Por ahí
leo en la descafeinada noche americana, que la cultura muere en nuestro Norte.
La muerte es nuestro mejor Best Seller junto al horror. Somos la pantalla Heráclito,
nos bañamos un millón de veces sobre nuestra imagen. Que
denso se han puesto estos tiempos, pesados guardianes. Qué importancia
tenemos en la subcultura del chat, en los sueños dorados de Hollywood, en el
apestoso umbral del atardecer. ¿Poesía a quién le guiñas el ojo o es el
lunar negro de Venus sobre el sol?
El Ratón Mickey ya está en Bagdad, lo he visto sobre unos
tapices iraquíes. Y la ciudad del Tigris y El Eufrates, sigue volando en
pedazos por el aire. Nada aplaca a Mahoma
y a sus hijos del Islam.
No sabemos si Disney va tras la alfombra mágica perdida de
la industria en la milenaria ciudad o simplemente se instaló en el diván del
horror con un poco de fantasía. El mundo es un niño desamparado que mira un
globo estallar el día de su cumpleaños, como si el cielo se le viniera
encima.
El tiempo parece detenido esta noche, pero siento los
aplausos de Hollywood sobre el Gordo Moore; Fahrenheit 9/11, cuyo título
le hizo tan poca gracia a Ray Bradbury. Todos recordamos su gran novela Fahrenheit
911, y ahora la incontenible rabia de nuestro marciano terrícola contra
el cineasta. Bradbury es un republicano de tomo y lomo, pero hizo la salvedad
que no se trata de una reclamación política, sino literaria, por el nombre
de la cinta.
A esa temperatura Fahrenheit se incendia el papel, y de
rabia, con razón, Bradbury.
Ahora el Gordo está siendo aplaudido aquí en casa por esa
visión mordaz sobre El Number One y sus actuaciones de película. El
mundo, entretanto, busca un orden en este desordenado cementerio
que crece como pompas de jabón. La actualidad supera
a la vigencia y la Historia cae en cuadritos negros por la imaginación
de Disney. Qué suerte la de Moore, todo trabaja a su favor y quizás el filme
termine siendo un pálido cortometraje de
dibujos animados, ante los acontecimientos que vamos viendo, casi sin
asombro, por repetidos.
Hoy nos enteramos que siete técnicas de interrogatorio,
torturas, de un total de 24 aprobadas, estaban fuera del Field Manual,
y todas fueron aprobadas por Donald, -no nuestro simpático Pato-, hoy de
aniversario, sino Donald Rumsfeld. Hemos visto en fotografías unas poses muy
fuera de todo manual, a los iraquíes en una humillación que supera a
los nazis.
Toda esta agua va para el molino del Gordo Moore, quien
aprovechó de declarar: “la gente está despertando, fuimos engañados con
la invasión a Irak.” No sé si con esos kilos sea apropiado hablar de que
es una piedra en el zapato de George Busch, porque
más bien es una roca de Gran
Cañón de Colorado, y rodará justo antes de noviembre.
No en vano Colorado ya le había dado un Oscar en el 2002
con 'Bowling for Columbine', que cuenta la masacre ocurrida en la
escuela de Columbine, en Colorado. 'Fahrenheit' se estrenara el 25 de junio en
entre 500 a 1.000 salas, una cifra récord para un documental en Estados
Unidos.
El Gordo M., se subió
a la montaña rusa de la actualidad mundial y desde allí
presenciará este caos, que avanza en un rodaje espectacular. Y
nosotros, en casa, nos seguimos pasando una película sobre Saddam Husseim, a
quien la ciencia siquiátrica ha calificado recientemente como “calculador
político criterioso”, no un loco. Para
mí, es un término nuevo, novedoso, fascinante. No haberlo sabido antes, fue
nuestro socio por años, y quizás se debió a que era criterioso. “Sus
problemas , agrega, claramente se pueden rastrear hasta el vientre materno”.
de acuerdo con Jerrold M. Post, fundador del Centro para el Análisis de la
Personalidad y el Comportamiento Político de la CIA
Pero, con
todos los satélites y tecnologías no pudimos rastrear la madre de todas
las mentiras: las armas masivas de exterminio.
El
doctor Post está trabajando en otro libro, reveló The New York Time
hace unos días: “La mente del terrorista”, sobre diferentes tipos de
grupos terroristas y por qué atraen a sus seguidores. “Mucha gente debate
sobre qué hace que una persona se convierta en un terrorista y, en mi opinión,
lo mejor es preguntárselo”, dice. Es muy fácil, habría que entrevistar a
Osama Bin Laden, y ya tendríamos resuelto otro capítulo de este infierno
global Dr. Post.
Así como vamos, todos nos convertiremos en post.
Silvia Banfield