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EL PAÍS QUE NO MIRAMOS

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ESTAFAS LABORALES ON LINE
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    Desde siempre en nuestro país ha existido —y existe, a pesar de lo que nos dicen— el trabajo irregular, precario o "en negro". Estas condiciones de contratación, no son más que una clara defraudación al Estado y un grave perjuicio a los trabajadores. A pesar de que existe un ministerio de trabajo nacional y de que, cada provincia y municipio, posea áreas idénticas en funciones y obligaciones, la situación no se ha revertido. Más grave aún es la situación de los sindicatos que, ante esto, poco o nada han hecho.
    La llegada de Internet en el ámbito comercial ha generado un boom que sigue en ascenso: se vende, se negocia y se contrata por la red.
    Esta nueva modalidad de estar presente en el mercado comercial trajo —como era de esperar— su otra cara, la del ámbito laboral. Así, las empresas pueden nutrirse de candidatos desde sitios o empresas dedicadas a ofrecer servicios temporarios o consultoras.
    A los clásicos avisos de empleos que encontramos en los diarios, hay portales dedicados al intercambio laboral entre empresas y postulantes.
    Lo llamativo de esto —que, vale destacar, es muy bueno porque evita a las empresas pérdidas de tiempo en entrevistas inútiles y a los postulantes ahorrar viáticos—, es que no existe al parecer, nadie que controle qué es exactamente lo que se ofrece y bajo qué condiciones.
    Es decir, lo que parece muy bueno como medio de interrelación, es un medio más de amplificar el empleo precario, la evasión fiscal y otras modalidades cuasidelictivas.
    Esta nota no tendría nada nuevo para aportar, si no fuera por el hecho de que, de una investigación de meses, verificando puestos y empresas, condiciones laborales y controles, descubrimos con sorpresa que muchos de los que buscan trabajadores encubren la relación laboral con distintas categorías que carecen de un valor jurídico.
    Es decir, se abusa de los períodos de prueba, se hace al trabajador indirectamente un socio a pérdida, se mantienen las situaciones de precariedad bajo excusas de falta de ingresos o bajo la amenaza de despido y, en algunos casos, se contrata personal bajo la modalidad de “pasante”.
    Tan grande ha sido nuestra indignación al hallar avisos de grandes empresas y comercios en el rubro gastronómico, que hemos cursado sendas denuncias a los respectivos sindicatos advirtiendo dichas situaciones irregulares y en las cuales no había un justificativo válido para no “blanquear” a los trabajadores o pagar sueldos por debajo del convenio correspondiente. En algunos casos, el sindicato a respondido y en otros no hemos tenido respuesta alguna.


El Estado ausente

    Muchas veces hemos hablado o escrito sobre el Estado ausente, ese que debería hacer respetar las reglas de juego sociales, de cuidar a sus ciudadanos no permitiendo que alguien crea estar por encima de otro, o bien ejercer su poder económico para enriquecerse impunemente.
    En esto, el Estado también esta ausente y no sólo causando un perjuicio al trabajador, que se ve privado de una cobertura social, de aportes y de estabilidad laboral; está ausente en administrar los bienes y recursos del Estado, ya que, quienes tienen a sus trabajadores en situación precaria, también defraudan al Estado y evaden sus aportes. Con lo cual, todos somos perjudicados por unos pocos que se enriquecen en la miseria y la necesidad de otros.
    También se evidencia una ausencia total de compromiso a la hora de combatir, como se dice, el “trabajo en negro”. Si bien cada tanto se lanza una campaña mediática que no se termina por cumplir, no existe entre los funcionarios responsables interés alguno en hacer su trabajo y esto lo quiero remarcar porque nadie les pide o les exige algo diferente a lo que su función implica y por lo que se le paga.
    Pero existe otro factor en el que el Estado también es responsable y es la falta de cultura laboral, muchas personas consienten situaciones irregulares por la necesidad de trabajar y así, se forman “empresarios” que realmente explotan a sus empleados, malas condiciones laborales, falta de francos, incumplimientos de horarios, impuntualidad en los pagos, y un amplío etc. que ya todos conocemos muy bien.
    Los más pícaros trabajan en negro y brindan cierta confianza para obtener la aceptación cómplice de un empleado que termina creyendo que está en negro, sin obra social, sin aportes, pero que su jefe es “macanudo”. La pregunta sería, ¿será igual de macanudo si se le reclama la efectivización?


Conclusión

    Tenemos una crisis económica actual y real, eso es indudable, pero también es cierto que esto ha sido el disparador para que muchos empleadores argentinos, apelen a la creativa idea de bajar sueldo y evitar despidos amparados en la crisis.
    Durante años, empresarios, medianos y grandes se han enriquecido de una forma impúdica en nuestro país, muchos de los ancianos de hoy fueron privados de condiciones de trabajo dignas y continúan esa afrenta con jubilaciones indignas y magras.
    Cualquier ventaja es útil para nuestros empleadores, bicecletear al proveedor, evadir impuestos, dar trabajo irregular a sus empleados, etc.
    Curiosamente uno de los sectores donde se registran la mayor cantidad de irregularidades tiene que ver con los medios de comunicación, pero obviamente de eso no se habla, en especial cuando son multimedios.
    En el mejor de los casos algunos inscriben para evitar multas o cansados de pagar coimas a sus empleados como tiempo partido, es decir, trabajan ocho o diez horas, pero están blanqueados por cuatro.
    A tal punto nuestro Estado es cómplice y sus funcionarios también de estas situaciones irregulares, que el propio ministro de Trabajo de la Nación, el Dr. Carlos Tomada, fue durante muchos años abogado de sindicatos, y posteriormente de la CGT, junto a la Secretaria de Trabajo la Dra. Noemí Rial, con lo cual deberían conocer mejor que nadie la realidad laboral de los argentinos. Pero si esto parece poco, el propio Estado realiza con sus empleados operaciones similares, personas contratadas que le facturan al Estado por servicios que no se brindan, ñoquis que ocupan nombramientos de otros que están en situaciones irregulares, pagos de proporcionales en los sueldos como “no remunerativo” y una parafernalia contable que es impensada en una nación ordenada.
    Próximamente crearemos una sección donde ingresaremos los datos de las empresas que publican avisos de contratación irregulares como un servicio más a los ciudadanos, al Estado y a esos sindicatos cómplices, que viven de los trabajadores, pero comen con los empresarios.

 

Marcelo Ricardo Hawrylciw
Editor General El Sindical

 

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