Violeta le cantaba
a sus muñecas
y a la pobreza,
a los angelitos
que deambulaban
por su cabeza.
Cantaba Violeta
a las penas del alma.
Su voz arrastraba,
a Chile en una carpa
bajo las estrellas de Santiago,
su melancolía de poeta.
Esta reina del barro
cantaba a la vida,
daba gracias
a lo que nacía,
una violeta nueva,
cada día.
Rolando Gabrielli
No me parece relevante recordar a alguien de un pais que tiene encono con Argentina. Se nota que al autor le gusta chuparle la media a los chilotes.
"Gracias a la vida que me ha dado tanto."
zurditos