-Rolando Gabrielli es periodista, escritor, ensayista, conferenciante, analista internacional y director creativo.
-No ha editado libro alguno, aunque ha obtenido premios y menciones honorìficas en Poesía y Cuento en Chile, México y Panamá.
-Ha obtenido becas para escribir en la Vicerrectoría de la Universidad Católica y brindado Conferencias magistrales en la Academia Panameña de La lengua sobre Pablo Neruda y Gabriela Mistral, y en la Embajada de Chile en Panamá, sobre Jorge Teillier y José Luis Borges.
-Ha editado miles de análisis y ensayos.
Ha sido Corresponsal extranjero en Colombia y Panamá, brindado conferencias sobre Periodismo y Comunicaciones en América Central.
-Actualmente trabaja como Consultor, hace un comentario radial diario sobre Tendencias en el mundo de la economía, tecnologías, cultura, medioambiente, comunicaciones e información.
-También es Director Creativo de Suplementos especializados que edita sobre Arquitectura, Economìa, Turismo y Comercio.
Gustavo: O el pájaro para nosotros. Cuántas mañanas de ensayo para aquella Misa Criolla que iba a ser la despedida de nuestro 5º Año. No el tuyo, porque aún te quedaban unos años para terminar el secundario que compartías con mi hermano (el científico, como solías llamarlo). Y tocabamos en el Coro solemnemente las guitarras junto con Ernesto y otros a la espera de algún descanso, en los que siempre te gustaba armar una "zapada" en la que punteabas maravillosamente y te seguíamos acompañando con algún rock nacional. Hasta que retumbaba tanto en el interior de la Iglesia que Carlos (el preceptor) nos amenazaba con echarnos de allí. Imposible, ¿con quien iba a hacer aquella misa que salió excepcional?. Después que me fuí del colegio nos cruzabamos una mil veces, cuando ibas a practicar a la esquina de Alvarez Thomas y Lacroze. O cuándo te encontraba de casualidad a la salida del Café Einstein después de visitar yo a una novia de aquel barrio. Y te seguí encontrando una y otra vez de casualidad, cuando la fama ya te había tocado y te brindaba lo que te merecías. Y siempre te parabas a saludarme , con la humildad que siempre te caracterizó, y me preguntabas por mi hermano, por el colegio, por los amigos y por el barrio.Nunca te olvidaste de tu historia, a pesar de que Luis Mario (aquel cura que fue párroco de nuestra iglesia) no permitió que tocaras a beneficio en esas instalaciones que eran parte de nuestras vidas. No voy a calificarte como músico, porque tuve la suerte de ver el don que tenías para eso desde que eras un pre adolescente. Si voy a rescatar tu inmensa persona, tu corazón bondadoso, tus sentimientos inalterables por aquellos que compartimos contigo una etapa maravillosa de la vida. Espero poder encontrarte nuevamente para que me preguntes por las mismas cosas de siempre. Mi corazón esta junto a vos y los tuyos. Que San Roque interceda por tu salud, querido pájaro.