Nos pareció increíble, casi como la
realización de un sueño, escuchar que la Presidenta, al asumir, haya efectuado
aclaraciones específicas respecto de su género.
También cuando dijo que, por ser mujer, sabía que todo le iba
a costar más. Lo entendimos como un mensaje, como un compromiso, como una
posibilidad política de restaurar, esos conceptos de desigualdad tan
entronizados en un país machista como el nuestro.
Con ansiedad, con fe, con ilusión, nos preparábamos para
concurrir a una entrevista que nos concedió, el 24 de agosto de 2006 a las 18
horas, cuando aún era Senadora Nacional, en la cual, le transmitimos el
resultado de nuestras investigaciones y denuncias penales sobre el tráfico de
bebés.
Le contamos y adjuntamos pruebas, sobre que el sureste de
Santiago del Estero, continúa con un sangrado de un promedio de 12 bebés
desaparecidos por semana y que, como segunda cuna de provisión de pequeños,
entrega cómodamente y con inconmensurables ganancias en el mercado interno e
internacional nuestros bebés para destinos desconocidos e inconfesables.
También le dijimos cómo están integradas, con nombre y
apellido, más de 12 bandas de traficantes en Añatuya que continúan, con el
soporte del Estado distribuyendo Partidas de Nacimientos por doquier.
Recordamos...esa mañana, estábamos contentos por la
audiencia tan esperada. Alguno de nosotros se compró una camisa nueva, cambió su
campera manchada en la panza por un saco prestado y se puso al cuello una
corbata amarilla, disimulando con su mano el desflecado de la punta... hasta
María, para ir coqueta, se gastó sin molestarse, unos pesos en la peluquera del
barrio.
Llegó el día señalado. Por primera vez ingresábamos a la
intimidad misma del Congreso de la Nación, ese edificio fabuloso que la mayoría
de nosotros había visto tan sólo en fotografías hasta ese momento.
La ansiedad nos carcomía por dentro. Sentíamos la sensación,
en orden a nuestro romanticismo recalcitrante, que íbamos a entrevistarnos con
algo así como la superheroína Mujer Maravilla, dicho esto, como último
escalón de la posibilidad y del poder humanizado, absoluto, invencible y
solidario.
Para estos tiempos que corren, aún no hemos podido darle
alcance, para preguntarle si se olvidó de lo que habíamos hablado.
Estamos desahuciados, tristes y con una sensación de
soledad tremenda e inaguantable... nunca podemos dar con ella, jamás la
encontramos con tiempo. Siempre está ocupada, o pasa de modo inesperado, en
vuelo rasante, con su mirada firme pegada al horizonte, con el puño extendido,
desafiante, dispuesta siempre a luchar por la Justicia y atendiendo presurosa la
necesidad de cualquier miserable de la Tierra.
Julio César Ruiz
Fundación Adoptar