Qué bueno sería que a nuestros estudiantes se les enseñara un poco más de nuestra verdadera historia. Esto no sólo les aportaría un conocimiento más acabado de nuestros antepasados sino que, ante algunas campañas maliciosas de los “operadores de prensa” de siempre, no serían fácilmente confundidos. En ese marco, podríamos no sólo instruirlos en lo que fue la historia de nuestra independencia, sino también de cómo en otros tiempos nos fueron “metiendo” la historia de nuestra dependencia.

Esta trama, que parece haber comenzado con el gobierno de Rivadavia, tiene una suerte de continuidad en las distintas dictaduras y algunos gobiernos constitucionales.

Por eso creemos que, si el ciudadano común tuviera un mayor conocimiento de la realidad y la historia, hubiera sabido a tiempo –por ejemplo- quién era Domingo Cavallo y cuáles habían sido las consecuencias de aplicar políticas contra los intereses de nuestro país en su política de estatizar la deuda privada en tiempos del dictador Bignone. Esto nos hubiera dado un pequeño indicio para conocer el rumbo que iba a tomar el menemismo en los 90.

Más allá de lo dicho, conservamos héroes contemporáneos en nuestra querida historia. Son esos que aseguran vivir con $3.000 para vanagloriarse de ser “el ultimo bastión nacional” y en sus campañas electorales utilizan a personajes que dañaron a nuestro país. Es dable sospechar que unos y otros son socios.

Como dice el dicho popular “a buen entendedor, pocas palabras”. Obviamente hablamos de nuestro héroe, el Adolfo Rodríguez Saá, quien se muestra como un paladín de la defensa del “no pago” de la Deuda Externa y que en sus filas tiene a personajes que fueron precursores del endeudamiento del país.

Haciendo historia

Recordemos que en la Cámara de Comercio Argentino-Estadounidense, el ex ministro José Alfredo Martínez de Hoz, contaba como su segundo con Guillermo Walter Klein.

A través de la Resolución 170/80, el entonces ministro Martínez de Hoz, estableció un régimen que regularizaba la toma de fondos en créditos externos por parte de empresas publicas. Klein, por su parte, mantenía dos estructuras paralelas: la Secretaria de Estado de Coordinación y Programación Económica y su propio Estudio profesional que giraba bajo su nombre y el de su socio principal, Estudio Klein y Mairal.

Dicho estudio operaba como asesor y representante de la Banca Internacional en la contratación de los préstamos para empresas publicas, sin perjuicio de los negocios del sector privado.

Un caso concreto demuestra el escandaloso perjuicio al Estado: antes de asumir Klein como Secretario de Estado en el Ministerio de Martínez de Hoz, su estudio era apoderado de un solo banco: El Scandinavian Enskilda Bank. Posteriormente entre 1976 y 1984, el mismo estudio era apoderado de ¡22 bancos! Y, de todos ellos, solamente había un banco de nuestro país.

Por otro lado y, aunque no figuraban en los membretes de la papelería formal, eran colaboradores de dicho estudio los Doctores Mariano Grondona (h) y JoséMartínez de Hoz (h). Recordemos que, junto a este ultimo, el Dr. Carlos H. Franco actuó como defensor de Martínez de Hoz, procesado en el juicio por la deuda externa.

Pero... ¿Les pareció ver algún nombre conocido aparte de Martínez de Hoz?

Sí, no se equivocaron. Grondona es el hijo de ese famoso conductor de un programa “clave” de canal 9 donde aparece ese señor de San Luis tan sonriente, que alguna vez fue presidente y hoy es paladín, el Adolfo Rodríguez Saá.

Por las leyes de la casualidad, luego de la privatización del servicio eléctrico de San Luis, que culminó con la creación de la empresa Edesal, quedó como presidente de la nueva forma nuestro amigo Mariano Florencio Grondona (h).

Y, para concluir nuestro pasaje histórico, encontramos una carta a modo de petitorio que mandó el benemérito Luis Alberto RodríguezSaá en 1978 -plena dictadura militar-, al entonces jefe de la Armada, Eduardo Emilio Massera. Allí le solicita, junto a otros firmantes, una “investigación exhaustiva y el castigo ejemplar” contra los directivos de varias empresas que, según el actual gobernador puntano y otros firmantes de la carta, habían realizado negociaciones en perjuicio del estado y estaban “vinculados con la organización subversiva Montoneros”.

Uno de los señalados por Rodríguez Saá era Julio Everto Suárez, abogado de la empresa Dovecar SAC y F y Ministro de Gobierno y Educación del gobierno democrático de San Luis, antes de la dictadura.

Suárez luego de su exilio en México, volvió a la Argentina y fue asesinado por el gobierno militar, pasando a engrosar la lista de detenidos-desaparesidos elaborada por la CONADEP.

Casi nada...