La suerte de Néstor Kirchner está, como
nunca antes desde que llegó al poder 6 años atrás, atada al Partido
Justicialista y a sus principales referentes distritales.
Pese a ser el Jefe del PJ, hoy conduce un partido que no está
plenamente encolumnado, como tiempo atrás. Ni mucho menos.
"En privado Néstor sabe de la complicada situación electoral
y de que, quizás, haya llegado el fin de su etapa. Pero no lo admitirá en
público para no mostrarse débil y así jugar hasta el último momento de 2011",
confesó un hombre del círculo áulico del santacruceño.
Por eso, Reutemann habló con Kirchner antes de anunciar su
ida del bloque y, se presume, incluso pudo haber esbozado esa idea con el ex
mandatario. Lo cierto es que Kirchner no pudo hacer nada, porque necesita al ex
piloto y porque entiende que Reutemann tiene razón: es imposible ganar en Santa
Fe siendo candidato del Frente para la Victoria, cuando la gestión de Cristina
Fernández tiene allí una imagen negativa del orden del 70 por ciento.
Ante el nuevo panorama, Kirchner intentó acercarse a algunos
de sus ex colaboradores, con el objetivo de que volvieran al redil y ocuparan un
rol importante en el armado electoral. Tales son los casos de Rafael Bielsa o
Alberto Fernández. Pero en ambos casos, no lo consiguió.
Alberto Fernández, de seguro, será uno de los actores de la
próxima etapa, post elecciones legislativas, en las que el peronismo comenzará a
buscar construir un candidato presidencial para el 2011 y, tal vez, una nueva
conducción partidaria.
El ex funcionario dice a los suyos que cuando habla con el ex
presidente, le marca sus discrepancias; que también dialoga seguido con medio
gabinete nacional; y que no volverá a la Casa Rosada ni aceptará ninguna
embajada, por esas diferencias. No obstante, continuará siendo el titular del PJ
porteño. Ese cargo ciertamente será de utilidad cuando el peronismo comience a
discutir una nueva cúpula.
No es antikirchnerista porque fue parte fundacional de esa
corriente. Pero tiene muy buena relación con Solá y cree que no tiene que ser
candidato a diputado nacional en los próximos comicios sino apuntar todo a las
presidenciales. Rescata a Roberto Lavagna como parte de cualquier proyecto,
aunque considera un error político del ex ministro de Economía haberse sacado
una foto con Kirchner, dilapidando los votos que obtuvo en las elecciones
presidenciales de 2007.
La provincia de Buenos Aires es otro dolor de cabeza para el
kirchnerismo, aunque con una mejor perspectiva. La conformación del eje Macri-De
Narváez-Solá preocupa al kirchnerismo pero también a la alianza entre Elisa
Carrió y la UCR. Tanto Capital como provincia de Buenos Aires son claves para
este frente en el que, pese a las frases mediáticas, no cuenta con la
presidencia activa del Partido Socialista.
Desde noviembre del año pasado, el titular del Socialismo,
Rubén Giustiniani, no ha vuelto a participar de actividad alguna junto a Carrió
y Morales. Es más, sólo aparecieron los tres nombres cuando se enredaron en
alguna polémica como el diálogo de Carrió con Ricardo López Murphy y el
posterior rechazo del PS, respecto de cualquier acercamiento con el ex socio de
Mauricio Macri.
Carrió y Morales han participado de actividades en Capital y
provincia. Hermes Binner y Giustiniani, por su parte, actúan en soledad en su
distrito, Santa Fe. Lejos está aún la integración de un frente electoral entre
esas tres fuerzas, para aspirar al poder en 2011.
Mientras, Julio Cobos continúa aguardando su momento. Por
ahora, solo es un espectador del papel de Consenso Federal (CONFE) en algunos
acuerdos políticos como en la provincia de Buenos Aires, con Margarita Stolbizer,
o en el complicado panorama con la UCR en Mendoza.
De vez en cuando se ocupa de recordar sus discrepancias con
los Kirchner o bien le toca vivir algún contratiempo con el matrimonio
presidencial como cuando solicitó, en su carácter de vicepresidente, una avión
para viajar a Tartagal y quedó esperando, sin resultado alguno, en el aeroparque
Jorge Newbery. Luego debió pedirle disculpas al gobernador de Salta, Juan Manuel
Urtubey, que se mostró comprensivo.
Pero Cobos aprendió la lección. Por estas horas se encuentra
de visita en Ecuador, adonde llegó en vuelo de línea e incluso evitó pedir los
viáticos que le corresponden como vicepresidente. Para no volver a esperar, en
vano, una respuesta.
Walter Schmidt