El resultado de las elecciones
legislativas del próximo domingo delineará la carrera presidencial para el 2011,
pero también el perfil de la gestión del gobierno de Cristina Fernández y el
futuro del Partido Justicialista.
Néstor Kirchner, Mauricio Macri, Hermes Binner, Carlos
Reutemann, Elisa Carrió, Julio Cobos, Daniel Scioli y Francisco de Narváez,
protagonizarán el escenario post electoral, aunque con distinta suerte.
El oficialismo ya digirió la pérdida de la mayoría
legislativa que ostentó desde 2005 y le permitió aprobar numerosos proyectos sin
el consentimiento de la oposición.
Ahora, calculan que los comicios del 28 de diciembre los
dejarán con unos 100 diputados nacionales (29 menos de los que se requieren para
ser mayoría) y unos 35 senadores (a 2 de la mayoría en la Cámara Alta).
El lunes 29 de Junio, una lectura inequívoca será que el
oficialismo perdió la mayoría legislativa en el Congreso Nacional y la oposición
amplió su presencia en el Parlamento, equiparando fuerzas.
En segundo término, habrá varias interpretaciones marcadas
por la pelea por capitalizar los guarismos: la oposición dirá que ganó porque un
porcentaje determinado (60 o 70 por ciento de todo el país, por ejemplo), de
gente que no votó al kirchnerismo.
Kirchner, Reutemann y Scioli saben que si alguno de
ellos, en función del resultado en los comicios, logra establecer su liderazgo
en el PJ encolumnando al resto y erigiéndose como el candidato del partido a
través de internas que legitimen esa condición, las chances hacia el 2011 son
importantes. En el caso de Kirchner es mas complejo, porque la mayor parte de
electorado estará votando en su contra el domingo.
Luego del domingo, el Acuerdo Cívico y Social quedará como la
principal fuerza opositora a nivel nacional por su presencia en casi todo el
país. Sin embargo, de los resultados dependerá la suerte hacia la carrera
presidencial de sus tres aspirantes: Binner, Cobos y Carrió.
Si Rubén Giustiniani vence a Reutemann en Santa Fe, Binner
reclamará la candidatura presidencial del espacio en el 2011.
Si triunfa en Mendoza, Cobos se convertirá también en un
precandidato presidencial por el Acuerdo.
Distinta es la situación de Elisa Carrió. Si ingresa como
tercera diputada nacional, aún si quien triunfa en Capital Federal es Michetti,
podrá exhibir un logro. Pero si ni siquiera obtiene esa banca, su suerte
dependerá de la suerte de Binner y Cobos. Además, cuenta con otros datos
desfavorables a la hora de encabezar el frente. Tiene una mala relación con
Cobos; la UCR buscará que un radical —Cobos— sea el candidato presidencial y no
repetir la experiencia de Roberto Lavagna; y Binner tampoco siente que Carrió
pueda representar al Socialismo e elecciones presidenciales.
No menos compleja es la perspectiva para Mauricio Macri. PRO,
por su carencia de estructura y de presencia en el resto del país (sólo se
presenta en Capital y provincia de Buenos Aires) necesita de una alianza con el
peronismo para proyectarse en todo el mapa. Por eso, Macri depende de una
ruptura en el peronismo, la permanencia de Kirchner en el liderazgo del PJ o
bien que el Justicialismo no consensúe un candidato presidencial para el 2011.
De lo contrario, ya ha deslizado en privado que esperará al 2015 para pelear por
la presidencia.
La gestión de Cristina Fernández dará sus próximos pasos
en función del resultado en los comicios. Desde un inmediato acuerdo con el FMI,
hasta un recambio ministerial o la profundización de la política K danzan
derredor de los porcentajes que se obtendrán el domingo. Al margen, está
claro, de versiones de adelantamiento de las elecciones en caso de una derrota
de Kirchner en la provincia que, hasta ahora, responden más a operaciones
políticas, vaya a saber si desde la oposición o incluso desde el oficialismo.
Walter Schmidt
DyN