El administrador federal de Ingresos
Públicos, Ricardo Echegaray, consideró hoy que la ley de blanqueo de capitales
"es una oportunidad (para los contribuyentes que tengan dinero o bienes no
declarados) que no se va a dar muchas veces", y reiteró que la norma establece
requisitos para evitar "el lavado de dinero y la financiación del terrorismo".
Echegaray —que ofreció una conferencia de prensa para medios
extranjeros y agencias de noticias nacionales— destacó que el blanqueo, junto
con las normas de regularización tributaria y promoción del empleo no
registrado, forman parte de un "acuerdo fiscal", dispuesto como medida de
excepción ante la crisis económica internacional.
El funcionario expresó que se podrá adherir al régimen de
Exteriorización y repatriación de capitales (conocido como blanqueo) entre el 1
de marzo y el 31 de agosto y que esta medida "se ha adoptado en varios países y
es avalada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE)",
nucleamiento que agrupa a los países más desarrollados del mundo.
En ese sentido, indicó que en Alemania, Grecia, Estados
Unidos, Rusia, Reino Unido, Irlanda, México, Canadá, Portugal, Sudáfrica y
Bélgica ya se adoptaron en los últimos años medidas de ese tipo y que en Brasil
"está en análisis un proyecto legislativo" de esas características.
El titular del organismo recaudador marcó tres pilares sobre
los cuales se asienta el blanqueo: "la amnistía o perdón fiscal", que implica
que no se cobrarán impuestos de ningún tipo, salvo el especial para quienes
no hayan pagado hasta el 31 de diciembre de 2007, "el resguardo del secreto
fiscal" y "el aval internacional a esta medida extraordinaria".
"Frente a una situación de crisis internacional, el Gobierno
tomó medidas extraordinarias", destacó el funcionario, quien calificó como "una
gran oportunidad para no dejarle problemas a los que vienen en el futuro".
En cuanto al temor de que la norma pueda servir para el
lavado de dinero, el funcionario destacó algunos artículos de la reglamentación
que indican que "será condición necesaria que las entidades extranjeras en las
cuales se haya efectuado el depósito (que luego será transferido para el
blanqueo en la Argentina), se encuentren radicadas en países que cumplimenten
normas o recomendaciones internacionalmente reconocidas en materia de prevención
de lavado de activos y financiamiento del terrorismo".
Además, se especifica que "las transferencias deberá provenir
de cuentas de bancos del exterior sujetos a las normas de prevención de lavado
de dinero y financiación del terrorismo, basadas en recomendaciones
internacionales, y bajo la supervisión del banco central u organismos
equivalentes de los países de origen".
Los que adhieran al blanqueo deberán pagar un impuesto
especial que será del ocho por ciento para quienes declaren el capital, pero
lo dejen en el exterior; del seis por ciento para los que lo traigan o lo
exterioricen si es que estaba en la Argentina pero fuera del circuito. Una
ganga.
Por otra parte, quienes compren títulos públicos y los
mantengan por dos años pagarán tres por ciento y quienes inviertan en la
economía real, es decir inmuebles, producción y actividad agrícola, deberán
pagar el uno por ciento.
"Como queda claro, estamos priorizando la economía física",
subrayó el funcionario, quien destacó que la AFIP inducirá, a través de unas 15
mil cartas, a los contribuyentes que se sospeche que tienen irregularidades a
adherirse al blanqueo y que luego ejercerá un control, a partir del cruzamiento
de información de distintas bases de datos.
Mario Poliak