A esta altura del campeonato, dijera mi abuelo, nadie duda, ni el mas colgado de
la palmera, de la secuencia de barbaridades concretadas en estos últimos años
desde el máximo poder de la República.
La desesperación de Nerón, que además estaba loco, fue incendiar Roma, metáfora
muy utilizada por varios descriptores en variadas ocasiones al referirse a las
conductas de quien nos gobierna en la realidad, no en la ficción.
El jueves fue un día de aquellos…. de nuevo el abuso de la cadena nacional para
proclamar lo que no ha de ser cierto (muchachos no se ilusionen, no les van a
devolver ninguna retención), la reunión del Vice-Presidente Cobos con dirigentes
de la oposición, las incandescentes declaraciones del Juez Norberto Oyarbide y
la frutilla del postre: la AFIP padece un inesperado ataque psicótico (según la
versión del Ministro Aníbal Fernández), excelente actor, digno de varios Oscar,
a no dudarlo, tiene mucho talento para la interpretación y un trabajo asegurado
en las tablas cuando finalice su prestación de servicios en la función pública.
En el paroxismo de la psicosis institucional, mas de 200 inspectores de la
mencionada Administración Tributaria, en un operativo mas asimilable a un
hollywoodense capítulo de la serie Swat con “demasiados refuerzos”, irrumpen en
varios lados: dependencias de Clarín, otros medios, la Rural, domicilios
particulares de directivos, instalaciones afectadas al diputado electo Francisco
De Narváez… en fin…un despliegue infernal, irracional y por demás pintoresco.
La repercusión de los hechos tuvo tal magnitud que a las pocas horas nos
enteramos, por ejemplo, de que se dio marcha atrás con el aumento de gas, que el
Director General de AFIP dice haber designado en su cargo hace muy poco a Andrés
Vázquez y Sergio Manzini, quienes ordenaron la inspección sin consultar a
Echegaray y por lo tanto podrían ser desafectados de sus cargos, que no pueden
encontrar a la pareja de Zanola, que la causa por adulteración de medicamentos
avanza y la implicación va “demasiado” arriba, que hay conexiones sorprendentes
entre los tres jóvenes asesinados en Gral Rodríguez (Forza, Bina y Ferrón) y los
aportes a la última campaña presidencial, que están allanando el Políclínico
bancario y otros centros de salud, que el Ministro Aníbal Fernández niega que
hayan sido inspectores de la AFIP quienes realizaron el megaoperativo …..en
fin…la esperada sucesión de hechos impactantes al extremo, en una secuencia tal
que a uno no le de tiempo a reaccionar. “Quizás de eso se trate justamente…….”
En esta instancia, siguiendo la “lógica” estratégica de quien nos gobierna en la
realidad, no en la ficción, me inclino a creer que el Ministro Aníbal Fernández,
por una cuestión de “seguridad nacional” y en aras de “proteger al Soberano
Idiota: el pueblo, para que no entre en un irreversible pánico”, recibió la
orden específica de no decir, que en realidad se trató de una invasión
extraterrestre, cuyo desembarco tuvo lugar en la sede central de la AFIP, quien
tomo el control de manera sorpresiva, y sumiendo en un estado de hipnosis total
a todos sus agentes, los indujo a cometer los conocidos atropellos por causas
que hasta el momento se desconocen.
En ese contexto, y siguiendo con la lógica en el accionar de quien nos gobierna
en la realidad, no en la ficción, cuya “lógica” se prolonga de manera idéntica
en el discurso al momento de mandar a sus obsecuentes voceros a dar
explicaciones por los “inexplicables” modos de proceder, estoy prácticamente
convencida de que “nadie fue”, “la culpa entonces, es de los extraterrestres”,
pero esto señoras y señores: es un secreto de Estado, como todas las “chanzas” a
las que ya nos tiene acostumbrados quien nos gobierna en la realidad, no en la
ficción.
Finalmente, semejante “insulto a la inteligencia” solo deja a las claras una
sola cosa: “Esta vez el Soberano (el pueblo), no resultó ser el idiota”.
Nidia Osimani