No alcanzó a transcurrir ni un año para que el matrimonio Kirchner debiera ocultar bajo la alfombra roja, aquellos elogios destinados a Barack Obama, cuando el dirigente demócrata llegó a la Casa Blanca.

Obama no sólo nunca se reunió con Cristina Fernández, tal como lo hizo con Lula Da Silva o la chilena Michelle Bachelet, sino que envió al funcionario responsable del área América Latina a Buenos Aires, quien no tuvo pruritos en advertir que las empresas norteamericanas no invertirán si no hay “cambios” por parte del gobierno argentino en relación a la “inseguridad jurídica” y “el manejo de la economía”.

Arturo Valenzuela no emitió una frase sacada de contexto sino que sin presión alguna por parte de la prensa -entre ellos DyN- que participó de una reducida conferencia en la sede de la Embajada de EE.UU. en el barrio de Palermo, dijo lo que quería decir.

Por un lado, resaltó la figura de uno de los principales opositores al matrimonio Kirchner: Julio Cobos. Sin que nadie le preguntara sobre su almuerzo con el vicepresidente, Valenzuela se explayó en elogios. Se trataba de la presentación de Valenzuela ante el gobierno de Fernández de Kirchner.

Por eso, más allá de la espontaneidad del funcionario norteamericano de “querer escuchar a todos” los sectores, en diplomacia no es bien visto que, en momentos en que la oposición busca disputarle el poder al gobierno, se reúna con los principales referentes antikirchneristas: Cobos, Mauricio Macri y Francisco de Narváez.

En segundo término, Valenzuela puso en boca de los empresarios norteamericanos radicados en la Argentina, un elogio a los ‘90 de Carlos Menem y una crítica a la gestión actual. Ocurre que Valenzuela era funcionario de Bill Clinton, otro demócrata que no dudó en deshacerse en elogios hacia Menem, durante su visita en 1995.

Un dato más abona el error cometido por el matrimonio presidencial al creer que los demócratas norteamericanos son progresistas y los republicanos de centroderecha. Durante la administración de George W. Bush, a quien el mundo catapultó hacia el olvido por su política unilateral y derechista, jamás el antecesor de Valenzuela, Tom Shannon, hizo públicos los reclamos que hoy vertió el enviado de Obama hacia la Argentina.

Obviamente, los reclamos abiertos de Valenzuela están en línea con las advertencias de Hillary Clinton hacia la región: ojo con los países que se vinculan con Irán, porque puede haber “consecuencias”. No obstante, en ningún momento, Washington destacó la posición de la Argentina ante Naciones Unidas, al reclamar el juzgamiento de funcionarios iraníes supuestamente implicados en el atentado contra la Amia en 1994. Por eso, Cristina Fernández no recibió al enviado de Obama. Por eso, Valenzuela no quiso abordar la frustrada audiencia con la presidenta.

Walter Schmidt
DyN