Muy pocas veces Telefé buscó sacarse el sayo de órgano oficial del menemismo. Uno de esos intentos, aunque breve y fallido, fue el ciclo Edición Plus, en donde se logró un suceso sin precedentes para el periodismo vernáculo: entrevistar al mismísimo Enrique Haroldo Gorriarán Merlo. La emisión, realizada el miércoles 17 de mayo de 1995, bajo la dirección periodística de Raúl García y con la conducción de Néstor Maquiavelli, mostraba al “hombre más buscado de la Argentina”, vistiendo una camisa celeste y tomando mate totalmente distendido. Era un acontecimiento histórico, ya que el Pelado aparecía por primera vez reporteado por la TV argentina.

Este hito era resaltado convenientemente por el citado Maquiavelli, quien destacó que “Gorriarán Merlo es el último de los líderes guerrilleros de la década del 70 que hoy sigue en la clandestinidad. Este primer reportaje para la televisión, es un testimonio clave de la trágica historia que reactualizó el marino Scilingo, las revelaciones posteriores y la autocrítica del general Balza. Concretar la entrevista nos llevó 18 meses, la reunión, bajo rigurosas condiciones de clandestinidad, se realizó en Argentina, a menos de 400 km de la Capital Federal”. En realidad, la entrevista se concretó en abril, en una casita ubicada en la localidad de Mercedes, lugar en que los periodistas arribaron luego de efectuar maniobras de contraseguimiento.

Es que ese año la opinión pública se vio conmovida primero por las revelaciones del ex represor de la ESMA Adolfo Scilingo, quien también por vez primera revela el destino de alrededor de 5000 detenidos-desaparecidos chupados en dicha funesta institución naval, y luego por la autocrítica del entonces jefe del Ejército, general Martín Balza.

 

Algunas perlitas

-¿Se arrepiente de algo de lo que ha hecho?

 

- Creo que arrepentirse de lo que han hecho, tendrían que hacerlo los criminales, los asesinos, los torturadores, los corruptos.

 

- ¿Cuántos años lleva en la clandestinidad?

 

- Llevo 24 años clandestino.

 

- ¿Cuándo pasó a la clandestinidad?

 

- A principios del 70, poco antes que se formara el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). El ERP se fundó en julio del 70, en ese momento Roby Santucho (se refiere al jefe del ERP, Mario Roberto Santucho, muerto el lunes 19 de julio de 1976 a manos de una patota del Ejército Argentino, en su domicilio de Venezuela 3149 de Villa Martelli, Gran Buenos Aires) estaba preso en Tucumán.

 Interviene Machiavelli quien, mirando a cámara, reflexiona sobre los años de plomo: “En la década del 70, las organizaciones revolucionarias mataron 700 personas. La represión estatal dejó entre 11.000 y 30.000 muertos y desaparecidos. En las últimas semanas, los horrores de este pasado volvieron a ocupar el centro de la escena. Es duro recordar y difícil comprender, creemos que la información ayuda a la comprensión aunque venga de un solo lado”. Los dos lados, los dos demonios, la siniestra e injusta teoría de dos bandos en pugna que dirimen sus diferencias a balazos, mientras en el medio la sociedad inerme los observa sin comprender nada.

Continúa Maquiavelli: “El asalto al regimiento de La Tablada, fue el más brutal acto de violencia política de los últimos 20 años en la Argentina. Lo ejecutó un grupo del Movimiento Todos por la Patria. Sus principales dirigentes habían sido cuadros del ERP en la década del 70. Gorriarán asume la responsabilidad, pero insiste en justificar la acción”

El intento de copamiento del Regimiento de Infantería Mecanizada 3 de La Tablada, tuvo lugar el lunes 23 de enero de 1989.

 

- ¿Tenía formación militar el M.T.P para ir a La Tablada?

 

- Como MTP no tenía formación militar, aunque había hecho cursos militares. Lo que sí había en el MTP, como todavía hay ahora, varios compañeros que habían participado en distintos procesos revolucionarios en América latina.

 

- ¿Por qué La Tablada?

 

- Lo que quise hacer, no yo, sino todos los compañeros que participamos ahí, fue frenar las presiones militares a las cuales el gobierno (de Raúl Alfonsín) estaba cediendo permanentemente. Nosotros sabíamos que los carapintada preparaban una sublevación. Los propósitos eran: exigir la renuncia de Alfonsín, lograr la libertad de los comandantes (los ex cabecillas del Proceso, Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti, en ese momento presos en el penal militar de Magdalena) ganar el control del Ejército, y ubicarse ellos como principal factor de poder.

 

- ¿Quién les dio la información?

 

- A través de diversas relaciones, por un lado con políticos, tanto radicales como peronistas y también de actividades que desarrollaban gente ligada al grupo de los carapintadas. Una de las cosas que puedo nombrar, es que la actividad que desarrollaba el empresario Jorge Sivak, quien gestionaba reuniones con políticos, periodistas y economistas, en nombre del proyecto de Seineldín, nosotros teníamos a través de gente que participaba de esas reuniones, un conocimiento bastante acabado de los propósitos de este.

Cabe recordar que Jorge Sivak se suicida el 4 de diciembre de 1990, un día después del último levantamiento carapintada.

 

- ¿De dónde sacaron las armas?

 

- Teníamos algunas armas de la época anterior, y otras las compramos en lugares públicos.

 

- ¿Usted ingresó al cuartel, Gorriarán?

 

- Yo no alcancé a ingresar al cuartel, porque el plan era global; incluía también una movilización. Cuando el camión irrumpe en el mismo, me encontraba en la puerta. Porque ahí nosotros teníamos otro grupo, cuya misión era contrarrestar de inmediato un posible cerco. De acuerdo a nuestro plan, entre las 8:30 y 9:30 teníamos que estar afuera, pero esa situación no se produjo porque dos grupos de compañeros decidieron permanecer adentro, para ayudar a otro grupo que estaba en una situación difícil. En lugar de retirarse, resolvieron quedarse en una actitud que es incriticable por su heroicidad.

 

- ¿Usted centralizaba las comunicaciones y tenía contacto con los distintos grupos?

 

- Había dos tipos de comunicaciones, una adentro del cuartel (mediante una radio) que tenía Roberto Sánchez, y otra que tenía yo con otros compañeros. El grupo que había tomado la guardia de prevención, quedó incomunicado a causa de la pérdida del aparato de radio. Recién se restableció la comunicación después de las 12 del mediodía, cuando ya la posibilidad de retirada fue imposible a causa de que los militares habían rodeado el cuartel.

 

- ¿Cuándo comprendió que el plan había fracasado?

 

- Primero, lógicamente nos llamó la atención que el grupo de compañeros no salía. Luego, a las 11 de la mañana cuando los militares salen con los tanques, pensé que podían ser ellos. Ya sobre el mediodía, sabíamos que no se iba a poder cumplir totalmente el objetivo. El único objetivo que habíamos podido cumplir era el de parar la sublevación, pero a un costo tremendamente grande y en el marco de un fracaso general del plan.

La lucha en el Regimiento duró 48 horas, dejando un saldo de 38 muertos, 63 heridos y alrededor de 6 desaparecidos. A pesar de las declaraciones de Gorriarán Merlo, aún hoy subsisten zonas oscuras con respecto a los verdaderos motivos del intento de copamiento como ser, por ejemplo, claros indicios de infiltraciones por parte de organismos de inteligencia que permitieron llevar a los atacantes a una ratonera.

Meses después de esta entrevista, la SIDE de Hugo Anzorreguy logra capturar a Gorriarán Merlo en México Distrito Federal y trasladado a Buenos Aires, el 28 de octubre de 1995. Antes de su captura, había sido detenida su esposa Ana María Sívori.

En julio de 1997 fue juzgado y condenado -junto con su mujer, en un cuestionado juicio- a prisión perpetua, quedando detenido en el penal de Devoto.

Allí permaneció, hasta que el último lunes 19 de mayo, cuando un controvertido decreto de necesidad y urgencia de Eduardo Duhalde, le otorga el beneficio del indulto. Pero esta polémica medida, encierra un bromazo para el veterano guerrillero: junto a él, también recupera la libertad Mohammed Alí Seineldín, el hombre al que acusa de haber ideado el supuesto golpe de estado que Gorriarán intentó frenar en la mañana del lunes 23 de enero de 1989.

 

Fernando Paolella