La discusión del haber mínimo para los
docentes del país tendrá lugar la semana próxima contrarreloj al inicio del
nuevo ciclo lectivo, el 2 de marzo, y colocará a la mayoría de los sindicatos en
un delicado equilibrio entre la crisis, las necesidades de los maestros y los
derechos de padres y alumnos.
Las cabezas de los principales sindicatos docentes nacionales
que se sentarán el lunes próximo en la paritaria con los funcionarios de
Educación y Trabajo de la Nación cargarán sobre sus espaldas las pesadas
mochilas de conciliar responsabilidades gremiales, docentes y hasta ciudadanas.
Entre las responsabilidades gremiales llevarán a la mesa la
situación de sus afiliados, teniendo en cuenta la nueva desigualdad salarial que
en la que quedaron segmentados los maestros de las diversas jurisdicciones.
En ese escenario se pueden mencionar los sueldos congelados
desde hace un año entre los docentes de Santiago del Estero, una de las
provincias más pobres, con un básico de 600 pesos; los rionegrinos que apenas
alcanzan los 440 de básico y los catamarqueños que luchan también contra el
empobrecido escenario de dar clases en medio de la carencia de comedores y
escuelas.
Y por el otro lado se sitúan hoy los educadores porteños y
bonaerenses que alcanzaron en 2008 un incremento de casi un 40 por ciento, que
llevó el inicial de 1.290 pesos a más de 1.400 pesos y creó una brecha con las
restantes jurisdicciones que hoy alegan un nuevo empobrecimiento en sus arcas.
En ese marco de negociación, los docentes privados de SADOP llevarán al gobierno
nacional el último estudio que encargaron acerca del costo de vida del maestro
de gestión privada, que indicó que tienen un gasto mensual de "4.000 pesos
para vivir" y que para ello necesitarían contar con "2.500 pesos adicionales a
su sueldo promedio de 1.677 pesos".
"Llamativamente el 90 por ciento de los educadores
encuestados son mujeres y jefas de hogar, de 36 a 45 años con entre 11 y 20 años
de profesión con hijos a sus cargo", señaló el secretario gremial de SADOP,
Daniel Di Bártolo.
Di Bártolo subrayó a Agencia DyN además que "esta medición sobre el poder
adquisitivo del salario y el acceso a bienes básicos y culturales y de
tecnología, da por tierra con la vieja idea de que el salario de las maestras es
un complemento en la pareja".
Asimismo llevarán a la mesa las condiciones laborales, entre
las que no estará exentos informes acerca del estado edilicio en varias
provincias, entre otros, el tradicional relevamiento del ceterista SUTEBA de las
escuelas bonaerenses y el malestar docente, que incluirá las consultas y
enfermedades más frecuentes de los maestros.
Y otras de las aristas en la que harán equilibrio serán la
crisis que aqueja históricamente los bolsillos de los maestros; la nueva debacle
mundial y la garantía de un comienzo de clases sin convulsiones ni
confrontaciones para chicos y jóvenes, dado que en el actual panorama de escasez
no habría margen para iniciar el ciclo lectivo con huelgas.
"No hay plafón ni escenario social para no empezar las
clases", señaló un dirigente docente más allá de advertir que "habrá pelea
por un salario digno y que recomponga el poder adquisitivo de los maestros".
En el marco de las versiones sobre porcentajes, trascendieron
entre otras que la oferta de mejora salarial que propondría el gobierno
bonaerense rondará el 14 por ciento a pagar en dos cuotas, un 10 por ciento
desde el 1 de marzo y un 4 por ciento a partir de agosto.
Ante ello, fuentes sindicales señalaron que aspiran a un
incremento del orden del 20 al 25 por ciento en el sueldo básico de un docente a
cargo de grado, pero ese porcentaje estaría lejos del que, según estiman, puede
llegar a proponer el gobierno.
Laura Hojman