Los anuncios para la industria pesquera
auguran 80 millones de dólares para las empresas destinados a prefinanciación de
exportaciones. La noticia la dio la Presidenta Kichner hace pocos días desde Mar
del Plata. Esta ayuda estatal será complementada “con la dotación de capital
operativo” implementada a través de créditos del Banco Nación. La idea de la
Presidenta es “seguir sosteniendo la actividad” para las empresas “que adquieran
el compromiso de conservar la planta de personal” para “ayudar fuertemente al
sector a superar la crisis”.
Las empresas que actualmente exportan, en su mayoría, producen
en buques factoría, no utilizan mano de obra nacional en tierra, exportan
materia prima directamente a sus centrales en el extranjero, y como bonus track
podrán subvencionar la falta de competitividad de nuestro sector productivo
frente a los precios internacionales, y sostener la rentabilidad que durante
todos estos años ha sido impresionante ya que los costos de captura en nuestro
territorio carece de controles, y la decisión de la base tributaria queda en
manos de los empresarios que hoy recibirán ayuda estatal. Por años han sido
favorecidos por una política que descuida la tributación en perjuicio del
eslabón mas pobre del sector que son los fileteros y peones del filete.
El compromiso de conservar el personal en planta no exige un
gran sacrificio empresarial, ya que la mano de obra se encuentre hace años “cooperativizada”,
hoy sinónimo de pauperización, miseria y desprotección. Un éxito de la gestión
de Felipe Sola que nadie se digno revertir a pesar de los fuertes embates que
protagonizaron los trabajadores del sector, cuyos reclamos no fueron atendidos
ni recibieron ninguna ayuda estatal “articulada” desde la presidencia de la
Nación. “Les pedimos un esfuerzo para seguir sosteniendo el trabajo de los
argentinos”, increpaba Cristina a quienes nada sostienen con la anuencia de
nuestros gobernantes.
El control en la actividad pesquera
Junto los anuncios “cristinistas”, tan abundantes en estos
días, el subsecretario de Pesca de Nación, Norberto Yauhar, lanzó un “plan
estratégico para el mar argentino… de contingencia, de coyuntura”, es decir
circunstancial. La estrategia es fortalecer los controles sobre la captura de
especies con “un sistema de parte de pesca electrónico, que va a estar en
funcionamiento a partir del 30 de marzo; un sistema de abordaje a través de
Prefectura y de la Armada”; como así también, un “sistema de monitoreo de
cámaras que tienen los barcos”.
Que se esboce un plan es más que alentador siempre que el
mismo cumpla con el mandato legal de sustentar los recursos marítimos, y
contemple que nos encontramos en emergencia pesquera. Se proyecta también dotar
“de la mayor eficiencia tecnológica posible” a los organismos de investigación.
Estos organismos de investigación han dado una y otra vez sus informes que
alertan sobre las situación de nuestro mar ante la apatía de los responsables
del sector.
Que se pretenda profundizar en la fiscalización de la
actividad reconoce que los controles actuales han fallado, no por falta de
estrategia o planificación sino porque la actividad pesquera se basa en la
depredación y en la ilegalidad. Según lo ordenan nuestras leyes, cada buque hoy
debería ser observado por un inspector abordo, controles en alta mar, y
fiscalizaciones “transparentes” en el control de descargas al arribo a puerto,
tema que ninguna tecnología aplicada podrá revertir, la honestidad de nuestros
funcionarios.
Tanto un parte de pesca electrónico como un sistema de
cámaras a bordo, cumplirían su cometido si primero se sanea la ilegalidad de los
permisos de pesca. Esta rectificación puede ser implementada inmediatamente, sin
necesidad de esperar un período de puesta en marcha de ningún control
tecnológico, ya que la información para llevarla a cabo se encuentra en el
propio gobierno, que es quien otorgó y otorga hoy estos permisos, y permitiría
en primer lugar, declararlos nulos, y aplicar las multas y sanciones
correspondientes.
Otra de las medidas esbozadas desde la Subsecretaría de Pesca
de la Nación, es la aplicación del artículo 27 de la Ley Federal de Pesca que
ordena cuotificar las especies de captura por buque. Este artículo a la fecha no
se ha aplicado puesto que hay cantidad de buques con permisos de pesca con
dictámenes de nulidad. Por ello, la inaplicación de este artículo, el cual se
debe aplicar sin dilaciones, exige primero el saneamiento ut supra mencionado.
El otorgar cuotas de captura a buques ilegales significa ratificar un derecho
adquirido ilícito hasta el momento incoado desde el propio gobierno, que hoy
insiste con avalar su conducta depredatoria.
La base para un Plan Estratégico para el mar argentino es la
aplicación de la ley vigente, sin prebendas, orden jurídico que impone
condiciones de sustentabilidad e impulsa el trabajo en tierra y la mano de obra
nacional, y se enlaza con un bloque de legislación nacional, como la Ley General
de Medio Ambiente, e internacional, que el mismo gobierno ha firmado, ratificado
y se ha comprometido en respetar.
Juez ordena a la SAGPyA a aplicar Plan Sustentable
Si un Juez Federal ordena que el Estado Nacional elabore un
plan de protección y recuperación de una especie (merluza hubssi) es porque se
ha incumplido por parte de las autoridades del ejecutivo nacional la Ley Federal
de Pesca e impulsado la administración fraudulenta de recursos naturales de la
Nación, hasta el colapso biológico. Año a año los informes científicos muestran
el agravamiento depredatorio que sufre nuestro caladero, y ese agravamiento es
sinónimo de corrupción, ya que queda científicamente demostrado que en todos
estos años se ha pescado ilegalmente en nuestro mar, desoyendo también las auditorías efectuadas por la AGN, SIGEN y PTN.
Estos informes científicos y auditorias elevados al Consejo
Federal Pesquero, subsecretarios de Pesca de turno y Comisión Bicameral
Permanente Revisora de Cuentas, nunca impulsaron la acción penal que por ellos
se habilita. Nunca una investigación, un responsable, ni siquiera el apartamiento de los buques triangulados del caladero.
La total anomia y
responsabilidad compartida, que demuestra la asociación entre administración y
administrado, nos ha llevado a la situación actual, mostrándonos empresarios
ostentosamente millonarios con el pescado de todos los argentinos y funcionarios
enriquecidos e impunes, el caladero vacío y miles de desocupados.
La resolución judicial fue dictada hace días y dispone de un
“plazo perentorio e improrrogable” de 60 días, que de no cumplirse daría lugar a
una multa diaria. Se espera que la decisión contribuya a evitar el colapso de la
merluza común y la consecuente crisis social, económica y ambiental que este
hecho ocasionaría.
El hambre es un crimen
“Vamos a sacar una normativa donde todo lo que es el pescado
que sube a bordo, tiene que ser traído a puerto para su procesamiento en las
distintas etapas”, dijo oportunamente el Gobernador de Chubut, Mario Das Neves.
La normativa existe dentro de la Ley Federal de Pesca que
prohíbe arrojar pescado al mar, en consonancia con la CONVEMAR, la Ley General
de Medio Ambiente, el Código de Pesca Responsable de la FAO… Seguramente el
Subsecretario de Pesca de la Nación, desconoce la ley o cree que nosotros no la
conocemos. Conocemos las leyes y los medios institucionales para aplicarla o
para juzgar su inaplicación.
El Plan Estratégico para el mar argentino es bienvenido, pero
no suficiente para evitar la muerte por hambre de mas de 8 niños argentinos por
día en un país que arroja 2 millones de dólares al mar al año en proteínas que
ningún hambreado ingerirá jamás. Los anuncios de la Presidenta nombran cifras de
varios dígitos, pero hoy la cifra que debería guiar su gestión es la de los 8
niños. Además de salvar empresas debe detener este genocidio.
Sobre el hambre: “La piel cambia de color y de textura. Las defensas del
organismo bajan abruptamente. Los deseos de comer desaparecen y por último, el
sueño se adueña del cuerpo para siempre”. (Basado en informes del Cesni y de
profesionales del Hospital Luisa de Gandulfo de Lomas de Zamora)
Lo que vemos... “El cerebro es el órgano que más rápidamente crece, en los
primeros meses lo hace a un ritmo de 2 mg. por minuto. Pesa 350 gr. cuando nace
el ser humano y llega a los 900 gr. en 14 meses. Este peso equivale al 80% del
peso del cerebro del adulto. Cuando hay desnutrición infantil no sólo se detiene
el crecimiento cerebral, sino que además hay una atrofia del cerebro y el
espacio es ocupado por líquido cefalorraquídeo”. (Dr. Abel Albino, CONIN)
Roberto Maturana
Oficial de Marina Mercante-Investigador