Suponer que la escalada inflacionaria que padecemos obedece a una “reactivación económica” como pretendió alguna vez el gobierno es algo que ya no cree ni un niño de 4 años.
Tampoco se da “circunstancialmente” sobre algunos bienes y servicios por causas estacionales, como aseguró últimamente el ministro de economía Amado Boudou, sino que se presenta de manera generalizada, que no significa en todos los bienes y servicios, ya que hay que evaluar precio real y precio nominal en cada caso.
La verdadera causa de esta inflación (ya que la misma puede obedecer a diferentes razones), está básicamente en los desatinos cometidos por el mismo matrimonio gobernante, justamente “des-administrando”, por lo que ahora resulta entendible el brote psicótico para apoderarse de las reservas del Banco Central, sobre todo luego de que durante los dos últimos años, ante el comienzo del déficit fiscal, manotearon los fondos de las AFJP, y pidieron utilidades adelantadas al BCRA.
Durante el 2007, empezó el recalentamiento de la economía. Hubo un incremento en la demanda promovido desde el gobierno.
Durante 2008/2009, la inflación básicamente tuvo su epicentro en el conflicto con el campo y todas sus derivaciones, pero en 2010 la razón fundamental es el déficit fiscal.
El exorbitante gasto público ha llevado al país donde está, mientras que la Presienta dice que no va a reducir el gasto público porque para ella (que no entiende nada de economía y sale a repetir como loro lo que le dice su cónyuge, que entiende menos) gobernar es gastar”.
Resulta tragicómico entender que un argumento tan básicamente lógico como es “utilizar los recursos del Estado en satisfacer las necesidades primarias de la población” (salud, educación, justicia, seguridad, vivienda) sea tomado por la Sra. de Olivos en sus discursos para mentir tan descaradamente. Porque para lo que menos usan los recursos es para “solventar el gasto público” antes mencionado.
Cuando dice “gobernar es gastar” incurre en el paroxismo de la caradurez, ya que si bien la afirmación es correcta, resulta a todas luces una estafa el modo en que el gobierno lo hace. Por lo cual cuando el ministro de la CSJN, el Dr. Fayt dice que “no hay que prestar atención a tonterías” cuando le preguntan acerca de las declaraciones poco felices que la Primera Mandataria vive haciendo ante cuanta cámara se le cruza por delante, debe tener mucha razón.
La Sra. de Olivos sabe tanto de “administrar” que resuelve las terribles consecuencias de una política extraordinariamente expansiva, mandado a un Guillermo Moreno a “persuadir” a los golpes y/o a punta de pistola, a diferentes sectores para “negociar” precios.
Estimula la demanda con “planes” para cambiar la heladera, comprar calefones, lavarropas, etc. y ni se entera que eso genera inflación, en virtud de que el tipo de cambio es “casi” fijo y la inversión es nula.
Este 2010 tenemos varios problemas. Un importante déficit fiscal, aumento de “ciertos” salarios que, aunque nunca vayan a la par de la inflación, harán decrecer la rentabilidad de las empresas.
Si las empresas tienen menor rentabilidad pagan menos Impuesto a las Ganancias (por ejemplo) y eso sigue acrecentando el déficit fiscal.
Con menor rentabilidad, muchas reducirán personal, lo que acrecentará la desocupación y disminuirá el consumo a la vez que ingresarán menos tributos en concepto de cargas sociales, lo que sigue acrecentando el déficit fiscal. Probablemente la solución del matrimonio en poder del Ejecutivo Nacional, siga siendo la emisión indiscriminada sin respaldo, lo que seguirá generando inflación.
Habrá aumentos de tarifas en los servicios públicos porque ya no es posible seguir dilapidando en subsidios, mayor consumo de determinados sectores beneficiados que desequilibrarán la capacidad instalada de otros sectores, una política monetaria de dólar alto y peso débil, entre otros factores relevantes a considerar.
Sin embargo, al haber inflación, es decir subir los precios de manera generalizada (como dije antes, no todos los precios suben sino en general), el IVA se calculará sobre el precio inflado, por lo que al tener un sistema tributario regresivo donde pagan más lo que menos tienen y sostenido por este impuesto al consumo, los que siempre terminan pagando los platos rotos son los asalariados, jubilados, pensionados o cobran un mísero plan social.
Es decir que los argentinos tenemos el siguiente panorama 2010: desempleo real alrededor del 15 %, inflación mínima cercana al 20 %, déficit fiscal financiero y primario, un crecimiento bajo del PBI, que no ha de llegar al 4 %.
Traducido al castellano, estamos para atrás.
Como dije mas arriba, el gobierno ha cubierto y cubre el déficit fiscal con emisión sin respaldo, lo que contribuye enormemente a la escalada inflacionaria.
Hay sectores que ya están vendiendo su stock, como la energía y la carne, y eso genera inflación.
La inflación “es un impuesto” distorsivo de la economía que “mata” literalmente a las clases de más bajos recursos que no tienen forma de cubrirse frente a ella, entonces, ¿hace algo este gobierno por los más necesitados? Si, ni más ni menos que hundirlos progresivamente. Más desocupación, más pobreza, más drogadependencia (porque muchos gobiernos se financian con el producto de ilícitos, esto es, lavado de activos), más violencia, más delitos, más inseguridad, menos educación, menos salud, pésima calidad de vida, menos gente viva -o que viva menos- y una Teoría Mathusiana que se va cumpliendo a la perfección.
¿Serán los Kirchner parte del elenco elegido por quienes están llevando adelante la Obra Maestra?
Nidia G. Osimani