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ALTERNATIVAS LABORALES Y SALARIALES EN VISTA AL 2009
ALTERNATIVAS LABORALES Y SALARIALES EN VISTA AL 2009

MENÚS Por Luis Tarullo    BUENOS

    El tema salarial se instaló nuevamente en el centro del escenario laboral, pero hay otras cuestiones que demandan una resolución contemporánea.
    Por ejemplo, la desocupación, la pobreza, el empleo en negro y los accidentes de trabajo son otros importantes frentes abiertos que involucran a millones de personas y también al Estado.
    El desempleo, según las últimas estadísticas del Gobierno, estaría situado en el 7,3 por ciento, lo que significaría una baja respecto al 7,8 de la medición anterior.
    Esa cifra podría considerarse aceptable, contemplando los valores históricos aquí y en otros países y lo que está ocurriendo con la economía local y global. El desempleo cero en realidad en estos tiempos no existe.
    Pero el problema tiene otras aristas, como la calidad de los trabajos, que ha caído de manera singular en los últimos años. La precariedad laboral y la mala paga son una constante en muchísimos casos y basta sólo con hacer un rápido paneo, sobre todo en las grandes urbes.
    Al respecto, los mayores niveles de desocupación, al menos en el tercer trimestre de 2008, se dieron en el siempre convulsionado conurbano bonaerense.
    Por un lado, ello torna más complicado el panorama en el superpoblado Gran Buenos Aires, y, por otro, denota que sigue multiplicándose la migración interna, con la llegada de ciudadanos del interior y extranjeros en busca de posibilidades o de zonas donde el poder adquisitivo suele ser superior al de las regiones de tierra adentro o de países más pobres.
    Lo mismo ocurre con la pobreza y la indigencia, para cuyo cálculo se toman límites de ingresos cuestionables. Es cierto que hay que tener en cuenta una línea de corte para separar los estamentos, pero ya está comprobado que a esta altura los valores utilizados deberían actualizarse para que no colisionen con la realidad.
    El tema del empleo en negro es uno de los Talones de Aquiles de la economía nacional. Ninguna comunidad puede prosperar cuando casi cuatro de cada 10 trabajadores no están registrados.
    Seguir explayándose sobre este flagelo ya se torna tedioso, pero siempre es oportuno remarcar que los perjudicados son todos: empleados, empleadores y el propio Fisco.
    Empleo, pobreza y registración de trabajadores constituyen un menú de problemas que dependen de la evolución de la economía, es cierto. Pero un círculo virtuoso puede —o más bien debe— construirse destruyendo un círculo vicioso, como es el caso de los flagelos que contaminan al mundo del trabajo. Avanzar en esta misión significará borrar la teoría del "huevo o la gallina" o la imagen del perro mordiéndose la cola, preñadas de una nociva resignación.
    Otra cuestión sobre la que debe haber una solución rápida es el nuevo régimen de accidentes de trabajo, donde en realidad la discusión está pasando por un andarivel económico.
    En el ámbito gubernamental están produciéndose reuniones entre las autoridades oficiales, la CGT, los empleadores y la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART). Entre los puntos que generan mayor fricción entre las partes se destacan el nivel del resarcimiento para el caso de un siniestro laboral y la posibilidad de que el empleado pueda acudir a la Justicia para reclamar una compensación mayor a la que estipule la ley (lo que se dio en llamar 'doble vía').
    Al respecto, se estaría conversando en torno a una base de resarcimiento de alrededor de 250 mil pesos. Ello significaría al mismo tiempo un avance para superar las discrepancias sobre el juicio en tribunales. Si la cifra y la forma de pago ofrecidas al trabajador para cubrir un accidente son satisfactorias, las partes estiman que automáticamente se desalentará la demanda en los estrados.
    Otro ítem que provocó largas discusiones fue el de los accidentes "in itinere", que son los ocurridos en el trayecto del trabajador desde su domicilio a su empleo y viceversa.
    La fórmula analizada sería que el sector patronal debería hacerse cargo si el siniestro ocurre, por ejemplo, en un vehículo de la empresa —por ejemplo, un colectivo que traslada personal—, mientras que si sucede en un transporte público o privado ajeno a la compañía, la responsabilidad sería de quienes explotan esos medios.
    La concreción de la reforma al régimen de siniestralidad laboral deberá hacerse efectiva lo más rápido posible, ya sea para actualizar algunos puntos que han quedado relegados, como para dar seguridad a las partes involucradas en una cuestión que ha mostrado muchos avances en los últimos años —especialmente en materia de prevención— pero continúa siendo una las aristas más sensibles del mundo del trabajo.
    Y en medio de aprontes y debates, hay lugar también para el festejo. La semana que viene habría una comida en la CGT donde el agasajado será el titular de la central sindical, Hugo Moyano.
    El convite podría extenderse a Néstor Kirchner y Julio De Vido, quienes junto con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner constituyen desde hace más de un lustro una férrea alianza con el dirigente camionero.
    En caso de asistencia perfecta, será una foto que ratificará una vez más el camino común entre quienes tienen el poder en la Argentina. Y aunque falte alguno, más allá de cualquier especulación circunstancial no habrá dudas sobre la solidez de esa sociedad. Es que desde hace rato está elaborado el menú político del Gobierno y Moyano, incluido el postre electoral que pretenden saborear a fines de este año.

 

Luis Tarullo

 

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