Nuestro país se sigue destacando por sus inventos, particularmente por los de
sus funcionarios.
Después
de haber inventado la pesificación asimétrica, hace unos meses nuestros
funcionarios nos sorprendieron inventando una empresa aérea sin aviones, pero
con directorio, gerentes y un plantel de 600 empleados. Ahora nos revelan la
creación de una empresa nacional de energía sin yacimientos, ni usinas, ni
subestaciones, ni cañerías, ni cables. La creatividad oficial no tiene límites.
Por supuesto que esta nueva invención contará también con el aparato
directivo y de empleados acorde con las importantes tareas a desarrollar. El
anunció de la creación de esta última empresa produjo un masivo aplauso de
políticos y empresarios que remedó el que se produjo cuando se declaró la
cesación de pagos del país. Todo un símbolo de nuestra responsabilidad.
Este
emprendimiento energético oficial subsidiará a empresas y particulares y
manejará las licitaciones de obras y adquisiciones. Poco a poco podrá
convertirse en único comprador y vendedor de energía, con lo que reviviremos
la economía estatal y la privada dirigida cuya aplicación ha sido de gran
suceso en nuestro país.
Es cierto que en estos emprendimientos, que son sólo una muestra de otros
innumerables que se podrían citar, se han disipado alrededor de 10 mil millones
de dólares, pero ello ha permitido apuntalar el progreso y el resguardo de la
soberanía y el interés nacionales. Por eso ahora volveremos a ser Argentina,
un país en serio.
José
Petrosino
pedrodeaguirre@sinectis.com.ar