra. Yo no lo creo».
    Y sobre la crisis financiera de Wall Street: «El dinero se gana, no se produce. Esta es la génesis del problema: creyeron que podían producir dinero independizándolo de la producción de bienes y servicios. Este es tiempo de la economía real. Para cuando llegue esa época, que va a llegar, la Argentina es un buen lugar para invertir», le dijo a los presentes, muchos de los cuales están hoy en empresas que se mueven al ritmo de la crisis.

 

Rubén Rabanal
Ámbito Financiero

 

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