El ministro de Economía, Amado Boudou,
sigue concretando día a día su inmersión acelerada en el Pequeño Manual del
Kirchnerismo Puro y hoy acaba de aprobar con un sobresaliente una de sus
materias básicas, la que alude al "échale la culpa a los demás, especialmente al
periodismo".
En un reportaje radial, el ministro se defendió en cuanto a los cambios que se
anunciaron en el INDEC diciendo que hubiera sido un mero acto de "maquillaje"
poner una figura de renombre al frente del organismo "para que adentro todo siga
igual" y aseguró que no le pareció equilibrado el tratamiento que le dio la
prensa a sus anuncios.
Al respecto, se quejó de que hay gente a la que no le caen nada bien esos
cambios y deslizó, en clave de conspiración, un "vaya uno a saber a qué
apuntan".
En general, si se repasan los titulares y el contenido de las principales notas
periodísticas del día de hoy se coincide en varias cuestiones:
a) que hay cierto mérito del ministro, ya que haber hecho algo con el INDEC
demuestra que, como todo el mundo decía, "algo había que hacer";
b) que el cambio de escalón de responsabilidad directa en el control del
Instituto es una mera formalidad, porque él ya era el jefe pleno del mismo y que
una palabra suya hubiera bastado para quitar del medio a la secretaría de
Comercio de Guillermo Moreno y para retornar el control a su órbita natural, la
secretaría de Política Económica;
c) que el Consejo Académico que se va a formar irá 10 años para atrás, cuando lo
que se necesita evaluar es la performance del Instituto desde 2007 a la fecha y
d) que la presencia de Norberto Itzcovich en el INDEC es más de lo mismo, ya que
sus ideas son las de Moreno y no se sabe aún si son las de Boudou.
Escondedor y para evitar ir al centro de las críticas, en una columna que
escribió la semana pasada en El Cronista Comercial, el mismo Itzcovich también
había usado la técnica de eludir el foco del problema y de desacreditar a dos de
los críticos por sus prontuarios.
Eso sí, el tecnócrata también transfirió culpas y discurrió sobre lo que dijo
que eran otras manipulaciones, las previas a 2007, aunque bajo ningún punto de
vista avanzó en intentar darle transparencia a la situación actual, al menos
prometiendo que iba a dar a conocer la metodología de medición y la composición
de las canastas.
Si el ministro en en verdad el Jefe, lo primero que debería hacer hoy mismo es
pedirle a Itzcovich que termine con el misterio y que publique ya esos
elementos, para que todos puedan evaluar cuáles son las ponderaciones y de qué
modo se toman los precios.
Si no, la llamada "jerarquización" del INDEC quedará, casi como la "jerarquización"
del ex ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, como un ejemplo más de vía
muerta para ganar tiempo, algo muy común cuando al Gobierno le aparecen
situaciones que se escapan de las manos.
En el extremo, esta reformulación unilateral del organismo ha resultado ser casi
como la contracara del diálogo, ya que el razonamiento gubernamental parece
haber sido que, sin atender a los consensos y cuando alguien le solicita algo,
hace lo que quiere, porque para eso manda.
Boudou se queja de las interpretaciones de la prensa, pero los periodistas,
críticos y desconfiados por naturaleza, ya se han quemado más de una vez en los
últimos años como para repetir el libreto oficial sin cuestionar. La pregunta
que deberían formularse los funcionarios es qué ha sucedido hasta ahora en
cuestiones de transparencia, para que no sean encasillados casi siempre en la
sospecha.
En todo caso, los maquillajes deberían ser antialérgicos. Porque si no la cara
se pone irremediablemente colorada. Y se nota.
Hugo Grimaldi
DyN