Se reflejó en la Argentina ayer la
eufórica jornada en los mercados del lunes. Las acciones ganaron 10,6% y no
menos importante es que el dólar bajó rápidamente a $ 3,23. Se percibe aún entre
ahorristas suma cautela. La moneda norteamericana siempre gusta en momentos de
incertidumbre local o internacional. Ayudó también a descomprimir tensión en la
plaza cambiaria que bancos hayan ofrecido tasas siderales, de hasta 17% a
grandes inversores por plazos fijos a 30 días. Por el lado de los créditos, las
tasas se mantienen elevadas y, como ocurrió en la crisis con el campo, no existe
el largo plazo. En el mejor de los casos, se otorgan a 30 días. No se podía
aguardar otro escenario con depósitos de ahorristas y grandes inversores
concentrados en el miniplazo de 30 a 90 días como máximo. Al menos el
Banco Central ya no tiene que sacrificar reservas como hizo la semana pasada,
con u$s 500 millones vendidos en el día de mayor tensión en Wall Street.
Habrá que seguir de cerca, como siempre, al dólar en Brasil, cuanto sucede en
Wall Street y los precios de los granos.
Tensa calma
Debe haber sido el día más tranquilo del año para la mesa de
dinero del Banco Central. Casi no intervino en el mercado contado del dólar y ni
vendió a futuro. Todas las operaciones fueron de privados. El dólar bajó 4
centavos a $ 3,23 para la venta en las casas de cambio, contagiado por la caída
del dólar mayorista, no porque haya cedido la demanda del público.
Los valores de los distintos dólares se tranquilizaron. El de
los «arbolitos» que llegó a cotizarse a $ 3,41 el fatídico viernes pasado, se
desplomó a $ 3,28.
Pero a pesar de lo que indique el precio final, la demanda
del público continúa elevada. En el MEC, la plaza de los corredores de cambio
que abastece a una parte del mercado minorista, se hicieron nada menos que u$s
304 millones, tan sólo u$s 6 millones menos que el Forex-MAE, cuando lo habitual
es que este mercado haga 50% más de operaciones.
Los fundamentalistas del dólar, hoy son los ahorristas que
tienen temor por las condiciones en que está la economía. Ellos no asumen
riesgos ni se tientan con la euforia de la Bolsa. Tampoco miran las pizarras de
los bancos, como para tomar nota de que les pagan más de 1% mensual por sus
pesos. Sí, miran que los precios de la soja y el resto de los granos está en
baja y saben que no es bueno para el país. Es tanta la inclinación que tienen
por la divisa de Estados Unidos que no evalúan los riesgos que para su seguridad
tiene el guardar ese dinero en su casa. Esta demanda de los pequeños y medianos
ahorristas es la que explica la amplia brecha que hay entre el dólar del Forex-MAE,
el principal mercado mayorista, que cerró a $ 3,1960, contra los $ 3,23 de las
casas de cambio.
El Banco Central fue todo el día un observador de las
pantallas. Compró y vendió para descongestionar ciertos momentos de la rueda.
Con sus posturas alimentaba el «bid» (demanda) o el «offer» (oferta), de acuerdo
con las necesidades. Al final del día, el saldo de su intervención fue cero.
La divisa abrió a $ 3,21 y enseguida aparecieron exportadores
a vender. Pronto valía $ 3,1990 y luego se estabilizó en $ 3,2060 para después
de las 14 bajar a $ 3,1960 y quedar muy vendedor para hoy.
La ausencia del Central en el mercado de futuros, donde es un
gran protagonista por el dinero que mueve, se notó en el monto de negocios del
OCT-MAE. Los contratos para los distintos fines de mes sumaron apenas u$s 88
millones, la cuarta parte de lo que se negociaba la semana pasada. El Central
casi todos los días era un aportante de operaciones cercanas a u$s 200 millones.
Más afectado
Con este menor monto de contratos, los distintos fines de mes
cortos bajaron. El plazo más afectado fue octubre que cerró a $ 3,1979 (-1,03%);
fin de noviembre cedió a $ 3,2195 (-0,90%) y fin de año vale $ 3,2690 (-0,05%).
Los fines de mes más largos subieron todos. La confianza
llega hasta un límite. A partir del 31 de marzo, todas las posiciones subieron
entre 0,15 y 0,75%. Fin de setiembre terminó a $ 3,4630 (+0,36%).
La única duda que tiene el mercado es saber qué dólar quiere
el gobierno para competir con Brasil. La cotización está atada a lo que pase con
el real que ayer retrocedió a $ 2,09 contra el dólar.
De todas maneras, hay que descartar que la moneda de Estados
Unidos haya entrado en una tendencia bajista. El dólar está ahí como refugio de
la clase media que no cree que la crisis haya pasado ni que los tiempos que
vienen son mejores.
Luis Beldi
Ámbito Financiero