Tercer café que se depositaba, por parte del “galaico” y gastronómico amigo, sexto en realidad, los tomábamos por pares:
-“Mirá, es muy fácil, así como la izquierda tardó 50 años para entender que no se podían “transpolar” los procesos europeos a estas pampas gauchas, parece que el trasfondo cultural no se interpretó, se adaptó: Los años ´60 se compraron como “combo” de hamburguesería imperialista”.
Exacto, dije yo, es la vieja enseñanza del viejo Jauretche: Ni los yanquis son todos rubios, inteligentes, mujeriegos y millonarios, ni nuestros criollos son negros vagos, pendencieros y tirados. Hay una cultura nacional y una cultura antinacional, son políticas enfrentadas, disfrazadas por los “contras” que siempre quieren joder al pueblo. ¡Plin caja!, le apliqué mi “cassette” bien fresco y al pie...
-“No, querido, entendiste todo mal, la cosa pasa por otro lado. El tema es la Hegemonía Cultural de la Izquierda, una especie de silenciosa cultura que se fue instalando, que se va acumulando en una ya quizá tercer o cuarta generación, y se va decantando como verdad. Por ahí pasa la pelota. Y, es muy difícil que te puedas mover de los mitos de estos tiempos y de ESA cultura es la que ha ganado...”
En ese momento, sencillamente mi amigo, no solo me había reventado la cabeza (y sus 45 años de mezclados recuerdos) sino que me habría otro mundo como quien pone el “Tele blanco y negro “en el garaje al tiempo que instala el TV color plasma en el exacto lugar que ocupaba antes el otro.
La cosa, la pelota, se jugaba en otro campo.
Ya no era cuestión del discurso, lo malamente aprendido por muchos, como en mi caso, del estilo “Bueno, el peronismo, que en la praxis se adapta a los procesos, que admite un Menem y luego un Kirchner, y que no es de derecha y/o de izquierda, y bla, bla, bla” Ese discurso muchas veces amorfo que, allá en los ´80, daba raros enjuagues que se traducían en “justificaciones” al comunismo y más a la izquierda en general (que se criticaba sólo por lo bajo), porque en definitiva, si bien el comunismo “era malo”, se suponía que no debería “ser tan malo”, dado que los yanquis no lo querían “ni un poco”, y, en consecuencia, debería ser, aunque sea, un “poquito bueno”...
Mitificaciones de una juventud atravesada por los peores años, los grises de los milicos del proceso militar, que, encima de “acallar voces” impedían dar los debates que, sobre la violencia del ´70 están dando hoy día...
La roca ya había pegado en el “casco” imaginario de la conversa, y mi “barco” se iba a pique....
La cuestión que me mandaron a leer, interpósita persona en la recomendación, y por consejo indirecto del Doctor Buela (1) algunas ideas sobre la “nueva derecha social” y respecto de la “hegemonía cultural ejercida por el progresismo de izquierda”
¿Qué corno era eso? La verdad que no me gustó mucho, los primeros 15 minutos de la lectura. La “derecha” siempre fue “mala”, “Hitler - Mussollini” un monstruo irreconocible en el cual ahondar mucho no valía la pena (para eso siempre esta “Holliwood”), y para que si ya es “viejo”, no es “cool” ni “moderno”... ni da votos...
Dicen que lo que molesta, motiva, y así fue: Nos pusimos a ver que corno era esto de la “Hegemonía de la Cultura Izquierdista” desde donde se hacía, que fundamentos tenía, etc. etc. Los quince minutos se transformaron en algunas horas, luego relecturas, internet, etc.
Lo cierto, en definitiva y mas allá que nos interese o no el punto, existe una cierta acumulación de “cultura” que en muchos casos se fomenta y retroalimenta, sobre valores propios de los movimientos ocurridos a lo largo y ancho del mundo en los ´60 y ´70, y con posterioridad, cosa que ha decantado en una nueva sub especie de dictadura del pensamiento de lo “políticamente correcto”.
En definitiva, lo provocador resultó interesante y como para preguntarse ¿Porque la derecha es, necesaria y absolutamente mala? Siempre es difícil contestar una pregunta cuando uno se encuentra inserto en una sociedad que, bajo verdades autoritativas, ha “decidido culturalmente” que cierto discurso es necesariamente “bueno” y otro, contrariamente “malo”.
Así, en principio y para lo que podríamos entonces llamar el “neo-medio pelo Argentino” podemos decodificar bastantes “ABSURDIDADES” que demuestran palmariamente esta “decantación” y “acumulación por capas generacionales” de estas nuevas culturas “hegemónicas” que parecen atravesarlo todo.
Así, si uno recuerda el confronte diario que se da de cotidiano, con muchas de las generaciones nuevas (aún peor, las viejas recicladas) vemos y escuchamos estupideces del estilo “... y, no Evita era la buena, Perón más o menos... ” u otras aún peores: “El Che Guevara fue un santo, un idealista, y cualquiera que no lo admita debe ser un explotador, torturador de pibes, procesista o vaya a saber qué cosa tremenda” Prevalece un razonamiento mas bien “correcto” del estilo: “¿Religión, en principio es mala, más mala si es Católica, pero si no es Católica la aceptamos, no sea cosa que discriminemos a un judío, un budista, un baptista, un musulmán, un umbanda. La presunción de maldad es solo para los católicos... “ (¡!)
Este tipo de cosas, escuchadas mayormente de gente a la que tenemos por inteligente, siempre nos llamó la atención, en principio por razones que fueron siempre atribuidas, por los incautos, a causa de “los medios” (hace 80 años hubieran dicho “los diarios”) pero subyace “algo” muy profundo que hace errar, y en el yerro nos interrogamos ¿cómo alguien formado o inteligente dice tal, o cual PAVADA?
Y se puede seguir así, rememorando lo cotidiano (que paradoja) con cientos de giros cotidianos del “neo-mediopelismo clasemediero” de ese que te puede arruinar hasta un fin de semana completo (de insufrible que es, realmente): “Los curas son todos pedófilos, menos el padre Mugica, claro...” “Los estudiantes de las tomas de escuelas, tienen razón... de cualquier modo”
En definitiva, cientos y miles de estas tonterías han formado, han cristalizado, en 50 años una cultura que en gran medida logró homogeneizar (nos) en un discurso en donde todo elemento que roce el pensamiento “progre” es bueno PORQUE SÍ, y cualquier otro orden de ideas en contrario, cuanto menos, ya es “sospechosa” (Lenin , feliz a esta altura, ¿no?)
El espectro del “pensamiento”, en términos también homogeneizados, se da a todo nivel, se ha “colocado”, ha permeado, en cada estamento de manera no ya provisoria, sino, definitiva. En concreto, no resulta más que una nueva colonización mental.
Por otra parte nos preguntamos, si a nivel “global” (nueva palabreja hiper-repetida, de significados insospechados) a pesar de la desaparición de la izquierda como forma de gobierno, aún se ha impuesto esta “Cultura Hegemónica de Izquierda” (2) ¿cómo puede ser esto? Ó ¿Cómo puede prevalecer una cultura tanto tiempo, si el mundo marcha hacia un capitalismo cada día mayor, cuanto menos, que hace 50 años?
Así, bastante angustiado a esta altura de conversa, pasamos a leer algunos de los conceptos de estos jóvenes (y no tan jóvenes) que, con cierta desfachatez para nuestro nuevo entendimiento (o sea, somos de una cultura “psico-izquierdista” ó “psicobolche” aunque no lo queramos, caramba!)
Así, buceando sobre estas cuestiones, leemos:
“La izquierda y la derecha ante el hecho del poder”
“... Se trata de hablar específicamente del poder que ejercen los hombres sobre otros hombres, pues el poder no procede ni de la naturaleza ni de Dios, al menos para la sociedad desacralizada de nuestro tiempo... El poder establece una relación de mando-obediencia entre los hombres que cuando desaparece la obediencia, desparece el poder... la relación entre protección y obediencia sigue siendo la única explicación para el poder... Si el poder que ejercen los hombres entre sí no procede de la naturaleza ni de Dios sino es una cuestión de relación entre los hombres ¿es bueno, es malo, o qué es? Para la mayoría de los hombres el poder es bueno cuando lo ejerce uno y malo cuando lo ejerce su enemigo. El poder no hace a los hombres buenos o malos sino que cuando se ejerce muestra en sus acciones si el poderoso es bueno o malo, que es otra cosa distinta”.
Para San Pablo todo poder viene de Dios, y para San Gregorio Magno la voluntad de poder es mala, pero el poder en sí mismo siempre es bueno.
Pero actualmente la mayoría de las personas siguen el criterio expresado por Jacobo Burckhardt que “el poder en sí mismo es malo”. Lo paradójico que esto fue escrito a partir de los gobiernos de Luís XIV, Napoleón y los gobiernos populares revolucionarios surgidos a partir de la Revolución Francesa. Es decir, que en plena época del humanismo laico, de los derechos humanos del hombre y el ciudadano se difunde la universal convicción de que el poder es malo... ”
Y luego se explica:
“El poder es, se ha transformado en algo objetivo más fuerte que el hombre que lo emplea. Sin cuestionar la excelencia de este brevísimo diálogo, quisiéramos observar que aun cuando Schmitt quiere hablar sobre el poder en general, se limita sin quererlo al poder político pues no tiene en cuenta el poder que nace de la autoridad, esto es el poder que nace del saber o conocer algo en profundidad y que pueda ser enseñado. No es por obediencia, al menos primariamente, que un discípulo se acerca a un verdadero maestro, ni por protección que un maestro ejerce su profesión, sino en busca de la transmisión genuina del saber...
“Es que la obediencia a la autoridad se funda en el saber de dicha autoridad, y no en la mayor o menor protección que pueda brindar dicha autoridad”
A esta altura de la charla, ya queríamos ir a debatir a las puertas de las escuelas porteñas tomadas...
“la obediencia a la autoridad se funda en el saber de dicha autoridad”... el filósofo, nos había brindado, desde una imaginaria mano, la “piedra filosofal” del 75% de los problemas actuales...
¡Pero si es lo que venimos diciendo desde hace varios años! Sin autoridad (moral, ética, de entendimiento, el dilema “Discepoliano”...) ¿Hacia dónde queremos avanzar?
Pero, entonces, ¿por qué la “derecha” (siempre siguiendo la cuestión en el plano de lo cultural y sus implicancias) es necesariamente “mala”?
Bajo ningún punto, aceptaríamos que un argumento es desaconsejable, malo o repugnante, “per sé” aún bajo andanadas de malos ejemplos, aún repetidos hasta antes de ayer por nosotros mismos. Es el saber, idiota, hubiera dicho Don Bill “salón oval” Clinton.
Pero, entonces, ¿qué es la “derecha social”? ¿Un cuento? ¿Un argumento? ¿Una teorética?
Quizá todo, pero quizá no todo, salvo que nos arriesguemos a caer en la hegemonía cultural de la izquierda de estos últimos 50 años...
Volvemos a releer lo de la “hegemonía cultural” y nos repica en la conciencia los dichos de ayer, de esa madre parada en la puerta del “Normal” (tomado) que se preguntaba: “... y si ahí adentro me violan a una hija, quien se hace cargo, señor... ?” y en un “zapping” vemos al Ministro Bullrich, caminando hacia la recoba de Hipólito Yrigoyen escupido y agredido por 20 “supuestos docentes” (nunca querría, honestamente, tener un docente tan guarango, violento y autoritario, realmente)
Con esas “fotos” de la brutal actualidad, anarquizada, legitimada por la “Cultura” predominante, como vamos aprendiendo, volvemos a la lectura:, ergo de los enrolados en estas Hueste de la “derecha”.
“La izquierda domina los liceos, la Universidad, el teatro y el carnaval. También los sindicatos, el cine, la música y el mundo del trabajo. Suma: casi toda la cultura. Si sos de izquierda sos bueno, lindo y “cool”. De lo contrario, sos facho miliquero y explotador... “ Esto lo dice Nicolás Quintana, un joven... ¡uruguayo! (justo en la tierra de mayor “FE” de izquierda con un FA avasallador...) y sigue: “... en Uruguay existe lo que llaman una “Hegemonía Cultural de la Izquierda” no solo dice esto, sino que sin complejos dice que lee a Gramsci (4) y que no tiene los complejos de los políticos “tradicionales”: “A diferencia de la mayoría de los políticos de los partidos fundacionales, que no quieren ser considerados de derecha, mucho menos nombrados de esa forma”.
Lejos de los vacíos a los cuales nos tienen acostumbrados los políticos insufribles locales, Quintana se despacha: “queremos comenzar a imponer por vía de la producción cultural, los “valores de la derecha”. Según definió Quintana, “...estos valores son la autoridad, el respeto a los mayores, la tradición, la comunidad, el arraigo, la identidad y la competencia... El poder no está en lo político partidario, está en lo cultural, ahí se gana o se pierde la batalla...”
Tomá mate... Por su parte, Germán Saiz, no se queda con chiquitas: “Vivimos el avance y la imposición de la legislación de naturaleza progresista, caracterizada por la lógica de la hiper-relatividad y la falta de disenso, y todo ello aunado por una refinada policía del pensamiento digitada desde la hegemonía. Las próximas décadas verán el establecimiento legal de lo que jamás podríamos haber imaginado, en todas las dimensiones sociales y de la existencia (véase lo familiar, drogas, sexualidad, infancia, religión, educación, y un largo etcétera). Debemos prepararnos para dicho modelo. Escapar a él es muy improbable...” (5)
Por último, y volviendo a Buela, se recalca la diferencia entre lo “popular y vulgar” como elemento fundamental de la decadencia de esta cultura “HIC”, en un relato que se puede ver en video (6) en donde profundiza sobre los conceptos “Conocer para valorar” , no se valora lo que no se conoce.
La aversión hacia lo “distinto” que representa “lo propio, en relación al todo” esa pretensión de “cultura global” que solo degrada y empequeñece lo nuestro, ello porque sólo se prefiere lo que se valora, y para valorar, antes hay que conocer... La Argentina ha sufrido un “corte, según dichos de Joaquín V. González, que llamó “corte en la tradición nacional” sin una restauración de vivencias, no existe incorporación de valores en la persona humana, ni tradición, y así desde esos valores creados o recreados, se produce la formación del carácter del hombre”.
Corolario
En definitiva, si es cierto que existe una Hegemonía de la Cultura de Izquierda (HCI) y esto se produce desde hace 50 años, deberíamos interrogarnos, dado la cantidad de lugares comunes encontrados a lo largo de este texto que tuvo como idea reconocerlos, que cosas no están funcionando, o, en su caso, no están funcionando como creemos deberían funcionar.
Que de manera mitificada parece haber triunfado un discurso desde una construcción más bien ideológica (no desde el poder porque los partidos de “izquierda real” no han logrado imponer sus candidatura y eventualmente su cultura).
Si reconocemos como reales, o lugares comunes la insatisfacción que sentimos no solo con la “política” sino ya con la cultura que se viene produciendo.
Por último, es muy bueno rescatar la cuestión planteada al respecto de los valores, las tradiciones y la falta de formación del carácter de las generaciones más jóvenes, las famosas “generación X” y “generación Y” especie de zombis que no se sabe ni que quieren, ni que dicen, ni que hablan, ni que piensan.
Hay una ruptura profunda en la cultura Argentina de quienes vivieron los ´50 y los ´60 con las generaciones posteriores, quienes, mayormente, nunca pudimos creer en nada.
¿Será culpa de la cultura de izquierda?
No lo sabemos, pero como bien se dijo, “El destino del hombre, es su carácter” (7)… ¿O vamos a dejar que ese “carácter”, el de nuestro pibes, digo, lo formen “Tinelli”, “La Cámpora” o la agrupación estudiantil “Lobo suelto”?
José Terenzio
DNI 17.605.985
jose.terenzio@gmail.com
*Todos aquellos interesados en enviar su carta de lectores, pueden hacerlo a info@periodicotribuna.com.ar
(1) Doctor en Filosofía (UNLP) http://www.youtube.com/watch?v=JIs6x_RreWg
(2) Aclaración, a modo de explicación: quede claro que quien participe activamente, acríticamente, en el marco de esta “hegemonía cultural” por ello no se significa que políticamente sea “de izquierda” Estamos seguros que muchísimos vecinos de Capital Federal que fueron a escuchar a Fidel Castro Rus, hace unos años, a las escalinatas de la Facultad de Derecho no cuentan para nada con un “ideario” de izquierda, sino que “flotan” en esta “hegemonía cultural”
(3) http://formaciones.wordpress.com/2009/08/08/la-hegemonia-cultural-de-la-izquierda-progresista/
(4) http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Gramsci
(5) http://formaciones.wordpress.com/2010/09/15/el-activismo-como-motor-del-cambio/
(6) http://formaciones.wordpress.com/2009/11/11/alberto-buela-cultura-popular-vs-cultura-vulgar/
(7) http://vienafindesiglo.blogspot.com/2009/08/sonata-para-perdedores-jose-manuel.html
El error está en creer que los partidos de "izquierda real" aunque no consigan votos, parte de sus ideas no hayan podido verlas concretadas en la ideología de otros partidos que las imponen. Que otra cosa más populista y colectivista que los gobiernos de los últimos 60 años, con la excepción de Menem y limitadamente??????. El Estado dueño de todo, distribuye riquezas y ganancias, no hay respeto por la propiedad privada, el ADN de un individuo (y si es de un grupo de prensa más aún) es del Estado y no un derecho personalísimo e inalienable. El Estado actuando como Hood Robin, para entregar planes descansare ingresos por el sólo hecho de procrear sin ningún tipo de límite, la apropiación de la tierra y el acceso a una vivienda usupando tierras o entregando las mismas por los gobernantes de turno. Y ahora la participación en las ganancias y el control de las empresas por los proletarios. No ha sido una cultura "in crescendo", ha sido una triste realidad que la seguimos padeciendo.