El manejo de la "calle" continúa siendo para el gobierno nacional una clave de su andamiaje político para contrarrestar los efectos de un desgaste lógico tras seis años de gestión de los Kirchner.

Ya sea propia o ajena, la Casa Rosada utiliza la manifestación callejera en su rédito. Es decir, los piqueteros no kirchneristas que están más cerca de la sede del gobierno de Mauricio Macri que de la Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada, estarán allí hasta que el matrimonio presidencial lo decida. Y esa prerrogativa, para la presidenta y el ex presidente, es fundamental.

"Hay gente que se confunde y cree que el conflicto es con nosotros y no con el gobierno nacional", admitía un funcionario de Macri, que no ocultaba su asombro por el manejo político que hace de ese reclamo la administración central.

Lo mismo ocurrirá hoy. Las organizaciones piqueteras kirchneristas tienen el visto bueno de Balcarce 50 para copar el Congreso Nacional, dentro y fuera, y así morigerar el envalentonamiento de la oposición, que cree ver la posibilidad de arrebatarle al kirchnerismo algunas vicepresidencias de la Cámara de Diputados y varias comisiones.

Desde ya, ambos reclamos, a favor y en contra del Poder Ejecutivo, son legítimos. Pero ambos son utilizados políticamente por el oficialismo.

Sin embargo, desde Olivos comienzan a avizorar algunos problemas mas allá del epicentro porteño. Córdoba amenazó ayer con emitir bonos o cuasimonedas para afrontar el pago de salarios. Esto responde al permanente reclamo que el gobernador Juan Schiaretti hace a la Nación para que le envíe en tiempo y forma las partidas correspondientes a distintos programas de asistencia.

Lo que el gobierno teme es no sólo que Córdoba adopte esa decisión, sino que la siga Santa Fe. Días atrás, el ministro de Economía, Amado Boudou, recibió al ministro de Gobierno de Santa Fe, Antonio Bonfatti, quien en nombre de Hermes Binner le reclamó, sin vueltas, el envío de 2.200 millones de pesos para afrontar los gastos corrientes. A diferencia de Córdoba, la situación de Santa Fe es más compleja porque no recibe dinero de la Nación a través del Programa de Asistencia Financiera (PAF). La respuesta de Boudou fue un "no" contundente, por eso Binner está dispuesto a seguir los pasos de Córdoba.

La lente del oficialismo también empieza a hacer foco en las esporádicas apariciones mediáticas de Eduardo Duhalde. Ocurre que el ex mandatario abandonó aquella postura de "no volver a ser candidato" y ahora admite en privado que, si el peronismo no encumbra a un postulante presidencial que enfrente a los Kirchner y si las encuestas le dan bien por aquél entonces, competiría en 2011.

Por el momento, la idea de Duhalde es "juntar afiliados" y dirigentes en todo el distrito, pero su objetivo no es una convocatoria a un congreso provincial para renovar autoridades en el PJ bonaerense y en el nacional. Por el contrario, considera que una vez que surja "el candidato presidencial del peronismo", el primer paso será vencer en internas a los Kirchner y después "el partido se va a reacomodar solo". Esa estrategia encierra la postergación del lanzamiento de la Confederación de Agrupaciones Peronistas, que lo tiene como referente junto a Jerónimo "Momo" Venegas: más que confederación, el objetivo es una alternativa peronista para 2011.

Walter Schmidt
DyN