En pocos meses el destino le cambió en
180° a Chavez: si antes viajaba por el mundo en su Airbus de súper lujo
con las faltriqueras llenas, regalando millares de dólares a quien quisiera
recibirlos, hoy va cabizbajo de país en país viendo cuando agarra. Ayer le
regalaba cinco mil millones de dólares a la señora Kirchner. Hoy le pide a su
homólogo Lula da Silva le preste cuatro mil, a ver cómo enfrenta el estropicio.
Éste, ni corto ni perezoso, los ata a proyectos de desarrollo de la propia
industria brasileña en Venezuela. Lo que tiene en claro el hábil brasilero es
que los presidentes responsables no regalan: prestan y en condiciones leoninas.
De Japón no obtuvo un centavo. De China tampoco. Lo que debía
dar ya lo dio. Ahora es el turno del teniente coronel: darle puntualmente el
petróleo que le vendió por adelantado. Precisamente ahora, cuando la producción
desciende y para exportación hay menos de un millón de barriles diarios. Una
casualidad permitió oír esta insólita confesión: su furia expropiadora,
provocada por la desesperación de su bancarrota, no rozará los extramuros de las
propiedades e inversiones brasileñas en Venezuela. Que don Chavez al Brasil
del compañero Lula no se anime a tocarlo ni con el pétalo de una rosa.
Con los Kirchner es diferente. Reclaman los argentinos
airadamente porque Chávez afecta propiedades de sus connacionales. Y el asunto
adquiere ribetes de novela negra cuando se advierte un negociado de esos
clásicos de dictaduras decadentes: Chávez le prometió a Techint 1.400
millones de dólares y como por arte de encantamiento al momento de finiquitar la
operación firma recibos por 1.960 millones. ¿A quién y para qué esos 560
millones de diferencia? Adelantando un pago de maletín por 400 millones de
dólares que se los lleva personalmente a la Sra. Kirchner. Como sucede en el
mundo de los negocios, esos primeros pagos suelen ser la comisión. ¿Fueron esos
cuatrocientos millones a la cuenta mancomunada de los "monárquicos esposos
argentinos"? y ... si.
El sálvese quien puede comienza a afectar a los más dudosos
de sus aliados.
En un acceso de furia más propio de una cabaretista
despechada que de una señora presidente de los argentinos, Cristina Kirchner
expresa airadamente su irritación contra los dueños de Techint, beneficiados con
esa generosa sobre paga, por haberla depositado de inmediato en un banco
extranjero. ¿Se olvido la señora de los millones de una Provincia que su marido
saco al exterior con destino "desconocido"?
Techint sabrá sus razones para no meter la $$$ en la
cueva del lobo.
Ya crece en el pueblo de Argentina la indignación contra
quienes son culpados de manejar el mismo proyecto político que el teniente
coronel Chavez. Populismo fascista, lo llamó Álvaro Vargas Llosa. Y
conociendo cuan volubles y discolos y dificiles de predecir pueden ser los
argentinos y cuantos presidentes se pueden zampar en una semana, el asunto es
como para que cundan las preocupaciones.
En síntesis: Brasil se ríe a carcajadas y samba, LA Argentina
frunce el seño malhumorada y canturrea el tango "chorra" y Venezuela está en
bancarrota mientras Chávez pierde aceleradamente los favores de sus aliados –sin
chequera no hay galán– y su aislamiento comenzará a hacer sentir sus efectos
antes de lo imaginado.
Ande chico, a comprar alpargatas, que lo que viene es joropo.
Antonio Sánchez García
Periodista venezolano