En estos seis años de kirchnerismo ha existido un auténtico duelo dialéctico entre la pareja gobernante, sus fervientes partidarios y quienes se les oponen con toda su alma. Unos y otros se han embanderado e incurrido en insólitos ditirambos verbales en pos de descalificar al otro para insultarlo y desmoralizarlo hasta la médula.
Al principio del mismo en 2003, cuando Kirchner abrazaba la engañosa causa de la trasversalidad, quienes irremediablemente quedaban situados en la vereda de enfrente enseguida eran tachados de nostálgicos del menemismo de los 90. Cuando compró el discurso de los derechos humanos, sus adversarios necesariamente tenían que ser resabios del Proceso. Y luego cuando decidió retornar al PJ, quienes no comulgaban con su ideario eran precisamente los gorilas.
Sucedido Néstor por Cristina, y estallada al poco la crisis con las entidades agropecuarias, todos los que se oponían a la resolución 125 tenían que ser miembros de la “puta oligarquía”. No importa si eran simples arrendatarios de un campito, o que jamás comulgaban con el ideario de la Sociedad Rural, para ellos dos eran el enemigo a vencer.
Luego del “no positivo” de Julio Cobos, le tocó el turno a los fondos de las AFJP. Nuevamente los defensores de estas, simplemente quienes se oponían a que se les afanara la guita de su jubilación, eran aquellos que lucraron en los 90 a desmedro de los pobres jubilados, mientras que los partidarios de dicha expoliación se veían a sí mismos como hacedores de un acto de justicia.
Cuando le tocó el turno a los medios de comunicación, aquellos que alzaron su voz en defensa de la libertad de prensa, inmediatamente fueron tildados de siervos del monopolio Clarín y opositores a la libertad de prensa y expresión. Casi nada.
Un mal chiste
Pero muchas veces, quienes se plantan fieramente en contra de los atropellos de esta pareja gobernante, se comen el elaborado verso de que realmente son progresistas de izquierda, o fieles depositarios del ideario de Marx y Lenin. Porque imaginar a este par de millonarios venidos del frío, amantes del poder absoluto y de la buena vida, como auténticos discípulos de estos ideólogos, es otorgarles una entidad que no poseen.
Pues ni en su historia militante ni en su trayectoria profesional han demostrado ni el más mínimo ápice de esta laya, como ni por asomo de auténtico ideario progresista. Como fielmente han confirmado quienes los conocían de antaño, jamás libraron ningún habeas corpus, ni firmado solicitadas, ni encabezado movilizaciones a favor del esclarecimiento de los miles de desaparecidos. Más bien, aseguran estas fuentes que se mostraron proclives a generar un entendimiento con los militares a finales del Proceso, como adhirieron a los indultos decretados por Carlos Menem en 1989-1990.
Anteriormente se ha visto cómo, a pesar de las declamaciones en contra, su régimen ha sido el mejor alumno para el FMI, así como en relaciones exteriores a pesar de coquetear con Castro, Morales y Chávez, acuden presurosos al llamado de EEUU. Fiel reflejo de ello, lo constituye la cerrada cantinela que endosa a Irán la responsabilidad directa de las masacres de 1992-1994 en la embajada israelí y la AMIA.
Ahora, con el fallo salomónico de La Haya, los Kirchner tendrán otro chivo expiatorio a quien descargarle la culpa, contando los días que faltan para el inicio del Mundial 2010, un excelente distractivo y unificador para que las masas dejen de pensar feo.
Fernando Paolella