La inseguridad es como un vals. La pieza comienza lentamente y va
adquiriendo la velocidad de los pies y la música envolvente sin detenerse.
El mundo es un Danubio Azul contaminado, chatarra de su propio desencanto.
Los señores de la guerra mandan a nivel global y la delincuencia
en las ciudades. Se erigen modernos castillos feudales, empalizadas,
los ticos de las ciudades se atrincheran en vano. En alguna esquina de la
vida, o recodo de las avenidas, surge la mano de la inseguridad que arrebata
la vida o los bienes al portador, o todo junto.
Secuestros, asaltos, estafas,, el menú diario de la
cartela de un rollo que se filma en cualquier ciudad del mundo. Unas con más
película, Colombia, Argentina, México, Rusia, Irak, Miami, Santiago,
cualquier punto del planeta es bueno para lo ilícito. No hay fronteras en
la mano negra de la muerte.
41 mil personas fueron consultadas en el mundo por Gallup
Internacional acerca de la seguridad y la respuesta fue clara: un 50 por
ciento dijo que se vive con mayor inseguridad ahora y que la próxima
generación enfrentará mayores problemas en este tema. Los encuestados
representan una muestra de mil millones de personas.
La encuesta fue presentada recientemente en el Foro Económico
Mundial de Davos, Suiza, que reflejó además un pesimismo de la gente en el
curso de los acontecimientos mundiales, donde se siente excluida totalmente.
El estudio de la Gallup, concluye entre otras cosas, que
la gente se siente desalentada económicamente si no se siente segura. Es
una verdad de Perogrullo, porque la seguridad no es una propiedad absoluta
como estado para los capitales solamente, frágiles golondrinas que hacen
verano donde existe un mejor clima para la inversión y la estabilidad de
sus nervios.
Más de la mitad de las personas del mundo, comenta
Gallup, siente que vive de manera menos segura que hace diez años, y
Argentina, un país que ha enfrentado la peor crisis de su historia,
considera que esa cifra se eleva al 85 por ciento de su población.
La lectura de sus principales periódicos relatan a
diario violaciones carnales, a domicilios, asaltos, secuestros y robos con
violencia en Buenos Aires, especialmente. América latina comparte esta idea
de la inseguridad en un 79 por ciento. Un 35 por ciento de los encuestados
considera que su situación económica mejorará en la década venidera y un
34, que empeorará.
Un 44 por ciento también considera mala la seguridad
ambiental, un fenómeno que crece en la alarma de la conciencia
internacional.
La economía en crisis, el desempleo, la informalidad,
los presupuestos empobrecidos para la educación, son aspectos que inciden
en esta nueva valorización de al seguridad pública, una variable que los
gobiernos deben tomar en consideración en sus agendas.
Los
resultados de la polución insegura del hombre en la tierra pueden
apreciarse en Bagdad, Kabul, Jerusalén, o Moscú. Prefiero un pasaje a
Odessa.