Fabio Posca está de vuelta de las críticas, de los aciertos y los fracasos. Tras su figura, asoman los rostros de sus perturbadas creaciones. Cada una de ellas tiene una larga senda para compartir con el público en esta nueva obra, sucesora de Alita de Posca y Los quiero muchísimo.
Anécdotas de noches interminables, excesos y filosofadas contra lo prohibido hacen escala en el teatro Maipo los jueves, viernes y sábados. El Perro, Mirsha, Pitito y Angelito se suben a la mítica sala porteña para desnudar sus pesares, de la forma más alocada y transgresora.
“Personajes en la periferia”, así los definía el mismo Posca en una entrevista hace un tiempo. Ahora, la oscuridad de una sala con palcos de antaño es el preludio una vertiginosa búsqueda de libertad.
El principio plantea una lucha personal del actor. Un video, montado sobre pantallas que hacen de escenografía, muestra una sátira de entrevista donde posca se confiesa. Recuerda sus últimos años sobre tablas, como la crítica y el público ejercieron influencia sobre sus espectáculos. La respuesta sobre el devenir de su estilo tiene un carácter frenético que mantendrá durante la obra.
Cada personaje rescata carcajadas de sonrojados rostros, con guiños de vergüenza por ser cómplices del brutal monologo. Algo de lo que Posca dice, moviliza su ser. Cada risa en un instante de liberación para el actor y su audiencia. Esta comunión es el eje que asegura el éxito creciente y su huella en el modo de hacer teatro.
El Perro, hombre de la noche que regala insólitas odas a la mujer; Mirsha, el travesti más feo; Pitito, un internado psiquiátrico abandonado por su familia y Angelito, un bogado cocainómano muestran aspectos de una sociedad al límite. Pero también, existe un halo de ternura y compasión que resuena con más intensidad que la alusión escatológica.
A su vez, los videos ("Los voy a abandonar”, "Carita") y canciones, donde se ve su pulida arista musical, se desmenuzan los recursos del actor. Cada producción es un traje a medida de cada personalidad, para ganar la sorpresa de los espectadores.
El legado del padre de las bestias es un viaje hacia la libertad, la ausencia total de cadenas y teorías que entorpezcan su búsqueda. Tal vez, el aplauso del público sea por su lucha desigual ante la tempestad de críticas. Posca ha llevado el camino más largo: el de abrazar su estilo contra viento y marea, porque al “mal tiempo, buena cara”.
Teatro Maipo, Esmeralda 433. Jueves y viernes 23:30, sábados 00:30
Bad time good face: De Favio Posca y Luisa Cayetana.
Intérprete: Favio Posca.
Música y letra: Favio Posca.
Arreglos y ejecución: Los Dulces y Matías Mango.
Escenografía y luces: Sergio Lacroix.
Diseño audiovisual: Carla Pieretti y Josefina Mogrovejo.
Sonido: Rolo Biondo.
Vestuario: Ay Not Dead.
Producción ejecutiva: Candelaria Audi.
Producción: Lino Patalano. Radio City.
Duración: 110 minutos.
Prohibido para menores de 13 años.
Juan Castro
Qué grande Posca, lo vi en Alita. Muy copado el espectáculo.