Por la moratoria del año 2005, existen, más a los que ya existían, 2,5 millones de jubilados. Dentro de estas realidades, existieron jubilados con aportes parciales, otros se jubilaron sin aportes.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Dr. Carlos Tomada, en un reportaje de hace unos meses, manifestó que los aumentos otorgados a los jubilados, eran “una política, una decisión del gobierno”. Pero solo a los que perciban el mínimo, sin establecer u otorgar porcentuales de aumento al conjunto de los pasivos, que es lo que corresponde según cualquier ley; y esto, sumado al haber jubilado a personas sin aportes y dentro del sistema. Confundió entonces el ex abogado de grandes sindicatos (gordos de la CGT) la previsión social, de la ayuda social, dos conceptos que parecen iguales, aunque no lo son para nada, este hombre se llama así mismo “peronista”, un horror.
Es correcto y legítimo un programa de ayuda social, fuera de los del Anses, no haciendo una ensalada como hicieron a propósito, y sin diferenciar aportantes de no aportantes.
Y esto debe ser así, porque la ley así lo dice, y la ley no dice que todo el mundo debe terminar cobrando lo mismo, porque esto simplemente atenta contra el trabajo en blanco.
Imaginemos... ¿qué pensará hoy un joven de 18 años, que ve la angustia de sus abuelos, luego de aportar 45 años de esfuerzo, cobran lo mismo que un vivo, que un día pasó por la puerta de un comité o una unidad básica? No creo que se “motive” mucho el joven, y esa falta de motivación, por otra parte, se extiende a buena parte de las temáticas políticas nacionales, el constante fraude, componenda y manejo que hace la clase política, que parece ensañarse, encima, como los más débiles de la sociedad, como son los viejos.
¡Claro que resulta legítima la ayuda social! Ante la pregunta maquiavélica e insidiosa del kirchnerista, nos anticipamos a decir que estamos de acuerdo con la ayuda social, eso sí; pero por los canales correspondientes. Así supo el peronismo incorporar la ayuda social, pero, pequeño detalle, no debería ser el Anses la institución adecuada. Supo haber una Fundación (Eva Perón, cuyas cuentas nunca fueron saldadas después de la revolución fusiladora del ´55) y puede hacerse a través de cuentas especiales (pensiones no contributivas) o en su caso financiadas por las rentas generales, pero no con la plata que aportaron los legítimos titulares, los futuros jubilados y los actuales.
Pésima decisión, ministro Tomada, un arreo hacia los derechos de los jubilados, inflar el número de jubilados adrede, para que sea ingobernable y termine siendo una caja prebendaria, ensuciada por los manejos punteriles asquerosos de los execrables. Un “sistema” sin previsiones, en donde da vergüenza comprobar que en estos últimos cinco años se jubilaron sin aportes personas que no lo necesitaban, muchas de ellas empresarios, con propiedades, rentas, y participación en sociedades, no sólo con recursos, sino con patrimonio, que nunca aportaron un peso que hoy cobran la jubilación mínima, aún siendo ricos.
Un verdadero escándalo, y un festival de los gestores, que se abusaron a morir, peinando villas, se quedaron con buena parte del dinero de los trámites, que muchos de estos se hacían en comités y unidades básicas que entraron en “la joda” de afiliar a cambio del “tramite”, barrieron villas y asentamientos y les cobraron cualquier cosa.
La demagogia, en su accionar posterior al hecho verbal, es un mecanismo, per se, ilegal. Para el funcionario, torcer el sentido, hacer la vista “gorda”, la prebenda, el dinero sacado de las arcas del Estado por mecanismos ilegales (vía malversación, cohecho o alguna otra figura del código penal de esas que los jueces argentinos no leen mucho) La demagogia, jamás se puede confundir con la ayuda social, si esta es legítima, y no como el INCINI (1) trucho que hizo Cristina Fernández Wilhellm, bancado con la plata... sí, el fondo de los jubilados.
“Es la Ley de la quiebra”, dijo el día 14 la presidenta, presentando el seguro veto, como una acto “militante”... la aplaudían, por supuesto, los miserables a sueldo de siempre. ¿Qué se podría esperar de tipos que alguna vez mandaron a morir a los que consideraban “compañeros” a manos y garras de los monstruos del proceso?
Los Kirchner hacen de la irregularidad, un lema, y del torcimiento de lo que la ley manda, o su interpretación “in malam partem”, una doctrina propia.
No es inocente o “militante” (como diría a la “gilada” rentada ciber-K) el haber, deliberadamente, “achatado” la base de jubilados y exponenciado su número, tampoco un acto de bondad, sino un acto de demagogia pura, porque se hace desde el ANSES, condenando a los aportantes a ese sistema a que sus reclamos de ajuste sean una utopía, desquiciaron el sistema para siempre, a propósito, se apoderaron del ahorro de los 9 millones de trabajadores (otra caja K) y se burlaron de los pobres viejos. No tienen perdón de Dios.
Fácil hubiera sido incorporar a los aportantes parciales (por módulos) como lo que son, parciales, a los que nunca aportaron, como no contributivos. A los que aportaron, 82% (ó 70%, o lo que una ley normalizadora dictamine, no hay que olvidar que están pendientes los temas de las AFJP).
Pero no, los Kirchner siempre quisieron “chavizar” las jubilaciones, el sistema previsional puesto a disposición de su proyecto proletarizador (La república de Argenzuela), todos deben cobrar los mismo. Se podría discutir (de aquí hacia adelante, las leyes no son retroactivas) un sistema igualitario, pero no es esta discusión. La discusión actual es que el 82% y el 70% de jubilación y pensión es una utopía, porque los K, Menem y el resto destruyó el sistema previsional, bajó aportes, y se transformó en inviable.
Hoy por hoy, según la Corte Suprema de Justicia de la Nación argentina, dice que hay que pagar el 82% móvil. No sabemos si se puede pagar o no; lo que sí sabemos es que se están sacando 25 mil sentencias al año, o sea que si todos los que contaran con derecho a reclamar, lo hicieran (lo hacen 400 mil hasta ahora) los juicios se terminarían dentro de 50 años... y sin contar con las demás causas y los reajustes por inflación que se empiezan a presentar.
La Plata, está
El proyecto votado por el Congreso de la Nación ha sido vetado. Muy seguramente no conseguirá el voto de los dos tercios de ambas Cámaras, como reclaman los textos para ser insistido y ley vigente.
En consecuencia, el Gobierno, virtualmente de facto, del “capanga” Néstor (que es Carlos) Kirchner, habrá logrado el objetivo de no cumplir con lo que la Corte le ordenó, pagar el 82%. Seguiremos en la ilegalidad, el Anses seguirá siendo esquilmado para financiar a autopartistas multinacionales, a los subsidios corruptos a las petroleras y otras empresas de servicios de trasporte y energía (algunas también extrajeras), la joda financiera del Gobierno más despilfarrador de la historia de la Argentina (40% del PBI, “yuyito” mediante) se seguirá sumergiendo en la ignorancia al pueblo con el gran proyecto “El fulbito de Néstor, para Todos”, se seguirá financiando en 20 mil pesos por mes a los 9000 colectivos del área AMBA (colectivos que a este ritmo, ya compramos 3 veces) se seguirá lamiendo la entrepierna (sin rodilleras) de los intereses gasíferos bolivianos, y venezolanos pagando 9 veces más el gas que no podemos producir. Ya somos dependientes de países de cuarta categoría, se seguirá comprando aviones tucano a Brasil (inservibles, para los requerimientos de cabotaje y que sólo aumentarán exponencialmente el millón de pesos de déficit de Aerolíneas Argentinas).
Así, se puede seguir haciendo la lista interminable de desastres gubernamentales, en un país de rodillas, que se dice solidaria, y le roba la plata a los viejos. Se dice justo, y deja que sus chicos se droguen y los maten o se maten en las noches entre ellos por la violencia que existe ante la falta de futuro.
No sólo necesitamos un cambio político los argentinos, tendremos que replantearnos algunas cuestiones de la cultura, de valores, de prioridades.
Porque parece que estamos entendiendo algunas cosas muy mal.
José Terenzio
jose.terenzio@gmail.com